Feletti al gobierno, Boudou al poder

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El desembarco de Roberto Felletti en un puesto clave del gabinete, es un dato fundamental para entender lo que se viene. Lo resumo parafraseando una vieja consigna: Feletti al gobierno; Boudou al poder. La autora intelectual de toda esta movida destituyente contra Martín Guzmán, obviamente, es Cristina. Feletti es un soldado de Boudou y Cristina.

Feletti fue vice ministro de Boudou en Economía y Boudou, vicepresidente de Cristina. Todos comparten los mismos dogmas ideológicos y jurásicos. Pero ella valora a los economistas porque son audaces o caraduras, como usted prefiera. Juegan fuerte y huyen hacia adelante. No se andan con chiquitas.

Todavía hoy, los cristinistas más chavistas no consideran que Boudou sea un ladrón y un estafador, tal como lo que probó la justicia. Al contrario, lo ven como un mártir antiimperialista y un perseguido por los grandes grupos económicos por haber tenido la iniciativa revolucionaria de estatizar las AFJP. Y eso es lo que busca Cristina y que Guzmán no puede ofrecerle. Decisión para jugar con fuego, para redoblar la apuesta.

Estatizar todo lo que se pueda comenzando por las empresas de servicios y tal vez, los depósitos bancarios, tal como anticipó el diputado Martiarena. Para ellos el estado es el gran benefactor del pueblo y la actividad privada, es el gran enemigo. Por eso, proponen controles de precios mucho más duros, congelar tarifas, potenciar todos los cepos y revisar costos y margen de ganancias de las empresas. Esa es su forma de combatir la inflación. Lo dicen en cada entrevista. No ocultan ni su pensamiento ni sus intenciones.

Feletti es la cabecera de playa para que Boudou pueda manejar la economía de la Argentina.

Ambos han sido los críticos más duros del actual ministro Martin Guzmán. Hasta fueron columnistas en el mismo canal de televisión ultra cristinista. El 21 de marzo, Boudou dijo claramente que Guzmán “busca un acuerdo con el Fondo que nos va a hundir. Hay que estatizar las empresas de servicios lo antes posible”. Lo dijo en una charla por zoom con los defensores de Nicolás Maduro más extremos con Alicia Castro y Daniel Catalano. Dijo que Guzmán atiende más las cuestiones financieras del prestamos criminal del FMI y lo corrigió: “el superávit fiscal no es una bandera, es una herramienta”.

Boudou culpó a Guzmán por la derrota electoral en las primarias. Lo acusó de no hacer que los salarios le ganaran a la inflación por no haber hecho “un shock distributivo en jubilados y planes porque “la gente no llega a fin de mes”. Faltó que derramaran 250 mil millones de pesos más”.

Es lo mismo que piensan y dicen Cristina y Máximo aunque se cuidan en no ser tan crudos en su lenguaje.

 Amado Boudou, a esta altura, es el nombre de la impunidad obscena y el apellido del privilegio repugnante. Fue condenado por 15 jueces a 5 años y 10 meses de prisión por coimero y por apropiarse de la fábrica de billetes. Como si esta condena firme no fuera suficiente, la mismísima Corte Suprema de Justicia confirmó todo. No obstante, Boudou, por ahora, no podrá ser nuevamente funcionario porque la condena incluyó una inhabilitación vitalicia para ejercer cargos públicos. De todas maneras, todos los argentinos le pagamos 500 mil pesos de jubilación vip porque fue vicepresidente de la Nación. No puede ser funcionario por ladrón y estafador, pero si puede cobrar la mega jubilación de la casta gobernante. No me sorprendería que en poco tiempo apareciera otro revolucionario guevarista K como él, para proponer que le levanten la prohibición de ejercer cargos públicos. No tienen límites, son capaces hasta de nombrarlo nuevamente como ministro de economía y condecorarlo y darle un diploma como ciudadano ilustre..

Y todavía faltan causas en donde también, como en esta, hay muchas pruebas documentales, testimoniales y, hasta arrepentidos. Hablo por ejemplo de la coima de dos millones de dólares que pagó el gobierno  de Gildo Insfran. El que la cobró, Alejandro Vandenbroele, confeso con pelos y señales como fue ese operativo despreciable que perjudicó a los más pobres de Formosa.

Feletti dice que pone las manos en el fuego por Boudou. Alberto hasta hace muy poco no opinaba lo mismo.

Conviene recordarlo como otro símbolo de la implosión de la ética que padeció Alberto. En su columna del diario “La Nación” del 30 de mayo de 2014, titulada “Game Over”, hay un respaldo absoluto a la  justicia y una crítica severa a Boudou que recién había sido llamado a indagatoria.

El actual presidente escribió que “Todas las excusas dadas por él hasta aquí se han ido desvaneciendo con la misma velocidad con la que el agua se escapa entre los dedos. Boudou ya no tiene coartadas. Los argentinos saben cuánto ha mentido en su alocada carrera por escapar de los hechos que se le atribuyen”.

En otro párrafo que tiene una impresionante actualidad, Alberto dice: “Fue sorprendente escuchar las voces del oficialismo que avalaron sus dichos y lo exculparon del hecho que se le atribuye. Tan fuerte fue la defensa organizada desde el poder, que hasta una ley de la Nación, impulsada por la mismísima presidenta, acabó por expropiar la empresa Ciccone para hacer más compleja la investigación de la maniobra… Tratando de preservarlo, Cristina no dudó en involucrar al parlamento argentino en el más grave encubrimiento que se recuerda: la expropiación de Ciccone”. Este texto es demoledor. Parece escrito esta mañana y sin embargo fue redactado hace apenas 7 años por el actual presidente. Creo que está todo dicho. Boudou fue y es, una pieza clave del aparato del cleptocrático del chavismo santacruceño que viene por todo y para siempre. Volvió Feletti. Es un aviso. Ya viene Boudou.