El drama de tres amigas argentinas varadas en EE.UU: “¡Estamos en un barco infectado!”

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Amalia Díaz reveló que tiene fiebre y tos y que sólo fue aislada, pero no recibe atención. El Celebrity Eclipse fue rechazado en Chile y tuvo que navegar 10 días más hasta San Diego, donde sólo autorizaron a bajar a ciudadanos norteamericanos y europeos. Hay cuatro casos de coronavirus confirmados.


Parecía una película de placer y terminó siendo una de terror. Amalia Díaz tiene 68 años y con dos amigas emprendieron viaje en crucero hacia Uruguay, luego bajaron hasta Tierra del Fuego y llegaron a Chile. No solo que allí no los dejaron bajar sino que luego la empresa decidió que fueran a Estados Unidos para que bajaran ahí. Al momento de descender en suelo norteamericano, sólo pudieron hacerlo los nativos y europeos; todos los latinoamericanos continúan adentro del barco y la desesperación aumenta con el correr de las horas.

“Hay unos 600 pasajeros a bordo. Lo nuestro no empezó cuando llegamos a San Diego empezó cuando no nos podíamos bajar, antes paramos en una isla de Ecuador porque había gente mayor y había que completar medicación. Si bien la compañía dejó abierta la comida, queríamos volver a nuestro país. Eran 15 días, salimos el primero de marzo y queríamos recorrer la Patagonia, pero venimos padeciendo desde entonces”, contó la mujer en Le doy mi Palabra por Radio Mitre, quien confesó que tiene fiebre al igual que otros pasajeros.

“Cuando bajaron los europeos, cerraron muchas partes del buque; hasta ayer circulábamos libremente y ya sabían que había 3 tripulantes con el Covid-19. Hace tres días que no vienen a hacer la limpieza. El capitán nos dijo que no podíamos circular y así estamos”.

Consultada sobre el accionar del Gobierno argentino para intentar solucionar esta situación, Amalia aseguró que “conseguimos el número del canciller Felipe Solá; un compañero habló con él y lo contactó con el cónsul de aquí que se movió con nosotros. Ayer empecé con fiebre y tos; me fui a la enfermería, a mis compañeras las pasaron a otra habitación. Nadie vino a tomarme la fiebre”.

“Estamos en un barco infectado. Queremos volver a nuestra patria, si alguno se enferma que nos trate un médico que hable nuestro idioma. Si tengo covid y tengo algo más grave, muero acá”, alertó.