Mayra Mendoza y Luana Volnovich, dos de las mujeres más poderosas de La Cámpora, están muy complicadas porque la justicia las investiga por graves casos de corrupción. Las acusaciones son muy parecidas: malversación y desvío de fondos públicos. La sospecha es que desde la intendencia de Quilmes y el PAMI se hicieron maniobras irregulares para enriquecer a algunos dirigentes de esa agrupación o para utilizar el dinero ajeno para hacer política.
Ambas tuvieron momentos donde aumentaron su conocimiento público. Mayra cuando exhibió la situación en la que le tatuaban el rostro de Néstor Kirchner en su hombro izquierdo.
Y Luana, cuando la fotografiaron con su pareja en una de las playas más exclusivas del Caribe pese a que Alberto Fernández había prohibido que los funcionarios se tomaran vacaciones en el exterior.
En este caso se armó un revuelo bárbaro porque se esperaba algún tipo de sanción por parte del presidente que finalmente no ocurrió. Jamás Alberto se atrevió a amonestar a ningún dirigente camporista o cristinista. Se tragó varios sapos gigantes de ese tipo.
Pero lo grave es que ambas están bajo la lupa de la justicia, al igual que Cristina, quien según el fiscal Diego Luciani fue la jefa de una asociación ilícita dedicada a saquear el estado. Y por eso, en su alegato de los próximos días en la causa Vialidad, va a pedir una pena que va de 5 a 16 años de prisión para la actual vice presidenta.
En los casos de Mayra y Luana hay mucha similitud en los mecanismos utilizados sospechados de malversación de caudales públicos. Mayra fue denunciada originalmente por el sitio “El Disenso” y Luana, por la diputada Graciela Ocaña.
Mayra está imputada por el juez federal Luis Armella porque, como intendenta de Quilmes, firmó los decretos de contratación directa a cooperativas integradas por ex funcionarios de su gobierno. Estamos hablando de 671 millones de pesos.
Luana envió fondos, en total 47 millones de pesos a centros de jubilados que no existían y que en varios casos estaban vinculados a Martín Rodríguez, su pareja, y actual subdirector del PAMI y con quien compartió los daikiris en las playas de Holbox, en el Caribe mejicano. Está involucrado el intendente de Hurlingham, donde también milita Rodríguez.
Mayra y Luana denunciaron persecución, Lawfare y fake news, tal como lo hace Cristina, su jefa espiritual. El problema para ellas, es que aparecen como herederas de la misma bulimia de poder y dinero, y que hay mucha prueba documental recolectada que las compromete.
Junto a Mayra aparecen Sebastián Raspa y Martín Bordalejo, dos ex funcionarios de su gobierno y el empresario José Scozzari. El curro era que el municipio enviaba fortunas a cooperativas que estaban vinculadas a estas personas. Acá las acusaciones también son por lavado de dinero. Una de las cooperativas llamada “La Estrella” recibió casi 400 millones de pesos en poco más de un año. Casi todas las cooperativas tienen el mismo domicilio, las mismas autoridades, abogados y escribanos. Se hacían préstamos cruzados para disimular y esconder la ruta del dinero. Eran proveedores unos de otros alternativamente. Hay mucha documentación probatoria secuestrada en los allanamientos. Los tres mencionados, además, son socios en dos empresas registradas como constructoras que tienen el mismo domicilio legal. Dos de ellos tienen tres sociedades en Miami, preparadas para girar dinero el exterior aunque, en esa dirección, nadie conoce a estos personajes ni a las sociedades. Como si esto fuera poco, no denunciaron esas propiedades ante la AFIP. Todo muy turbio y del manual del lavado de dinero. El juez ya envió los exhortos correspondientes a Estados Unidos para pedir precisiones.
El record mundial es de Scozzari. Debe ser el tipo con más buena suerte del mundo. Ganó muchas veces en el casino y en el bingo en los dos últimos años. Casualmente, fraguar premios y cambiar fichas en esos lugares también es una manera muy utilizada para lavar dinero sucio de la corrupción y las coimas.
El expediente judicial que involucra a Luana, va por el mismo camino. Es el sostén de la famosa militancia rentada y los fondos para enriquecer funcionarios o para bancar actos y movilizaciones.
El colmo es el de dos centros de jubilados que cobraron los suculentos subsidios antes de existir. Parece broma pero es cierto. El Centro Guemes y San Javier recibieron los subsidios sin que estuvieran registrados legalmente como tales en el PAMI. Estaban ansiosos y desesperados los muchachos. Acá las acusaciones en los expedientes también son por asociación ilícita y defraudación a la administración pública.
Mayra y Luana, igual que Cristina, dicen que son perseguidas por ser mujeres y militantes populares. La documentación que está en manos de la justicia dice otra cosa. Van a tener que ir al banquillo de los acusados para explicar lo inexplicable.
Por eso le ordenaron a la Unidad de Información Financiera que se pusiera del lado de Cristina y dinamitara esa institución sagrada que combate la corrupción.
Por eso los jueces tomaron como una amenaza peligrosa que hayan violado los sobres que contenían sus declaraciones juradas.
Por eso Cristina insiste tozudamente en aumentar los miembros de la Corte Suprema hasta la locura de 25 miembros. Necesitan colonizar la justicia. Necesitan impunidad. Mayra y Luana, herederas de Cristina.
Editorial de Alfredo Leuco en Radio Mitre