Cristina robó, no es una perseguida política

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Joaquín Morales Solá advierte hoy en La Nación que el gobierno desató una guerra con la designación de Martín Soria. Y asegura que esto confirma “la vieja tara del cristinismo: los periodistas son meros escribidores de cosas que le dictan los dueños del poder”.

Cristina dice que es una perseguida política. Y esa, es la madre de todas las mentiras. Usa una palabra en inglés para referirse a un complot contra ella en el que – según sus delirios- participan, los poderes económicos concentrados, los ex funcionarios de Macri, jueces y fiscales y, por supuesto, el periodismo. Sus fanáticos más enfermos de ideologitis, suman incluso al imperialismo y hasta la CIA a la presunta confabulación. Del ridículo nunca se vuelve.

Eso que ella llama “Lawfare” es una falacia del tamaño de la Patagonia. Por supuesto que habrá algún periodista corrupto por ahí, que opine según el mejor postor. Ninguna profesión ni oficio está libre de gusanos. Pero en su inmensa mayoría, los medios de comunicación profesionales, ejercen con gran independencia su tarea que es informar e investigar con la mayor rigurosidad y después opinar de acuerdo a los hechos concretos.

El comandante del asalto final contra la justicia, el flamante ministro designado, Martín Soria, dijo que su principal tarea será desarmar esa conspiración contra su jefa espiritual y material. Habla de fantasmas que habitan en la mente de Cristina. No se puede desarticular lo que no existe. Salvo que esa sea la excusa para cortarles la cabeza a jueces y fiscales que investigan a la jefa del jefe del estado.

Hay muchísima documentación y pruebas, miles de indicios claros y decenas de testimonios de arrepentidos que cuentan con lujo de detalles como fue el plan sistemático de enriquecimiento ilícito colosal cuya jefatura ejerció primero Néstor y luego Cristina. Ocho procesamientos y varios juicios orales en marcha lo certifican. Cristina no es una perseguida política. Robó como nadie robó en la historia democrática argentina. Ella, sus hijos, sus testaferros, ex funcionarios y hasta a los secretarios personales del matrimonio, terminaron mega millonarios. Todas las causas son graves pero la de los cuadernos de las coimas es la radiografía más precisa de la cleptocracia que ahora transita el cuarto gobierno.

Esa investigación, encabezada por el prestigioso colega Diego Cabot, es seguramente la más importante de la historia del periodismo. Por la magnitud de la fortuna, por la extensión territorial y por la permanencia en el tiempo.

Los periodistas no participamos de ninguna conjura. Tenemos nuestro corazoncito, como todos. Pero no defendemos camisetas partidarias ni candidaturas ni funcionarios de ningún color. Defendemos valores. El primer valor es la verdad pura y dura. Y también protegemos los valores de la democracia, la paz, los derechos humanos, la justicia independiente, la seguridad, la libertad y la honestidad. No nos importa quién es el delincuente ni cuál es su ideología. Esa es una grieta moral. Los corruptos y mafiosos no tienen espacio en la sociedad civilizada.

Nuestro trabajo es descubrir las verdades, comunicarlas y fijar posición. Todos los días hacemos eso.

Le digo una verdad. El gobierno dispuso que mil empresas tengan que informar al estado sus costos, ventas y el stock disponible entre otras cuestiones. Esto que le cuento, es absolutamente cierto. Información chequeada. Ahora, opinión: un verdadero despropósito, inútil para contener la inflación. Un apriete a empresarios que ya se hizo cien veces, que no resuelve ningún problema y espanta a los inversiones que tanto necesitamos. Hubo un genocidio de empresas como dice Manuel Adroni, miles y miles de desocupados y los que producen no necesitan que el estado les de una mano. Necesitan que el estado les saque las dos manos de encima.

Son noticias. Dato, no relato. ¿Yo estoy persiguiendo a Gildo Insfrán si cuento como funciona esa tiranía feudal? Que el gobernador de Formosa pagó una coima de dos millones de dólares a Amado Boudou, que convirtió a la provincia poco menos que en una cárcel donde se violan los derechos humanos, sobre todo de la comunidad Wichi. O si le cuento que ayer, varios diputados del radicalismo fueron retenidos por la policía como si se tratara de bandidos de otro país.

Entre esos valores que los periodistas debemos defender con información y opinión, está el cumplimiento riguroso de las normas y las leyes. Y la mirada crítica no está puesta solamente sobre el gobierno nacional. Si los gobernadores de Juntos por el Cambio, les ordenan a sus legisladores que voten para modificar las fechas de las elecciones según su conveniencia, sería un verdadero escándalo que incluso, pondría en riesgo la unidad opositora. Y me refiero a Gerardo Morales, Gustavo Valdés, Rodolfo Suárez u Horacio Rodríguez Larreta. Veremos que hacen.

Otra información absolutamente certera que deriva en una crítica a todos los presidentes que pasaron en estos últimos 29 años. Hoy se cumple un aniversario del atentado terrorista a la embajada de Israel y ningún gobierno hizo nada importante y a fondo para que haya juicio, castigo y condena a los culpables de los 29 muertos y las decenas de heridos.

Hay distintos tipos de responsabilidades, por supuesto. Pero ningún jefe de estado puede decir que, desde el poder, produjo algún avance importante en esta investigación.

Daniel Carmón, en aquel momento era cónsul y en la explosión perdió a Eliora, su esposa. Casi tres décadas después, como balance, dice que le parece que “hay más gente que entiende que Irán y Hezbollah estuvieron detrás de este crimen masivo pero que eso, no alcanza para hacer justicia. El odio racial, el terrorismo y la complicidad local son asignaturas pendientes que no se resuelven con formalidades o palabras vacías de ocasión.

¿Para Cristina y Martín Soria, estaré ejecutando una acción de Lawfare si digo que no hay vacunas? Que si no llegan nuevas partidas la ciudad se queda sin vacunas este fin de semana. Que el fracaso de la compra de vacunas, de la aplicación y de la pandemia en general es inocultable. Todo esto es rigurosamente cierto. Y agrego que el tráfico  de vacunas tiene un símbolo además de La Cámpora. Hablo de Carlos Zannini porque por su cargo debería haber dado el ejemplo y malversó un documento público porque se vacunó después de registrarse como “personal de salud”, al igual que su esposa. ¿Esto es Lawfare? Me llamaron jueces o los dueños de los medios para que diga esto? Por favor. ¿Se creen que somos tontos? ¿Se creen que somos títeres? ¿Se creen que somos corruptos?

No es así. Aunque el ladrón cree que todos son de su condición.

¿El periodismo debería haber ocultado que una vez más aparecieron bolsos llenos de dinero sucio en el camino del kirchnerismo? Que Rosario Lufrano no puede terminar de explicar cómo le pasaron más de 11 millones de pesos delante de sus narices. ¿El periodista que revela semejante salvajada cumple con su trabajo y su responsabilidad social o es un conspirador oligarca y gorila?

Todos coinciden que pusieron a Martín Soria porque es el patotero ideal para ese puesto. Para maltratar jueces, fiscales y periodistas. Yo le conté que en una ocasión le pegó una trompada a un colega que le preguntó por la cena de su padre con el criminal de guerra nazi, Erich Priebke. También agarró del cuello a un cronista en un acto de su padre. Y empujó a un histórico dirigente del PJ y lo tiró al suelo.

Ahora se supo que el 17 de octubre de 2018 en la localidad de Allen, Soria calificó de mierdas y delincuentes a los periodistas y prometió echar a los trabajadores de prensa radicales cuando fueran gobierno.

Soria cumple con todos los requisitos para dejar contenta a Cristina. Ella buscaba alguien que atacara a los jueces y periodistas que no se arrodillan y lo encontró. El problema ahora, es para Soria. Es imposible desarmar al Lawfare porque el Lawfare no existe. Y es imposible demostrar que Cristina es una perseguida porque nadie robó tanto y durante tanto tiempo como ella. Hay demasiadas pruebas de su latrocinio.

El editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi Palabra, por Radio Mitre