Una recopilación de encuestas refleja cómo la valoración del presidente se vio perjudicada durante el último mes. La extensa cuarentena, la liberación de presos y las maniobras de su vice le juegan en contra.
A pesar de que la imagen de Alberto Fernández subió con creces desde que llegó al poder -igualando parámetros históricos de antecesores como Raúl Alfonsín o Néstor Kirchner- en los primeros días de abril esa tendencia comenzó a alterarse con un comportamiento inhabitual que coincide con la llegada del coronavirus a la Argentina.
Hubo un quiebre en su valoración positiva y aunque hablamos de una disminución baja, es sostenida. La duda de los encuestadores es hasta cuándo y cuánto declinará.
Clarín recopiló los principales números y definiciones que revelaron consultores y analistas más cercanos al kirchnerismo, otros que trabajaron para el macrismo y quienes lo hicieron alternativamente para distintas fuerzas políticas.
Ricardo Rouvier (Rouvier & Asociados): “Influyen la prolongación de la cuarentena y las domiciliarias”
El consultor, que trabajó durante años para el Gobierno de los Kirchner y ahora sigue acercando sus estudios a ese espacio, presentó el sondeo más actualizado, este mismo martes. Se trata de un relevamiento nacional de 1.200 casos, entre el 28 de abril y el 3 mayo. Arranca el resumen de conclusiones destacando justamente la caída en las imágenes. Dice así:
– “La prolongación de la cuarentena y la catarata comunicacional alrededor del tema del acceso al beneficio de prisión domiciliaria por parte de ciertos detenidos, tuvieron sus efectos sobre la imagen y la popularidad de la dirigencia”.
– “La calificación positiva presidencial detuvo su ritmo de crecimiento, aunque igual mantiene el primer lugar en la tabla de imagen. A pesar de que hay otros dirigentes que han mejorado, como Horacio Rodríguez Larreta, no lo han hecho de tal manera que puedan desplazar a Alberto Fernández”.
– “La ex presidenta Cristina Kirchner desciende levemente en su calificación positiva, creciendo la negativa. Mientras el gobernador Axel Kicillof se mantiene estable”.
– “La evaluación de la gestión del Gobierno nacional también ha descendido unos puntos. El cuestionamiento a las medidas sobre la salida de presos para que cumplan prisión domiciliaria generó una reacción negativa. Mas allá de que estas decisiones sean del ámbito judicial, la opinión pública entiende que hay una iniciativa del Gobierno en este tema”.
¿Algunos números de Rouvier? La imagen de Alberto Fernández combina 67,6% de valoración positiva (43,9% de “buena” y “muy buena”, y 23,7% de “regular buena”) con 30,7% de negativa (18,5% de “mala” y “muy mala”, y 12,2% de “regular mala”).
El saldo es altamente a su favor, pero se fue achicando respecto al pico que tuvo en marzo, con + 68,6% y – 29,3%. Algo similar ocurrió con la mirada sobre la gestión del Gobierno: en un mes, bajó de 692% a 66,9% de ponderación positiva y subió de 29,5% a 31,2% la negativa.
Alejandro Catterberg (Poliarquía): “Cae su aprobación entre los votantes no peronistas”
El último trabajo de Poliarquía, una consultora vinculada históricamente al macrismo pero que hizo trabajos para gestiones del peronismo también, advierte sobre una baja en la manera en que la gente ve al Presidente manejar la crisis sanitaria. Es un relevamiento nacional de 2.398 casos, entre el 17 y el 23 de abril.
Allí, en una semana cayó cuatro puntos la aprobación “de lo que está haciendo Alberto Fernández en relación al coronavirus” (de 84 a 80 puntos). También bajó siete puntos, de 79 a 72, la evaluación positiva del “accionar del Gobierno para prevenir el avance” de la pandemia.
“Y la imagen del Presidente, en la última semana, perdió tres puntos. Pero sigue muy alta igual”, advierte a Clarín el director de la consultora Alejandro Catterberg. Y hace un interesante análisis cualitativo de cómo evolucionó la ponderación de Fernández desde que asumió y luego con la llegada del Covid-19.
– “La valoración del Presidente, con la llegada del coronavirus creció entre gente que no lo había votado. Entre los votantes del Frente de Todos, su aprobación siempre estuvo arriba del 90%. Lo que ocurrió es que entre los votantes de Cambiemos, primero la imagen positiva pasó de un tercio a casi dos tercios en el máximo auge de él, de la coordinación y el acuerdo nacional en relación a la pandemia”.
– “Pero en los últimos días o semanas, a medida que la gente le fue perdiendo el temor y el respecto al virus, y el impacto económico empieza a crecer, más la aparición de temas más vinculados a la discusión política e ideológica, como puede ser lo de la liberación de presos, y la reaparición de líneas del kirchnerismo influyendo, lo que empieza a ocurrir es que la aprobación entre los votantes no peronistas vuelve a caer de a poco. Ahí para mí está la clave del auge y lo que empezamos a ver del retroceso”.
Catterberg muestra un cuadro con esa evolución, aún sin los datos finales, que registrarían la caída: así, Alberto Fernández asumió con 94% de imagen positiva entre los votantes del Frente de Todos y 34% entre los de Juntos por el Cambio. Con la llegada del coronavirus, la ponderación de los K subió cinco puntos, al casi ideal 99%; y la de los macristas/radicales, 33 puntos, para tocar un pico de 67%. Esa suba impensada y abrupta es la que estaría cediendo.
Lucas Romero (Synopsis): “Cuando Cristina se le acerca, la base se le achica”
La consultora, creada en 2015 y que trabajó para diferentes espacios, hizo un estudio nacional de 1.125 casos, entre el 23 y el 26 de abril. Allí, muestra sus últimos datos de imagen de Alberto Fernández, con 53,1% de positiva, 24,7% de negativa y 21,6% de neutra (completa 0,6% de ns/nc).
Es interesante también aquí ver la evolución: según los datos de Synopsis, el Presidente tenía 42% de positiva y 37,4% de negativa en la era pre coronovirus, arranque de marzo. Para fines de ese mes tocó un pico (59,1% de positiva y 19,8% de negativa) y cierra abril con una caída de seis puntos. ¿Las razones? Esto dice Romero:
– “Como marco general, diría que con el paso del tiempo se abrieron márgenes para una mirada crítica de lo que el Gobierno hizo para gestionar la crisis. Cuando aparece una amenaza exterior siempre se produce por solidaridad de padecientes un fenómeno de unión nacional. Todos nos encolumnamos detrás de quien nos protege. Del Comandante en Jefe. Y en este caso, el Comandante en Jefe reaccionó como para que nos sintiéramos contentos, porque tomó las medidas más protectoras que podía tomar”.
– “En la medida que nos vamos familiarizando con la amenaza, la vamos conociendo, vamos perdiendo un poco el miedo. Y ello nos permite empezar a mirar con un sentido más crítico lo que quien nos defiende está haciendo. Y creo que eso habilitó la posibilidad de que Alberto Fernández sufriera cierto desgaste por cómo está administrando esta crisis”.
– “Como marco particular agregaría que se fueron cometiendo errores: 1) El caos que fue la organización del pago de jubilaciones y planes sociales de marzo. 2) Los sobresueldos en Desarrollo Social para comprar alimentos. 3) La liberación de presos por riesgo de coronavirus. 4) La lentitud en implementar medidas (demoras en bono de 10.000 pesos y ayuda a Empresas). 5) Las idas y vueltas con decisiones, como las salidas recreativas. En todas esas decisiones hubo un patrón que fue la falta de coordinación entre áreas de Gobierno o al interior de áreas de Gobierno. Como si el Gobierno estuviera acusando recibo de las dificultades de transformar el Frente de Todos (electoral) en un equipo de Gobierno (gestión)”.
– “Finalmente te diría que la mejora en la imagen de Alberto Fernández se produce con la atracción de un segmento del electorado que tiene un profundo deseo de que Alberto Fernández no sea Cristina Kirchner. Y creo que la centralidad que Fernández ganó en la crisis alimentó ese deseo. En la medida que CFK se meta como se metió en estos últimos días en decisiones de Gobierno y quede en evidencia que lo que esos deseaban que suceda no sucede, posiblemente ello tenga repercusión en la imagen de Alberto Fernández. Sobre todo porque hoy tenés un contraste muy fuerte entre la imagen positiva de Fernández y la negativa de Cristina Kirchner”.
– “El resumen sería así, cuanto más lejos se muestra de Cristina (la crisis ayudó en eso), más ancha se le hace la base de apoyo porque seduce a un electorado centrista no kirchnerista. Pero cuando Cristina se le acerca (toma o incide en decisiones), esa base se le vuelve a achicar porque esa mismo electorado centrista le retira su apoyo”.
Con información de Clarín