Los aumentos a los jubilados seguirán siendo por decreto hasta fin de año

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El Gobierno prorrogó la suspensión de la movilidad jubilatoria sancionada durante el macrismo y de esta manera determinarán “a dedo” la suba de los haberes, como lo hizo en marzo y junio.


Con el argumento de “preservar el poder adquisitivo”, pese a que los datos no sostengan esa teoría, el Gobierno nacional había comenzado su gestión este año con una medida que impactó de plano en el bolsillo de los jubilados y pensionados, en el marco de la ley de Emergencia Económica. Fue así que suspendieron la fórmula de movilidad implementada durante el macrismo en 2017 en aquella aberrante jornada de agresión y violencia de militantes K contra las fuerzas de seguridad y el Parlamento.

Este jueves el Poder Ejecutivo decidió prorrogar la suspensión la movilidad jubilatoria y resolvió por decreto extender la medida hasta el próximo 31 de diciembre. Ante el rechazo de la oposición y las dificultades para lograr una sanción antes del 20 de junio, el Gobierno apeló al Boletín Oficial y de este modo mantendrá los aumentos “a dedo” en forma trimestral.

Aún restan las subas de septiembre y diciembre- a través de distintos decretos tal como sucedió en marzo y junio de este año. En el mes de marzo hubo una suma fija de $1.500, más una suma extra del 2,3%, que en el caso de las jubilaciones mínimas significó un aumento del 13%, mientras para junio se anunció un 6,2%.

El DNU 542/2020 establece la prórroga “hasta el 31 de diciembre de 2020 de la suspensión de la aplicación del artículo 32 de la Ley Nº 24.241, establecida en el artículo 55 de la Ley Nº 27.541”. Además, se aclaró que “durante este período el Poder Ejecutivo determinará el incremento de los haberes previsionales correspondiente al régimen general de la Ley Nº 24.241 con el fin de preservar el poder adquisitivo, atendiendo prioritariamente a los beneficiarios y las beneficiarias de menores ingresos”.

Al vencerse el plazo, semanas atrás, el proyecto para la nueva extensión fue enviado al Congreso bajo con el argumento de que “las grandes distorsiones de las variables macroeconómicas que inciden sobre los diversos elementos que podrían constituir los parámetros de una ecuación de movilidad, y en el marco de una volatilidad de la actividad económica que se va acomodando, diariamente, a la realidad impuesta por la pandemia mundial del COVID-19, resulta absolutamente imposible ya construir una fórmula de movilidad seria, razonable y perdurable”.