Los agentes deberán prestar declaración tras la feria judicial.
Aquella madrugada del 18 de enero de 2015, Alberto Nisman fue hallado sin vida con un disparo en la cabeza en el baño de su departamento en Puerto Madero. A 5 años y medio del hecho, la justicia no supo qué hicieron exactamente en ese lapso los grupos operativos que estaban trabajando en la calle, hablando minuto a minuto.
La información que trascendió fue que hablaron por teléfono entre todos decenas de veces durante 11 horas, desde que los custodios de Nisman llegaron a la Torre Le Parc para iniciar su rutina de trabajo hasta que un cerrajero abrió una puerta que no había sido cerrada por dentro y el país entró en conmoción.
Estos agentes de planta de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, la ex SIDE) también recibieron llamados de sus superiores y, lo más importante, reportaron a ellos durante todo el día. Algo estaba pasando. Algo que no sucedió nunca antes ni sucedería después, porque nunca antes ni después los llamados volvieron a cruzarse de ese modo un domingo.
Aunque el frenesí de las llamadas había comenzado a la mañana de aquel domingo 18 de enero de 2015, lo que pasaba se supo después de las diez de la noche: Nisman, el fiscal que cuatro días antes había denunciado a la presidenta Cristina Kirchner por encubrir a los acusados de haber volado la AMIA, estaba muerto.
Cinco años y medio después, aquellos agentes de inteligencia serán citados a declarar por primera vez, según anticiparon fuentes judiciales. Las citaciones saldrán del equipo especial que investiga la muerte de Nisman, a cargo del fiscal Eduardo Taiano, en cuanto se habilite la actividad judicial tras la cuarentena y abarcan a “entre 10 y 15 personas, por lo menos”. Deberán concurrir a la Justicia tras la feria judicial.
Con información de Clarín