Anabel Fernández Sagasti, otra muestra del avance de La Cámpora en el poder

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La senadora que participó en la intervención de Vicentin es la “mimada” de Cristina y se convirtió en una de las espadas de la vicepresidenta en la Cámara Alta.


La figura de Anabel Fernández Sagasti toma cada vez más fuerza en el Gobierno y hoy por hoy es una de las principales dirigentes en la que más confía la vicepresidenta Cristina Kirchner para llevar adelante sus aspiraciones políticas. En su última aparición para asuntos de transcendencia nacional y de alto impacto, se posicionó como la ideóloga de la intervención e inminente expropiación de la agroexportadora Vicentín o como mediadora para “la obra del siglo” en el sur mendocino.

“Gracias Anabel por tus aportes”, le reconoció el presidente Alberto Fernández tras informar el caso de la cerealera. Al tomar la palabra, la dirigente de La Cámpora justificó la medida y aseguró que “tiene que ver con una mirada estratégica con lo que viene en la Argentina. Es una empresa testigo muy importante de granos. Por eso, se decidió que la mirada fuera más empresarial que estatal” . Y después completó: “Es una decisión histórica y crucial para lo que viene en la nueva normalidad en la Argentina”.

Así, la joven política mendocina, que fue candidata a la gobernación el año pasado y derrotada por el actual mandatario radical Rodolfo Suárez por 15 puntos de diferencia, no deja de ganar terreno: también es la líder de la oposición en tierra cuyana, donde el kirchnerismo busca mantener espacios de poder tanto en la Legislatura como dentro del partido justicialista.

La estrecha relación de poder le valió ocupar un lugar clave en la actual administración nacional, principalmente desde la Cámara Alta. Allí, es la vicepresidenta del bloque oficialista y preside la comisión de Acuerdos , donde también se discutirá la designación del juez Daniel Rafecas al frente de la Procuración General de la Nación.

Influenciada por las ideas peronistas y sindicales de su papá, desde muy joven se metió en política y comenzó a militar la ideología K. De hecho, fue la encargada de fundar en tierra cuyana la agrupación La Cámpora, a través de la cual logró ser electa diputada nacional en 2011. Luego, en 2015 se quedó con una banca en el Senado, con proyectos enfocados en la defensa de los trabajadores y mostrando su aval a las iniciativas de interrupción voluntaria del embarazo.