El sindicalista se considera víctima de una persecución judicial y apuntó contra el ex presidente. “Fue un vendepatria”.
El ex titular de la Uocra de La Plata, Juan Pablo “Pata” Medina, disparó este lunes contra el expresidente Mauricio Macri al considerarse un víctima de la “persecución judicial” que comenzó con la gestión de Cambiemos.
“Me considero totalmente inocente. Que la Justicie me demuestre lo contrario. Fue un apriete del Gobierno [de Cambiemos] para que me armen una causa”, se defiende el gremialista, quien fue detenido en septiembre de 2017, acusado de asociación ilícita, coacción agravada y extorsión reiterada por disposición de la justicia federal de Quilmes.
“Macri fue un vendepatria. Ese tipo tiene que estar colgado en la Plaza de Mayo. Hace cuatro años que hay pandemia en la Argentina, empezó con Macri”, lanzó Medina en declaraciones radiales.
Cabe recordar que en diciembre pasado, la Cámara Federal de La Plata le otorgó la prisión domiciliaria al sindicalista, quien supo ser uno de los dirigentes con más poder y que luego fue vinculado con múltiples hechos de violencia durante el kirchnerismo.
Al frente de la Uocra platense durante 16 años, el “Pata” armó una estructura de poder verticalista en torno al mundo de la construcción. Fue denunciado de armar un mecanismo de coimas y generó un ejército de simpatizantes a través de la ayuda social.
El dirigente protagonizó varios escándalos. En 2013, cuando una fuerte inundación afectó a La Plata, los simpatizantes de Medina se enfrentaron con militantes de La Cámpora, a quienes acusaron de querer monopolizar la asistencia a los damnificados. Más tarde trascendió que el vehículo en el que se movilizaron los trabajadores afiliados a la Uocra que se enfrentaron con los kirchneristas tenía una cédula azul a nombre del hijo del dirigente.
En 2016, una facción de la Uocra que él lideraba se enfrentó a los tiros con un grupo del gremio de camioneros que conducía Hugo Moyano durante el traslado del cuerpo del expresidente Juan Domingo Perón a la quinta de San Vicente.
Un año después, en 2017, permaneció atrincherado por horas en una de las sedes del gremio para evitar su detención. Apoyado por decenas de simpatizantes que amenazaron con arrojar piedras y bombas molotov caseras a las fuerzas de seguridad, Medina evitó entregarse durante toda una jornada, hasta que finalmente cedió y aceptó ser encarcelado.