Osvaldo Bazán: “Rompieron la democracia”

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En su columna dominical de El Sol de Mendoza, el periodista describió: “Cosito Cafiero dijo que no había vacunatorio VIP y pocas horas después vemos por televisión la puertita del vacunatorio VIP”. De lectura recomendada.

Por Osvaldo Bazán

Brutal, esta semana se rompió la democracia argentina. Lo que se vio fueron los pedazos en el suelo, esparcidos. Se rompió, estalló por los aires, se hizo añicos. Eso en lo que estábamos de acuerdo, eso de que nadie es más que nadie, todos iguales frente a la ley, fue dinamitado en tiempo real. Fue un tren enloquecido directo contra un paredón.

Lo increíble en este país increíble, es que quien le dio el último empujón a este sistema -la democracia- que los padres de la patria eligieron para todos, en el que se suponía que estábamos todos de acuerdo aunque nunca supimos tratar con delicadeza, lo dio una funcionaria puesta como aire puro que debía oxigenar tanta suciedad gubernamental.

Filomena Vizzotti, en otra de esas muestras de lealtad que le gustan tanto a los peronistas, consiguió lo que todos sabíamos que quería hace tiempo: el sillón de su jefe, antiguo amigo de su padre, el que la llevó a trabajar para el Estado desde el año 2007. Fue Filo Vizzotti demostrando que se ha puesto sin dramas la vacuna contra la vergüenza quien firmó el acta de defunción de la democracia argentina.

¿Qué otra cosa es decir que hay ciudadanos de primera y de segunda, que eso hace la reglamentación con la que se intenta “transparentar el proceso de vacunación a personal estratégico en los tres ámbitos del Estado”?

Sacando el hecho de que la reglamentación vino después de que los sinvergüenzas se vacunaron, después de que el estratégico Verbistky mostrara simpáticamente que pudo vacunarse porque es parte del poder; obviando que la mayoría de los vacunados no tienen ninguna importancia estratégica para el funcionamiento del plan de vacunación; y que algunos hasta se anotaron como personal de salud, lo que firmó Filo Vizzotti es la consolidación del sistema de castas, sin vergüenza y a plena luz del día.

Antes, al menos, hacían como que les producía cierto bochorno tal nivel de discrecionalidad.

Con un montón de palabras esdrújulas, Filomena Vizzotti quiere disfrazar que se sienten especiales, que se creen mejores y con más derechos. Que son una oligarquía vacuna y todo privilegio le es merecido. Y que nos creen tan zonzos como para conformarnos con gestos. Porque no otra cosa que un gesto fue la salida del ministro de salud, un gesto obvio, mínimo. La presencia del ex ministro de insalubridad, esa hecatombe de triglicéridos altos era ya insostenible hasta para los propios. En este momento en que todos sabemos que todos sabemos, no se le escapa a nadie que no es el único responsable.

Ahora bien, una vez que realizaron la trapisonda, quisieron seguir humillándonos.

Filomena vino a decirnos que eran 10 personas vip que habían accedido sin derecho a la vacuna. Y pocas horas después dio una lista de 70 vacunados.

Cosito Cafiero dijo que no había vacunatorio VIP y pocas horas después vemos por televisión la puertita del vacunatorio VIP.

¿Qué dice esto de lo que ellos piensan sobre nosotros?

La pareja de Fabiola (a propósito ¿la vacunaron a Fabiola? ¿Quién? ¿Dónde? ¿Una o dos veces? Se supone que sí, por el criterio de burbujas con el que esta gente se maneja. Es raro que Télam del Norte, siempre tan solícita para lamer zoquetes de la amada lideresa primera dama no haya informado nada al respecto). La pareja de Fabiola, decía, por su parte sorprendió a propios y extraños protagonizando una verdadera hazaña imposible en el mundo de la física, pero factible en su planeta: cayó desde el fondo del pozo. Cuando uno cree que más bajo no puede caer, viene Mr. Guayabera Arrugada y desciende más aún. Parado en su banquito cualunque dio clases equivocadas de derecho, y, siguiendo su lógica, echó “por una payasada” a un ministro que quería mucho. Pero tampoco se pueden analizar en profundidad sus palabras desde un diario. Hay algunas horas entre lo que se escribe y lo que se publica y es casi seguro que en ese intermedio, el que pasea a Dylan en helicóptero cambió de parecer cuatro o cinco veces.

Todos sabemos que todos sabemos que los 70 vacunados no son, ni de lejos, todos los vacunados vip. Más de 70 fotos de jovenzuelos militantes con los dedos en V (que debe ser un efecto secundario de la Sputnik, te ponés la vacuna, te sale cara de nabo y se te ponen los dedos en V) aparecieron desfachatados por las redes.

Porque no alcanza con ser privilegiado.

Hay que refregárselo por la cara a todos aquellos que sí merecían la vacuna y siguen esperando. En la mayoría de las provincias, pasó. A todos ellos los alcanza la firma retroactiva de Filomena Vizzotti. Uno no puede ser condenado por algo que no era delito cuando ocurrió, ahora bien ¿uno puede ser exculpado porque era un delito cuando lo hizo y después le hicieron una ley para salvarlo?

Pedazos de democracia por el aire.

Aldrey Iglesias, empresario hotelero y de medios de Mar del Plata y su familia se vacunaron. En el momento en que eso ocurrió, quien dirigía el plan nacional de vacunación era Filomena Vizzotti, puesta ahora a “transparentar”.

¿Cuál es la importancia estratégica de un post adolescente que atiende un call center? Que es de La Cámpora, esa es su importancia. Por eso el vacunatorio VIP y los cientos, miles de vacunados militantes son lo mismo, porque se necesitan. Los militantes son vacunados para que los VIPs continúen siéndolo. No tendría sentido uno sin el otro.

Pedazos de democracia por el piso.

Estuvieron un año diciéndote que no eras esencial.

Ahora te dicen que no sos estratégico.

Básicamente, te dicen que no sos ciudadano.

Pagá y cállate.

Pedazos de democracia caídos de un tacho de basura.

Los propios, que voten. Los ajenos, que paguen.

No, claro que no es democracia.

¿Pensaban que el vaso no iba a rebasar? Cuando el senador formoseño Coso Mayans dijo que en pandemia no hay derechos fue explícito. Esa es la base en la que se cimenta la firma de Filomena.

“Se creará un observatorio para monitorear el cumplimiento y emitir recomendaciones. Se convocará para su integración a organismos externos de relevancia sanitaria y/o académica”, firmó la resolución Filomena. Claro, lo que hace falta, un poco de burocracia. Ya sabemos lo útil que son los comités de asesores. Que no se escuche ahora la voz de los infectólogos estrellas de marzo del año pasado quizás nos diga algo sobre la conformación de los observatorios.

Pedazos de democracia desperdigados por el suelo.

¿Y los colegios de médicos? ¿Y las asociaciones de profesionales? ¿Y los sindicatos de la salud?

Su silencio también contribuyó al estallido de la democracia argentina.

Los científicos callaron.

Los intelectuales callaron.

Los artistas callaron.

¿De verdad creerán que es gratis?

Coso Massa, que aprovechó a vacunar a toda su familia, dejó de jugar su juego favorito: aparecer en todos los canales de televisión todo el tiempo. ¿Los mismos amigos en los medios que lo llaman constantemente para hacerle favores, dejaron de llamarlo ahora por lo mismo? ¿Sergio y Malena, siempre tan dispuestos a los micrófonos amigos, no tienen nada para decir?

¿Y Sandalia Lavagna? ¿Está representando ahora al porcentaje de argentinos que lo votó? Lavagna calla.

¿Y Juan Carr que celebró la llegada de este gobierno organizando 300 puntos de encuentro para cantar “Inconsciente colectivo” ha dejado de cantar, está totalmente afónico? ¿Y los artistas que lo acompañaron? ¿No les importa que hayan salteado a sus abuelos en la fila? ¿Nos vamos a olvidar?

Así como los sindicatos de prensa no dicen una palabra de las tropelías de Gildo Insfrán, los de sanidad no salieron a defender a los suyos. Así como los sindicatos de docentes estuvieron un año intentando encontrar maneras de no dar clases presenciales, los de la aviación consiguieron desmantelar el sistema aéreo argentino.

¿Y si ahora que llegamos al fondo se resetea todo?

¿Y si el hecho de que sea tan explícita la aniquilación de trabajo producida por el sindicalismo sea el comienzo del fin? Un ejemplo: el camión de los forajidos de Moyano en los que el gobierno confió para frenar la movilización en Olivos se fue echado por los viejos no vacunados.

¿Y si cambia todo?

A pocos días de rota la democracia argentina, un montón de gente salió a la calle a repararla. Con más bronca que en marchas anteriores, con más argumentos, con más conocimiento.

Las calles argentinas el sábado demostraron que hay democracia a pesar de quienes la rompen. Pero también mostró el límite. Se cuenta con esta gente. Y poco más.

Los dirigentes políticos tienen la obligación de contener y liderar tanta fuerza democrática que llenó las calles el sábado. Si esta es una crisis política, sólo podrá ser solucionada con más política. Ya pasamos por la adolescencia del que se vayan todos. Ya sabemos que no son todos lo mismo. Si la oposición no se opone conseguirá también lo mismo que tanto periodismo equidistante: se convertirá en intrascendente.

Paradójicamente, el gobierno entero funciona como una vacuna. Inocula en un pueblo tranquilo la enfermedad de la soberbia y el privilegio y produce anticuerpos que toman la calle y dicen “no”.

La respuesta presidencial de una marcha que tomó las calles del país fue la queja por una manifestación artística y mortuoria en la Casa Rosada (con una simbologia habitual en marchas del aborto y de femicidios).

No, claro que la marcha no fue violenta. Lo único violento fue la fuerza de choque del sindicalista preferido del presidente. El matón enceguecido violentamente contra un viejito, la mejor metáfora del peor gobierno de la historia democrática argentina. Si esto es lo que la pareja de Fabiola vio, no vio nada. Seguirá ignorando a gran parte de sus gobernados. Que ya no se sienten gobernados.

Rompieron la democracia esta semana.

La gente en la calle juntó los pedazos.

Lo que viene es tan nuevo y bueno como sepamos hacerlo.