Santa Fe: una provincia que sangra y un ministro humorista

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Entre Rosario y la capital provincial hubo 69 muertes en enero y febrero. Los insólitos exabruptos de Marcelo Saín, el jefe de la cartera de Seguridad, que no hace pie.

Por Carlos Claá

El inicio de año no podía ser peor para Santa Fe en cuanto a la inseguridad y la violencia. Es que en apenas los dos primeros meses del 2020, hubo 69 homicidios entre el departamento La Capital y Rosario, los dos más grandes de la provincia.

Un promedio tristemente impactante: más de un asesinato por jornada, en los primeros 60 días del año.

Para colmo, el ministro de Seguridad provincial, el experimentado Marcelo Saín, no para de tropezar con sus palabras y sus hechos. Se trenza en polémicas sin sentido y discute con periodistas, como si eso solucionara algo. No lo hace: la violencia continúa.

En los últimos días, en una de las perlitas de su colección de exabruptos, dijo que la ola de homicidios que afecta las dos principales ciudades de Santa Fe “es algo bastante estacional en esta época del año”. Así de simple, como si fuese un mero comentarista de la realidad y no el responsable de que esta sangría se detenga.

Para colmo, si fuese algo “bastante estacional”, las estadísticas deberían darle la razón. Vaya sorpresa: no lo hacen. En los primeros dos meses del 2019, entre Santa Fe y Rosario habían sucedido 26 crímenes. El 38% de los que ocurrieron este 2020. Y hay algo que es irrefutable: todos los eneros y febreros son verano en Santa Fe, como en cada lugar del Ecuador hacia el sur.

Pero supongamos que este 2020 hay algo diferente en la estación, para hacerle caso al diagnóstico de Saín. Tampoco sería correcto: en Córdoba, una provincia de similares características a Santa Fe, en enero y febrero hubo 14 homicidios. La doctrina de la ola de homicidios por la cuestión “bastante estacional” no podría sostenerse demasiado, más allá de la intención del ministro de Seguridad.

Las polémicas declaraciones de Marcelo Saín lo llevaron a ser noticia nacional en varias oportunidades, a pesar de que sólo lleva en la gestión menos de tres meses al frente de esa cartera. Sin embargo, a sus 55 años, su experiencia como ex interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, ex diputado de la provincia de Buenos Aires y su profusa actividad académica, entre otras actividades realizadas, lo colocan con un hombre con experiencia suficiente como para no tropezar con tanta frecuencia. Hasta ahora, sin embargo, no paró de hacerlo.

La última frase polémica la dijo en el estudio de Crónica TV, sobre el final de una extensa entrevista que le había realizado el periodista Mauro Federico: “Gracias por venir”, lo saludó. Y el funcionario hizo una broma que cayó muy mal en Santa Fe: “Vine a descansar (a Buenos Aires) porque si me quedo allá me cagan a tiros”. Los mensajes de repudio se multiplicaron en las redes y lo obligaron a hacer un descargo, a medias, sobre lo que había sucedido. En vez de retractarse, fue por más: “Hay personas y dirigentes santafesinos que creen que lo que digo es joda y no es serio. Son los que siempre han puesto la basura abajo de la alfombra que hoy se empieza a ver”. No hizo más que reavivar los enojos.

A mediados de febrero, se trenzó en una pelea discursiva con los vecinos de la ciudad más poblada de Santa Fe: “La sociedad rosarina se cree que vive en un cantón suizo, pero hay un enorme nivel de violencia”, les dijo, como si no les tocara vivir en carne propia la inseguridad. Además, el ministro de Seguridad dijo que no hablaría de asesinatos puntuales sino que debía abordar un “problema complejo”.

Febrero tuvo muchos traspiés para el funcionario más polémico de la gestión de Perotti. Apenas se había iniciado el mes, Saín fue partícipe de otra polémica, luego de anunciar que aumentaría el valor del servicio de adicionales que regía para los efectivos policiales de Santa Fe. Los clubes de fútbol, las cámaras de comercio y todos los que deben contar con policías en sus establecimientos, pusieron el grito en el cielo. Pero el ministro de Seguridad se defendió: “Gente hipócrita: quieren la policía sueca pero está dispuestos a pagar la policía congoleña”.

Pero su paso en falso más recordado en estos virulentos tres meses de gestión fue el que cometió a finales de enero. De repente, cambió la foto de perfil de su cuenta de Twitter. La imagen seria, de saco y corbata, había desaparecido y se podía ver allí un collage con la foto de Capitán América, el superhéroe norteamericano, y el rostro del ministro. 

Lo primero que imaginaron los vecinos de Santa Fe es que le habían hackeado la cuenta, pero el funcionario confirmó que él había sido el encargado de ponerla. Era una humorada que, otra vez, causó poca gracia. A raíz de las críticas, el ministro le dijo a la prensa que no iba a hablar más con los medios, porque sólo se ocupaban de dar malas noticias. “Publican muchos robos, muchos asaltos y muchos homicidios. No veo tanta publicación de los procedimientos positivos”, manifestó. 

Y algo cumplió: no volvió a hablar con los medios de Santa Fe. Las últimas entrevistas fueron con canales y radios nacionales, mientras la violencia en la provincia continúa.