El kirchnerismo juega con fuego

1024

El gobierno de Cristina, Alberto y Massa está jugando con fuego. El kirchnerismo, cuesta abajo en su rodada, entró en una etapa de grave irresponsabilidad institucional. Se pelean en la cubierta del Titanic. Pero lo peor, es que el combate feroz entre ellos, es por llevar el féretro de un gobierno que ya está políticamente muerto. Todos los ministros huyen o quieren huir. Los funcionarios no saben con quien hablar y la parálisis de gestión va derechito hacia un colapso social.

Lo más grave tiene epicentro en Rosario y en la Patagonia. Ayer quedó en evidencia con dos carteles amenazantes que ponen en alto riesgo la vida de argentinos frente al ataque de terroristas que quieren crear su propio estado dentro del estado nacional.

Un cartel anuncia que van a matar periodistas en Santa Fé y el otro le advierte al presidente que estaba pisando territorio mapuche.

¿Se dan cuenta del peligro de lo que estamos hablando? En ambos casos, los Fernández del gobierno nacional, Cristina, Alberto y Aníbal más los gobernadores Omar Perotti y Arabela Carreras se muestran con una pasividad muy parecida a la complicidad.

Se trata terroristas de distinto origen, es cierto, pero que utilizan la violencia extrema para apropiarse de amplias zonas de nuestro territorio. El narco terrorismo, este año, lleva 230 asesinatos en Rosario y los delincuentes pseudo mapuches cada vez son más crueles en sus atentados criminales. El último fue tirotear una casilla de gendarmería. No hubo muertos de milagro. Y esta es la palabra clave: muerte.

¿Qué están esperando los gobernantes para actuar en serio? ¿Cuándo van a garantizar de verdad la vida y el patrimonio de los habitantes y sobre todo, la integridad territorial? Una de las cuestiones que define al estado es que tiene el monopolio del uso legítimo de la violencia y la fuerza pública.

¿Qué están esperando, insisto?

En Rosario dicen que las amenazas se cumplen. Que los narco terroristas no hablan por hablar. Que asesinan con total impunidad. Que quede absolutamente claro: los narco terroristas no se apoderaron totalmente de la provincia de Santa Fé gracias al coraje ciudadano de algunos jueces, fiscales y periodistas. Dios no lo permita, pero si mañana aparece el cadáver de algún magistrado o de un colega trabajador de prensa, la responsabilidad absoluta será de Alberto, Cristina, Aníbal y Perotti.

En Villa Mascardi y gran parte de la región, pasa algo parecido. Un terrorismo foquista que todos los días aumenta su ferocidad, está violando nuestra soberanía nacional. Acompañados por tres ex Montoneros, por lo menos, intimida con incendios, palizas, piedras y armas de fuego a los propietarios de tierras porque una sacerdotisa dice que en el pasado pertenecieron a los mapuches. En realidad, los mapuches son originarios de Chile y estas tierras eran comarca de los tehuelches. Pero más allá de la discusión histórica, es un tema que debe resolverse pacíficamente y en la justicia. Estos grupos comandos liderados por los prófugos Facundo Jones Huala y Matías Santana dicen con toda impunidad que no son argentinos y que no reconocen ni la bandera ni la Constitución Nacional. Salvo para cobrar planes sociales con los que insólitamente los premia el estado bobo y cómplice.

El operativo desalojo que hizo Aníbal Fernández fue fulbito para la tribuna. Porque los jefes de las usurpaciones están libres e impunes. Nadie los busca. Y altos funcionarios de este gobierno se asocian a semejante ataque a la democracia. Los habitantes de esos parajes están aterrorizados y desamparados. Son víctimas de la irracionalidad. Pero los victimarios, fueron recibidos ayer por el presidente Alberto Fernández como si se tratara de ciudadanos que están dentro de la ley. El presidente sometió a la patria a una humillación que no tiene antecedentes.

Sobre la mesa colocaron la bandera mapuche, como una provocación y el presidente, no se animó ni siquiera a colocar una bandera argentina.

Alberto se ha convertido en un trapo de piso al que Cristina pisotea cuando quiere. Es un problema de él y de quienes lo votaron. Pero no tiene derecho a convertir a la soberanía nacional en un trapo de piso a merced de un grupo de extranjeros que se sienten orgullosos de serlo y que usurpan con delitos nuestro territorio.

Anoche, Patricia Bullrich, propuso cambiar las leyes para permitir que las Fuerzas Armadas acompañen y apoyen a las fuerzas federales para combatir a los terroristas que están ganando la guerra contra el estado de derecho.

Hay muchos temas graves que resolver con urgencia. Sobre todo, la inflación que tritura salarios, el desempleo y la pobreza extrema. Pero primero está la patria. Defender con la ley en la mano y con toda firmeza la tierra en la que vivimos, en la que vivieron nuestros padres y en la que vivirán nuestros hijos y nietos. Con los delincuentes no se negocia. Con los terroristas, mucho menos.

Ya lo dijo Winston Churchill, “el que se humilla para evitar la guerra, tendrá la humillación y también la guerra”.

O el mismo Bertold Brecht: “Quien lucha, puede perder. Quien no lucha, ya perdió”.

Editorial de Alfredo Leuco en Radio Mitre