Los funcionarios designados ingresaron este jueves a la compañía junto con un escribano y directivos para sellar la conducción de Gabriel Delgado por 60 día. Desde el kirchnerismo duro consideran que la expropiación sigue siendo prioridad a pesar de las críticas.
En medio de una ciudad convulsionada por el avance institucional del kirchenrismo, finalmente el Gobierno nacional concretó este mediodía la intervención de la empresa Vicentin, tal como lo había anunciado el presidente Alberto Fernández el lunes pasado.
Después del fallido intento de anteayer, el subinterventor designado por el Ejecutivo, Luciano Zarich, ingresó pasadas las 12 de este jueves a la sede administrativa de la empresa en la localidad santafesina de Avellaneda junto al escribano oficial Carlos Gaitán y directivos de Vicentín.
El avance del Gobierno se da en momento de máxima tensión con los vecinos de la localidad y gran parte de la población rural que se ven amenazados ante el proyecto de estatización.
Precisamente, Fernández aseguró el martes pasado que enviará al Congreso un proyecto de ley de expropiación, lo que causó el rechazo masivo de la oposición y de las cámaras empresarias. También hubo manifestaciones frente a la sede de la compañía y un fuerte cacerolazo en distintos puntos del país.
Esta serie de reclamos provocaron que el Ejecutivo dejara en stand-by, por el momento, la expropiación de la firma y se concentrara en la intervención que se extenderá por 60 días, a cargo de Gabriel Delgado.
Mientras tanto, hoy a partir de las 18, el presidente recibirá en la Casa Rosada a Sergio Nardelli, CEO de la cerealera.
La entidad emblema del agro argentino acumula deudas con bancos nacionales e internacionales, fiscos y productores agropecuarios por unos $100.000 millones. El Banco Nación es el principal acreedor. A febrero, la empresa le debía, en dólares, el equivalente a $18.000 millones. Un pool de bancos internacionales reclaman, de manera conjunta, U$S500 millones.