“Soy un fiscal que actúa con libertad e independencia. Sigo firme en mis convicciones”; afirmó el fiscal del juicio e la Obra Pública, quien denunció una campaña en su contra.
El fiscal Diego Luciani pidió este viernes al Tribunal Oral Federal 2 que rechace “in límine” las recusaciones que plantearon en su contra cinco imputados en el juicio por la concesión de obra pública a la provincia de Santa Cruz entre 2003 y 2015. “No tengo animosidad contra ninguno de los imputados”, aseguró al exponer esta mañana contra los planteos de la defensa de la vicepresidenta.
“Es la primera vez que me recusan en mi carrera. Este planteo es de mala fe y absolutamente temerario. Me achacan ser el brazo ejecutor de no se qué por jugar al futbol”, se indignó el funcionario judicial.
Paradójicamente, recordó que fue nombrado con acuerdo del Senado por la vicepresidenta y que durante años estuvo vinculado al Ministerio de Justicia porque, desde los tiempos del kirchnerismo, participaba gratis brindando capacitaciones. “Fui nombrado por quien hoy me recusa, Cristina Kirchner”, dijo Luciani, visiblemente enojado. “Y fui trasladado por la entonces procuradora, Gils Carbó”, agregó.
Luciani dijo que está pasando algo preocupante. “Hay una campaña para debilitarme psicológicamente. Soy un fiscal de la Nación que actúa con libertad e independencia. Quiero ser claro: respeto y horno la función que cumplo. Lo hago con respeto y con dignidad, porque tengo un mandato público. Sepan que sigo firme en mis convicciones”.
De manera categórica, el fiscal negó tener contacto con Macri y dijo que jamás tuvo “pertenencias políticas ni partidarias”, ni “aspiraciones” en ese sentido. También negó cualquier “interés en la causa” o “animosidad contra ninguno de los investigados”.
“Hace nueve años que trabajo ante el Tribunal Oral Federal 2. Si se hubiera configurado alguna causal, yo mismo hubiera planteado mi excusación”, sostuvo y dijo que muchas veces este tribunal falló en su contra, también en este caso.
“Cuando empiezo a exponer mi alegato me recusan por falta de objetividad. ¿De verdad les parece serio el planteo?, se preguntó Luciani.