Cuba, patria, vida y libertad

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Hay una Cuba que no termina de nacer y otra, que no termina de morir. Hay una Cuba maravillosa que resiste a la dictadura y canta con alegría por la patria, la vida y la libertad. Hay otra Cuba jurásica, represiva, sofocante que hambrea y persigue a su pueblo y que sigue insistiendo con su consigna criminal de “Patria o muerte”.

En una simplificación periodística, elijo dos caras visibles que representan estas realidades tan antagónicas.

Por un lado, el rostro del futuro que se llama Luis Manuel Otero Alcántara que hasta hace unos minutos estaba preso por el régimen y por el otro, la imagen del pasado de Manuel Díaz Canel, el tirano que se entrevistó con la ministra de Salud de la Argentina, Carla Vizzotti.

Otero Alcántara es un artista sensible, de 33 años, fundador del creciente Movimiento San Isidro que enfrenta en forma pacífica y con mucho coraje la opresión de un castrismo castrense y decadente que cada vez castiga con mayor ferocidad a su gente.

Otero estuvo encerrado en un hospital donde fue llevado porque en la cárcel estaba en plena huelga de hambre. Era uno de los tantos presos políticos.

Díaz Canel fue elegido a dedo por Raúl Castro y es el encargado de mantener con mano de hierro a la casta corrupta y burócrata que se apropió de un país al que Estados Unidos tiene entre los que amparan y auspician al terrorismo.

Carla Vizzotti, hizo un “acuerdo de confidencialidad” con estos nefastos personajes para comprar o coproducir vacunas que nadie sabe que tienen adentro de los frasquitos y cuál es su nivel de eficacia para combatir al coronavirus. En realidad es una redundancia eso de “confidencialidad”. En la Cuba del oscurantismo, todo es confidencial y secreto. Nadie sabe cuántos contagiados y muertos hubo y que vacunas se han aplicado. Todo es censura y no se sabe casi nada.

En este rubro, el gobierno de los Fernández bate sus propios records. Hace acuerdos con autocracias represivas como China y Rusia pero, por lo menos, sus vacunas, aunque flojas de papeles, parece que funcionan. En este caso, Vizzotti por orden de Cristina sigue el rumbo de las relaciones carnales con los países más anti democráticos del mundo como Venezuela, pero en La Habana nadie tiene idea ni de la Soberana 2 o de la Abdala. Con humor negro se podría decir que en cualquier momento le compramos vacunas a Corea del Norte. Pero no quiero dar ideas.

Mientras este pacto tenebroso se producía, una embarcación muy precaria se hundía frente a las costas de Estados Unidos. Lanchas rápidas, helicópteros y un avión Hércules rescataron del agua a 8 cubanos, dos muertos y todavía hay 10 personas desaparecidas. Habían partido del puerto de Mariel, como en otras épocas. Los cubanos huyen apenas pueden de un totalitarismo que quebró económicamente al país y convirtió la isla en una cárcel. ¿Los progres argentinos que se niegan a ver la realidad, no se preguntan porque el pueblo venezolano o cubano, se escapa de esos países? ¿O creerán que son todos agentes de la CIA?

La Cuba que está pariendo la democracia tiene un himno que los arenga. Es emocionante ver a estos jóvenes, de adentro y afuera de Cuba, cantar con bronca y mucha ilusión estas estrofas: “No más mentiras/ Mi pueblo pide más libertad, no más doctrinas/ Ya no gritamos patria o muerte/ sino patria y vida. /Y empezar a construir lo que soñamos/ lo que destruyeron con sus manos/ que no siga corriendo la sangre/ por querer pensar diferente/¿Quién les dijo que Cuba es de ustedes?/ Si mi Cuba es de toda mi gente/.

La nueva juventud rebelde entona estas canciones a viva voz por las calles y se arma de coraje para enfrentar a esos déspotas armados con fusiles rusos y formados en el marxismo.

La fuerza bruta de la dictadura castiga con asesinatos, presos, torturas, palos, abusos sexuales, la homofobia que confina y persigue a los gays o las coimas que hay que pagar para conseguir una ambulancia o un pedazo de carne. Todo está degradado en Cuba. Los jerarcas militares sometieron a un pueblo extraordinario, creativo, alegre y solidario. Los vigilan hasta en la puerta de sus casas. Armaron un sistema de delación que quiebra hasta los mínimos lazos de amistad entre los vecinos. Pero el Movimiento San Isidro le pone el pecho a las prohibiciones y aprietes.

Lo que en los años 70 podría haber despertado cierta ilusión de emancipación, hoy está clarísimo el fracaso de un modelo fracasado e injusto que solo se sostiene con las fuerzas armadas patrullando las calles.

Esta clase de criminales y violadores de los derechos humanos tiene el apoyo de muchos artistas e intelectuales y de la mismísima Cristina que se refugió un tiempo en las casas VIP de La Habana junto a su hija Florencia.

La disidencia está creciendo frente al comunismo caribeño que se hunde. Falta comida, medicamentos, y el futuro es demoledor de  expectativas. Según The Economist, este año la inflación será de 450% de promedio y eso que casi no hay consumo, porque no hay lo que consumir ni con que consumir. Los ingresos de los trabajadores son un atentado a la dignidad. 

La Cuba que nace y todos los ciudadanos democráticos del mundo, exigieron y lograron la libertad de Luis Manuel Otero Alcántara y demás presos políticos. El gran carcelero y verdugo, Díaz Canel, vestido con su guayabera blanca habló con Cristina, Alberto y se reunió con Vizzotti.

Vizzotti, además se hizo tiempo para visitar a María Santucho, la sobrina de Mario Roberto, fundador del Ejército Revolucionario del Pueblo que en los 70, inmoló cientos de jóvenes que participaron de los asesinatos de la lucha armada. María llevaba un pañuelo de las Madres de Plaza de Mayo sin inmutarse por el apoyo que Cuba y la Unión Soviética de entonces, le dieron a Jorge Videla, criminal de estado, justificado por el Partido Comunista argentino.

A Vizzotti ni se le ocurrió llevarle solidaridad a Otero Alcántara. Son señales. Son elecciones que definen a este gobierno. Siempre del lado de los victimarios y en contra de las víctimas, con Maduro, Hamas, y los herederos de Fidel.

Las atrocidades de la dictadura demuestran pánico hacia una nueva generación que no quiere ser como el Che, como fueron adoctrinados desde niños. La letra del himno de la resistencia, lo dice todo con mucha claridad.

  • El pueblo se cansó de estar aguantando/ un nuevo amanecer estamos esperando.
  • Ya se acabó, ya se acabó/ no tenemos miedo/ se acabó el engaño/ 62 años haciendo daño.
  • Publicidad de un paraíso en Varadero/ mientras las madres lloran a sus hijos que se fueron.
  • Ya se acabó. Ellos luchan por la patria, la vida y la libertad.

Son artistas populares, son voceros de la gente y no alquilan a los tiranosaurios. Ya se acabó, es mucho más que una expresión de deseo.

Editorial de Alfredo Leuco en Radio Mitre