No al mérito, si al adoctrinamiento K

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Este día del estudiante, debe ser el peor de la historia. Tanto en lo festivo, como en lo educativo. No hablo solamente de la cuarentena eterna que no permite los bailes, los recitales y las juntadas de los chicos en los parques. La alegría, los besos y la seducción de esta primavera, hoy tienen puesto el barbijo.

Me refiero también a la decadencia de la enseñanza, a las escuelas y facultades cerradas y a la férrea militancia a favor de la ignorancia anti mérito y el adoctrinamiento de los sectores más cristinistas del sindicalismo docente.
Hoy los estudiantes no tienen espacio para la celebración lúdica, pero tampoco para fortalecer los vínculos con sus pares, ni para sumergirse en la apasionante aventura del conocimiento. Y como si esto fuera poco, desde la cima del poder, Alberto y Cristina atacan al mérito y al esfuerzo necesario para progresar. Y hasta el propio Papa Francisco, emitió un tuit en ayuda y respaldo a un gobierno que lo tiene casi como el armador de la coalición que le permitió a Cristina volver al poder.

El estudiante tiene un panorama muy oscuro por delante. La involución cultural del cristinismo desalienta el crecimiento intelectual. Traducen todo a la conveniencia partidaria de una facción radicalizada que valora mucho más el verticalismo y la disciplina que el pensamiento crítico y libre. El comando que lidera esta movida tiene como figuras a ciertos personajes nefastos como Roberto Baradel, en provincia y Eduardo López en Capital. Son los que le pusieron el uniforme autoritario de Cristina a un gremio como CTERA que, históricamente, supo ser diverso y democrático como son la inmensa mayoría de los maestros.

Baradel y López, fueron los arietes de paros y huelgas seriales e irracionales que llevaron agua para su molino, pero que perjudicaron muchísimo a los chicos. Son los símbolos de una corriente que en todos los niveles de la educación, instaló el objetivo de adoctrinar a los alumnos. Para estos gremialistas, Néstor, Cristina y Chávez son la santa trinidad que hay que adorar. Y eso es lo que le tratan de inculcar a sus alumnos. Para una parte importante de los maestros que no se sienten representados por ellos, y para un sector muy grande de la sociedad, esas tres personas son el símbolo del populismo feudal y autoritario, de la instalación del odio y de la híper corrupción de estado.

Por eso, cualquier estudiante debe cumplir formalmente con lo que le piden en las aulas, pero necesita además apoyarse en su familia, en sus amigos y en muchos libros diversos, para tener una comprensión mayor y más plural de la realidad y no una mirada tan sesgada y mentirosa. Para atacar a Horacio Rodríguez Larreta, como ordenó Cristina en todos los planos, estos soldados, se niegan a cualquier tipo de apertura educativa. Para eso, intentaron instalar la consigna de que “las plazas no son escuelas”.

Miguel Wiñazki que además de compañero de radio Mitre es profesor y filósofo, les recordó que en todas las épocas, parte de la formación se impartía al aire libre, en los espacios públicos. No solamente en la antigüedad con Sócrates o Confucio, también con Sarmiento, el padre de la educación argentina. Lanata ayer mostró a los maestros japoneses dando clases en las calles, después de las tragedias que azotaron a su país.

Estos muchachos que boicotean la vocación maravillosa de la mayoría de los maestros de alma y de corazón, se creen revolucionarios pero son profundamente conservadores y reaccionarios. Tienen un cepo setentista en sus neuronas. Eduardo López llegó a decir una locura que no tiene perdón: que Larreta quiere que los chicos pobres se contagien. Semejante irracionalidad no tuvo repregunta. Porque sería bueno que este señor que cada vez que se presentó a elecciones en la ciudad fracasó estrepitosamente, explique porque motivo Larreta quiere que los chicos pobres se contagien. ¿Quiere que mueran para que haya menos pobres? ¿Es un monstruo oligarca y derechista que se come a los chicos crudos? ¿Quiere que el virus se propague en la ciudad que el administra? El fanatismo y la inflamación ideológica suelen ser peor que el ciego que no quiere ver. Y en un docente esa enfermedad es mucho más grave porque contagia a los chicos, sumisión a Cristina.

Como si esto fuera poco, estos primitivos sindicalistas son los que manejan el rumbo del ministerio de Educación nacional. Trascendió un audio que deja en evidencia esta grave realidad. Nicolás Trotta, hasta ahora, ha sido un vocero de la no educación. Claro que hubo y hay razones sanitarias para ser cuidadosos y prudentes. Pero Trotta no ensayó una sola idea para ir generando un camino paulatino de normalización educativa. Se aferran al cierre de las escuelas como talibanes. Trotta no camina.

El misil más poderoso lo tiró el presidente Alberto Fernández, en línea con el pensamiento retrógrado de Cristina respecto del mérito. Fue un bombazo para destruir la noción de que solamente la educación produce la igualdad de oportunidades. Más y mejor educación es lo que nos pone a todos en la misma línea de largada. Y a partir de allí, depende del esfuerzo, el sacrificio, la voluntad, la capacidad y el mérito que cada uno tenga para mejorar tu calidad de vida, la de tu familia y la de tu país. Estuvo circulando por las redes un video de archivo del doctor René Favaloro que parece contestarle a los desvaríos conceptuales de Alberto Fernández. Favaloro, precisamente, es un emblema de este país que mezcla lo mejor de nuestros valores culturales y sociales. Favaloro es un producto de su humildad, austeridad, honradez, inteligencia, solidaridad con el prójimo y excelencia profesional reconocida mundialmente.

En la entrevista televisiva, primero ubica el nacimiento de la inflación y la emisión en la Argentina en el primer gobierno peronista. Y asegura que este país venía de 50 años de inflación cero y acota irónicamente, “con gobiernos oligárquicos y entreguistas al extranjero”. Después, Favaloro, apunta sus cañones contra el peronismo de 1973. Habla del Rodrigazo que destruyó la economía y dice que encima había sangre y triunfalismo, al que no quiere sumarse. Obviamente cuando habla de sangre se refiere a ese lucha criminal y terrorista entre el ala ultraizquierda y ultraderecha del peronismo representadas por los Montoneros de Firmenich y la Triple A de López Rega.

Pero lo más valioso del aporte de Favaloro y que hoy adquiere una actualidad inmensa, es su prédica en contra del pensamiento mágico y a favor de romperse el lomo con esfuerzo y sudar todos los días la camiseta para que este país salga adelante. El final es como para ponerse de pié y aplaudir y venerar. Favaloro habla contra la ostentación frívola y rescata la ética y la decencia que debemos mantener en todo momento. Se indigna con la crisis moral que nos está destruyendo como Nación y confiesa que los zapatos, que tiene puestos, tienen media suela y que el saco, lo compró en una liquidación en Estados Unidos.

Parecía una respuesta a los disvalores que instala, promueve y son el motor que mueve a este gobierno. La corrupción no se condena, la libertad no es el valor supremo, y se manejan como dueños y no como inquilinos, de la Casa Rosada, el Senado y todas las instituciones. Para Alberto y Cristina, el mérito no sirve, es de burgueses individualistas y egoístas. El pobrismo sumiso y clientelar que iguala para abajo parece ser el horizonte que salió a respaldar el Papa Francisco en las redes.

En el día del estudiante, un maestro del fútbol y la vida como Gabriel Omar Batistuta, también dio cátedra con un tuit que decía textualmente:” Se me viene a la mente una pregunta. Mis padres me criaron en una casa de 5×3 metros. Trabajando, estudiando, confiando en la justicia me dieron un hogar más amplio. Yo continué sus ejemplos, sacrificándome y respetando al prójimo. Fui un idiota por respetar esos ideales?

Sacudió las redes sociales como antes lo hacía con las redes del arco rival. El goleador hizo un golazo, igual que el año pasado cuando sobre el mismo tema comentó lo siguiente: “Desde siempre supe que cada cosa que logramos en la vida lleva muchísimo esfuerzo. Y lo confirmé en mi carrera como deportista: que para conseguir algo tenía que sacrificarme, entrenar, confiar en el otro, respetar las reglas de juego. Eso mismo hice cuando me retiré del fútbol y quise invertir en mi país cada peso que había podido ganar, y pagar los impuestos hasta el último centésimo, respetar las leyes, entregar alma y cuerpo. Ojalá que esta enseñanza no sea en vano y que quienes trabajamos día y noche para hacer crecer el país, para dar empleo o emplearnos, para aportar para la educación y la salud pública seamos respetados y estimulados para seguir trabajando, invirtiendo y confiando para sacar a la Argentina, de una vez por todas”.

Batistuta invirtió casi todas las ganancias de su esfuerzo en el campo, en Reconquista, Santa Fe, donde están sus raíces. Sufre y padece todo lo que sufren y padecen los gringos que trabajan de sol a sol en la siembra y la cosecha.
Favaloro antes, Batistuta ahora y la inmensa mayoría de los argentinos sabe que hay que apostar a la educación y al mérito y no al adoctrinamiento de estado.

Esta es la mejor manera de combatir la pobreza y la desigualdad. La falta de educación es la madre de todos los problemas, pero que además, se puede convertir en la madre de todas las soluciones. Albert Einstein dijo: “Si la educación les parece cara, prueben con la ignorancia”.

La educación debe ser prioridad nacional. Para sembrar ciudadanía y recoger una mejor democracia. Hoy es el día del estudiante y este es el mejor de nuestros deseos.

Editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi Palabra, por Radio Mitre