Osvaldo Bazán: “La política entendida como María, la del Barrio”

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Leé la columna del periodista Osvaldo Bazán publicada en el portal El Sol. “El gobierno, que nombra a la oposición como “odiadores seriales” es un verdadero “odiador novelero”.

Por Osvado Bazán

Aparece asesinado, casualmente, un señor acusado con muchas pruebas de habernos robado unos mil millones de pesos. ¿Cómo hizo este señor para robarnos mil millones de pesos? Fue secretario privado, casualmente, de una señora que fue presidenta y que ahora es presidentavice, casualmente, gracias al voto de los robados; señora a la que vinculó, casualmente, ante la justicia con un esquema de recaudación de sobornos, en el conocido casi como escolarmente “caso de los cuadernos”, que no es más que un montón de libretitas en donde se anotaban los fangotes de guita que, de una u otra manera, salían de los bolsillos, casualmente, nuestros y se socializaban en bolsos, casualmente, que volaban en aviones que también, casualmente, pagamos todos nosotros.

El señor aparece asesinado, casualmente, en la provincia gobernada ahora por la cuñada de la señora de la que era secretario y a la que, casualmente, denunció y que fue gobernada antes durante doce años por el marido de la señora que hoy es presidentavice y, casualmente, hermano de la señora que ahora es gobernadora de esa provincia.

Entre los asesinos aparecen dos hermanos, casualmente, nietos de un escribano que, casualmente, escrituró varias propiedades al marido de la señora que ahora es presidentavice y que, además, fue, casualmente, beneficiado en la misma maniobra en la que fue beneficiado, casualmente, el marido de la señora que ahora es presidentavice con la compra de tierras fiscales a precio de regalo por un intendente que, casualmente, pertenecía al partido de la señora que ahora es presidentavice, en la época en la que, casualmente, el marido de la señora que ahora es presidentavice, era presidente.

También aparece el nieto de otro intendente, casualmente, también perteneciente al partido tanto de la señora que ahora es presidentavice como de su fallecido marido y de su gobernadora cuñada.

La fiscal del caso, casualmente, es sobrina tanto de la señora que ahora es presidentavice como del señor que fue gobernador de la provincia durante doce años porque, casualmente, es hija de la gobernadora de la provincia donde apareció, casualmente, asesinado el señor que nos robó mil millones de pesos mientras era secretario privado de la señora que ahora es presidentavice.

Por otro lado, la fiscal sobrina también fue, casualmente, beneficiada por la compra de terrenos fiscales en la provincia gobernada por su mamá, en el país manejado por su tío, a precio vil. También la hermana de la fiscal, hija de la gobernadora, sobrina de la presidenta vice y su marido, ligó tierras a dos mangos. Santa Cruz es grande y la caridad bien entendida empieza por casa. O, mejor, por las mansiones de la familia.

La encargada del área científica que hace las pericias del crimen del señor que nos robó mil millones de pesos, es casualmente, hermana menor tanto de la gobernadora de la provincia donde apareció asesinado el señor que nos robó mil millones de pesos como del señor que fue durante 12 años gobernador de esa misma provincia, por lo tanto, cuñada, casualmente, de la señora que ahora es presidentavice, acusada por el asesinado de participar, casualmente, de la maniobra de los bolsos voladores con plata nuestra en aviones que pagamos nosotros y, casualmente, tía de la fiscal del caso del asesinato del señor que nos robó mil millones de pesos cuando era secretario privado de la señora que ahora es presidentavice.

Por otro lado, la señora encargada del área que hace las pericias del crimen del señor que nos robó mil millones de pesos, también fue beneficiada, casualmente, por la compra de terrenos fiscales a dos mangos, en la provincia gobernada por su hermana, en el país manejado por su hermano. Todos ellos, fueron investigados por la fiscal que es hija, sobrina, hermana y ella misma, más casualmente imposible.

Ante estas circunstancias casuales, la oposición emite con rapidez un comunicado calificando el hecho como de “extrema gravedad institucional” y pidiendo, con lógica republicana, que en la investigación no apareciese, casualmente, ningún familiar de la presidenta vice, porque como había sido acusada por el señor asesinado y se supone que no había nada de amor en el crimen como dijeron, casualmente, de entrada los adláteres del gobierno y hasta el juez del caso que más que hablar por las sentencias parece que habla por las dudas; no había amor decía y sí había, casualmente, mucha ambición por parte del dinero que volaba en los mismos aviones que la actual presidentavice y el señor asesinado, en la época en que el asesinado estaba vivo, la presidentavice era presidenta a secas y el asesinado era obligado a soportar, él dijo, el destrato de la presidentavice y el bulling de su marido.

El gobierno que gobierna en la ciudad, en la provincia y en el país donde ocurrió el crimen empezó a usar la palabra que, casualmente, es el eje de toda su comunicación actual con todos aquellos que no son seguidores del gobierno: odio.

¡Queridos! ¡Qué drama queen hacen por un documento político! Odio es el que tenía Soraya Montenegro cuando abrió la puerta y encontró a Nandito a los besos con Alicia y le tiró el inmortal: “¡Maldita Lisiada!” en “María, la del Barrio”. Responder un documento político con un sentimiento de novela mexicana es medio rascar el fondo de la olla en tiempos de ollas vacías.

El gobierno, que nombra a la oposición como “odiadores seriales” es un verdadero “odiador novelero” y llama “odio” a tipos que no aguantan más y salen a decirlo a la calle, a pesar de que corren el riesgo de contagiarse con un virus que el mismo gobierno no supo enfrentar, detalle éste que tantos analistas obvian al momento de analizar (el detalle es que los manifestantes saben que hay un virus, no lo desprecian, le temen y así y todo salen, no que el gobierno no lo supo enfrentar; bueno, ese detalle tampoco está en el análisis de los analistas, gente no muy detallista por lo que se ve).

Y ahí salieron todos, desde el Presidente hasta la antes conocida como revista humorística con una cantinela que les encanta: todos los que no son ellos, son el odio, y los malditos lisiados son las redes sociales, esos artilugios tecnológicos que le permite a cualquier fulano en joggineta engrasada con doritos sabor bbq, decirle a los poderosos de cualquier ámbito lo que se le ocurre y ¿saben por qué? Porque puede, porque se le canta, porque no necesita ninguna razón para decirlo.

El gobierno parece tener mucha desconfianza de todo lo que sea libertad pero claro ¿qué opinión puede esperarse de millones de personas que hace 120 días están en sus casas sin terminar de saber por qué, dado que rociaron con miedo y guardaron información? ¿Qué opinión puede esperarse de millones de personas que ven esfumarse en días el trabajo de años? ¿Qué opinión puede esperarse de gente que ve deprimirse a sus mayores, alienarse a sus hijos, tensar su relación con sus parejas si es que conviven o remendar con videocámaras su relación con sus parejas, si es que no conviven? ¿Qué opinión puede esperarse del que perdió su trabajo y sabe que cuando salga, le será muy difícil conseguir uno? ¿Qué opinión puede esperarse del que por primera vez tuvo que superar la vergüenza y pedir un paquete de polenta a sus vecinos? ¿Qué opinión puede esperarse de alguien a quien se le dijo que hiciese un esfuerzo mientras el sistema de salud se preparaba y ve, 120 días después, que el sistema de salud estalla y que quienes le pidieron un esfuerzo no lo hicieron? ¿Qué opinión puede esperarse de aquél que hace 120 días que no puede ver a sus familiares directos y asiste por televisión a viajes presidenciales por todo el país, sin tapabocas ni distanciamiento social, como si fuese una gracia? ¿Qué opinión puede esperarse de millones de argentinos que ven cómo quienes estaban presos por robarnos millones de dólares salen en libertad, que se toman decisiones fundamentales que pueden condicionar la historia económica del país mientras la justicia duerme su feria eterna y el congreso se maneja con un joystic amañado que termina el juego cuando va ganando? Bueno, ¿qué opinión pueden tener? Cualquier persona apenas informada, mínimamente sensible y simplemente despierta ve una olla a presión a punto de estallar.

El gobierno nacional, en cambio, espera las encuestas. Encuestas que, casualmente, el mismo gobierno paga, también casualmente, con el dinero de aquellos que son encuestados. Hay cierta sospecha de alguna gente muy suspicaz que llega a pensar que si uno paga para que le cuenten qué piensan de uno, quizás, quizás, la respuesta que reciba, casualmente, sea la que está esperando. Y esa gente, tan suspicaz, gente mala y sin corazón, puede llegar a creer que quien pagó la encuesta para sentirse beneficiado por los números, la deslizará públicamente para que todos crean que esa opinión pagada es una opinión verdadera.

Mientras tanto, el tipo al que ni le preguntaron, opina cualquier otra cosa y va y sale a la calle y dice “Libertad”, dice “Basta de corrupción”, dice “Justicia”. Sin embargo, el gobierno, en lugar de escuchar qué dice la gente cuando dice, casualmente, hace foco en un lamentable suceso puntual y resume a su beneficio una marcha de banderas que piden libertad y justicia en todo el país, a un deplorable enfrentamiento de vaya uno a saber quién con el móvil de un canal de televisión, casualmente, famoso por su mensaje de paz y armonía.

Toda esa gente en la calle manifiesta mayor temor por la pérdida de libertad y justicia que por la más terrible pandemia que haya enfrentado en sus vidas. ¿Nadie lee eso? ¿De verdad el gobierno pagó un informe el mismo día de las marchas para ver quiénes y cuándo en las redes habían “convocado”? Twitter acaba de cumplir 14 años ¿hay que explicarles a los expertos en comunicación política cómo funciona? No parece. Parece más bien que la elección del odio, la oposición y las redes como eje del mal son una salida fácil para una Armada Brancaleone que se encontró de golpe con la necesidad de gestionar cosas valiosas que se les van de la mano -la vida y los bienes de los ciudadanos- cuando en realidad sus verdaderos objetivos eran choreo, impunidad y venganza.

Todo no se puede, te preparaste toda la vida para el sobreprecio de la obra pública, el acomodo del primo lejano en una cuadrícula estatal y la tramoya en Comodoro Py y resulta que tenés que salir corriendo a comprar respiradores y armar camitas cucheta de pino en clubes de barrio porque se te mueren los votantes.

Al gobierno se le pide “oído” pero pone un espejo en la palabra y sólo ve “odio”. Si no sabés leer, no aprendés la lección. Por eso tanta gente ve que el gobierno no está pasando el examen. Criminalizar la protesta social es la peor respuesta. No sólo no te escuchan, te penan por expresarte.

Los dirigentes, como Soraya, abrieron la puerta y se encontraron con lo último que quisieran ver, que en este caso no fue Nandito y Alicia a los besos sino una sociedad con exigencias.

Sería bueno que quienes hablan de odio y criminalizan las protestas, en lugar de gritar “¡Maldita lisiada!” repasen cómo fue que terminó Soraya.

Mirá la nota completa de Osvaldo Bazán publicada en el portal El Sol