Encuentro más podrido que Maduro

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La mayoría de los argentinos y la totalidad de los venezolanos exiliados en nuestro país sienten vergüenza ajena por Lula y Alberto Fernández. Trataron con los honores de un prócer a un dictador sanguinario como Nicolás Maduro. Lula volvió al poder con 77 años, pero lo que están viejas son sus ideas jurásicas. Radicalizó su discurso y se puso del lado de un criminal de lesa humanidad como Vladimir Putin y le dio la espalda al pueblo de Ucrania. Y ahora, tuvo la suficiente cara de piedra para decir que con Venezuela hay una “narrativa construida y un prejuicio muy grande” porque en ese país “hay democracia”. Sería bueno que Lula leyera los informes de Michelle Bachellet, la ex presidenta socialista de Chile sobre las terribles violaciones a los derechos humanos del chavismo. No creo que Lula se atreva a decir que se trata de una narrativa o que Bachellet es una fascista. Sería útil que Lula explicara cómo es posible que Venezuela tengo más de 7 millones de refugiados. Junto a Siria son los países del mundo donde más gente huye masivamente. Se escapan de una dictadura que los asfixia con falta de libertad, con asesinatos a mansalva, con presos políticos, torturas y con hambre al pueblo. Solo basta ver las calles de Caracas patrulladas por los militares que son el único sostén que tiene la tiranía que, como si esto fuera poco, está intoxicada de narco tráfico y de mega corrupción de estado.

¿Ese es el tipo de régimen que fomenta el Unasur que Lula y Alberto quieren resucitar?

¿Ese fue el objetivo de la reunión entre Alberto y Maduro?

El Foro Argentino por la Democracia en la Región (FADER) emitió un comunicado donde repudia la “normalización de la dictadura venezolana por parte de los presidentes de Brasil y Argentina”.

Es foro está integrado en forma plural, entre otros por Santiago Kovadloff, Graciela Fernández Meijide, Alfredo Cornejo, Marcel Birmajer, Elisa Trotta y Waldo Wolff.

En su texto aseguran que las palabras de Lula “son una afrenta a las víctimas de la dictadura venezolana y una minimización de los crímenes de lesa humanidad perpetrados por quienes hoy ocupan el poder y son investigados por la Corte Penal Internacional”.

Alberto Fernández, Sergio Massa y Cristina, la jefa, profanan las banderas que Argentina levantó en el mundo desde la recuperación democrática en 1983. Ese prestigio logrado por la acción de Raúl Alfonsín, el juicio a las juntas, la Conadep y el Nunca Más es mancillado por un kirchnerismo que también es cómplice de Cuba y Nicaragua y que ni siquiera condena el terrorismo de Hamas y la Jihad Islámica como corresponde.

Este fin de semana en el Centro Cultural Kirchner, el gobierno celebró los 50 años de restablecimiento de las relaciones con Cuba. Defendieron ese gobierno de dinosaurios marxistas, aristas como Teresa Parodi, sacerdotes como Paco Olveira, el mismo que pidió destituir a la Corte, ministros como Tristón Bauer, Daniel Filmus y condenados como Amado Boudou.

Hace 5 meses, Elisa Trotta, ex representante de la

Asamblea de Venezuela en nuestro país, fue demoledora al criticar a Oscar Laborde y al gobierno kirchnerista. Aseguró que el embajador argentino en Caracas “pareciera hablar en nombre de un dictador investigado por crímenes de lesa humanidad en La Haya, como es Nicolás Maduro”. Defensora de la libertad y la democracia en Venezuela, Trotta dijo sobre Laborde que “es una vergüenza su defensa a un régimen responsable de muertes, torturas y desapariciones forzadas”.

Los muchachos chavistas no tienen división de poderes ni estado de derecho en su país y creen que así debe ser en todos lados. Como en Cuba, en Nicaragua o Irán. Allá, un capanga da una orden y se cumple. Exprópiese, decía Chávez y se expropiaba al instante. Metan preso o torturen a aquel y eso se hace. En Argentina avanzó mucho el autoritarismo K, pero, por ahora eso no se hace. La sociedad democrática no lo permite. Acá no hay militares armados hasta los dientes en la calle sojuzgando al pueblo como allá.

De todas maneras, el chavismo exige mucho más de Alberto. Quieren que sea un títere de Cristina, como lo es ahora, pero que también se convierta en una marioneta de Maduro con quien se reunió ayer en Brasil.

En su momento, Pedro Carreño, un esbirro de Maduro fue el más agresivo e irrespetuoso con el presidente Fernández. Parecía la ex diputada Fernanda Vallejos. Lo llamó “pelele y títere del imperio y jalabolas con actitudes rastreras”

Hasta Jorge Rodríguez,  el titular de la Asamblea Legislativa trucha, llamó “productores de mentira” al diario Clarín y al portal Infobae por la cobertura del tema del avión iraní ploteado como venezolano. No tienen límites ni vergüenza.

Las relaciones carnales que han tenido los Kirchner con el chavismo, produjeron negocios sucios, valijas con dólares corruptos y todo tipo de operaciones ilegales. Pero la máxima provocación tal vez haya sido cuando el aparato de propaganda de la dictadura criminal aseguró que el atentado terrorista a la AMIA fue “un falso positivo”. Es una forma de decir “auto atentado” o tragedia simulada. Es una burla, una falta de respeto gravísima a la memoria de las 85 víctimas y al dolor de sus familiares. Hoy Venezuela es el centro de las operaciones y ejercicios militares de Irán y Rusia en América Latina. Están fabricando y probando drones artillados.

Frente a semejante afrenta inaceptable el gobierno argentino no dijo nada. Nadie abrió la boca. Ni el Presidente, ni la vice, ni el canciller. Daniel Sabsay, tal vez nuestro constitucionalista más encumbrado, en su momento, reaccionó en Twitter. “Realmente escandaloso. Increíble que nuestra cancillería no haya  reaccionado frente a semejante atropello. El silencio importa la aceptación de tan monstruosa declaración. Una humillación más para las víctimas y sus familiares”.

Si Cristina y Alberto agachan la cabeza y prefieren dejarse manosear es un tema de ellos. Pagarán sus costos políticos por ser tan genuflexos. Pero deben saber que a la mayoría de los argentinos no nos gusta que nos ultrajen ni que nos injurien. Tenemos la dignidad que ustedes no tienen. Y mucho menos nos bancamos que esas agresiones vengan de parte de una narco dictadura criminal que goza de la admiración del ladri progresismo argentino. Hay que tener la dignidad que el gobierno no tiene. La dignidad que Lula perdió. Basta del chavismo kirchnerista que se cae de Maduro.

Editorial de Alfredo Leuco en Radio MItre