Hace unos días le dije que Cristina no se rinde. Que busca con desesperación su impunidad y no descansa ni un segundo en su proyecto de colonizar la justicia y la Corte Suprema. Siente que dominar los tribunales es la única forma que tiene de escapar una condena que la lleve a la cárcel.
Los tiempos se aceleran. En menos de un mes comenzarán los alegatos en la causa conocida como Vialidad Nacional. Y el fiscal Diego Luciani pedirá una condena que va de 5 a 16 años de prisión. ¿Se da cuenta porque Cristina está tan nerviosa? El riguroso periodista Hernán Capiello confirmó la información y dio precisiones que la llevaron a la tapa del diario La Nación de ayer.
Se viene el final de la causa de este juicio que lleva tres años. Le pido que preste atención para poder tomar la dimensión y la gravedad del tsunami que se viene para la vice presidenta de la Nación.
¿De qué se la acusa a Cristina?
De haber sido la jefa junto a Néstor Kirchner de “una asociación ilícita de carácter estable y permanente”, sostenida a los largo de más de 12 años.
¿Qué objetivos tuvo esa asociación ilícita?
Estuvo dedicada a “cometer múltiples delitos para sustraer y apoderarse ilegítimamente y de forma deliberada de millonarios fondos públicos”. Dos aclaraciones. Esto que digo es textual del escrito de los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques. Y según el diccionario, los sinónimos de “sustraer” son “afanar, hurtar, robar, birlar”.
¿Cuáles son los delitos por los que Cristina está siendo juzgada?
Por ser la jefa de la asociación ilícita y por fraude al estado para favorecer con 51 obras públicas por 46 mil millones de pesos de aquella época a su amigo, socio, cómplice y testaferro, Lázaro Báez.
¿Quiénes más están acusados?
En carácter de organizadores de la asociación ilícita liderada primero por Néstor y luego por Cristina, aparecen Julio de Vido, José López, Carlos Santiago Kirchner y Lázaro, entre otros. Para ellos el pedido de penas será menor.
Hace una semana, con el nervio de la urgencia informativa, pude anticiparle que se venía semejante drama para Cristina.
Estamos ante un hecho de una gravedad institucional inédita. La nada exitosa abogada, dos veces presidenta de la Nación y actual vice, deberá estar en el banquillo de los acusados cuando le pidan una condena de entre 5 y 16 años. ¿Se imagina eso? Un verdadero estrépito político. Días de mucha tensión. Como si esto fuera poco, todos están obligados a asistir en forma presencial y el juicio será transmitido por televisión en vivo y en directo. Ya pasaron 70 testigos, 7 peritos y ahora viene la hora de la verdad. Del juicio y castigo a los culpables de la mayor cleptocracia que padecimos los argentinos.
Cristina, en su momento, en diciembre del 2019 fue actriz protagónica de un acontecimiento inolvidable. Furiosa con los jueces y los medios, se victimizó en su indagatoria y a los gritos, dijo que la historia ya la había absuelto.
Los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Jiménez Uriburu y Andrés Basso entrarán en la historia. Cristina presiona para que el juicio se declare nulo. Tiene presentados seis recursos ante la Corte Suprema que los tiene en estudio.
Lázaro Báez y José López ya fueron condenados en otras causas y por eso, después de este veredicto, alrededor de fin de año, deberán sumarle los años de prisión que reciban.
El mismísimo ministro de Justicia, Martín Soria tiene como única tarea la de castigar con fiereza y sin ningún pudor a los miembros de la Corte. Hace tres semanas dijo que “son los padrinos de la persecución política, judicial y mediática de macrismo”. Como si esto fuera poco, el grosero ministro calificó de “atorrantes que se ponen como locos” a los integrantes del tribunal que es la cabeza del poder Judicial. Por lo menos no convocó a tomar el edificio como hizo en su momento Hebe de Bonafini.
El plan sistemático de hostigamiento tiene como objetivo intimidar a los jueces para que no se opongan a su propio funeral político. Los quieren liquidar como uno de los pilares del poder republicano y encima pretenden que se callen y acaten mansamente.
En su página editorial, el diario La Nación, supo titular: “Una Corte de 25 jueces, otro disparate en busca de impunidad”.
Calificaron la iniciativa como “insensata, inoportuna y funesta”.
Sería un asalto cristinista a la Corte. Una invasión prepotente y autocrática. Un golpe palaciego que terminaría con el sistema democrático tal como lo conocemos y como funciona en los países más avanzados del planeta.
Las opiniones son libres y los hechos son sagrados. Y el hecho concreto es que dentro de un mes comienzan los alegatos y el fiscal Diego Luciani pedirá una pena de prisión para Cristina que va de 5 a 16 años. Por esto también, Cristina quedará en la historia que según ella, ya la absolvió. Pero no es la historia y son los tribunales los que tienen la última palabra. Y no creo que la absuelvan.
Editorial de Alfredo Leuco en Radio Mitre