Cristina y Alberto atacan de nuevo. La gran mayoría de sus acciones y declaraciones son contra todos. Es como si el autoritarismo o el patoterismo de estado, fueran una actividad esencial de este cuarto gobierno kirchnerista. No descansan en su agresividad ni en la cuarentena eterna. Gran parte de la sociedad se pregunta: ¿Cuándo volveremos a la fase constitucional?
Casi ningún sector se salva de sus retos, escraches y amenazas. Les están arruinando la vida a los jubilados y a los comerciantes de clase media. Pero primero van por el resto de los pilares republicanos para quedarse casi con la suma del poder público. Hablo del poder judicial y el legislativo.
Contra la justicia. Desde que sellaron el pacto de impunidad y Cristina le ofreció ser presidente, Alberto Fernández mira para otro lado mientras la reina mueve sus piezas de ajedrez. La ministra Marcela Losardo, apreciada por prudencia y capacidad técnica, está prácticamente pintada. Ni habla ni ejerce como jefa de su cartera. Dicen que no pega el portazo con su renuncia para no provocarle más daño a la erosionada investidura presidencial. Pero la justicia en este país la maneja Cristina con Juan Martín Mena que solo en los papeles es el segundo.
Es un ministerio expropiado por Cristina. Copó con sus soldados todos los puestos claves. Carlos Zannini, Horacio Pietragalla, María Laura Garrigós de Rébori, Felix Crous, Claudio Cholakian, Gerónimo Ustarroz, Mariano Recalde, Vanesa Siley, son solo algunos de los más importantes. Ellos tienen el mismo objetivo de lograr la impunidad para Cristina y todos los integrantes del Cartel de los Pinguinos y de paso, hacer desfilar por tribunales a la mayor cantidad de opositores y periodistas independientes que puedan.
Pero eso no les alcanza. Van por la Reforma Judicial y la Corte Suprema. Con una ingenuidad rayana con la complicidad, Gustavo Béliz y Vilma Ibarra, honestos funcionarios, le dieron forma a una reforma que por lo que se conoció, es bastante razonable. Pero, los cristinistas le arrebataron el proyecto. El nuevo, en la interna, es conocido como “La Deforma Judicial”. Estará a cargo de los talibanes de Cristina como Eugenio Zaffaroni y su propio abogado, Carlos Beraldi y tendrá cambios revolucionarios que es la forma que tienen de llamar al chavismo K en los tribunales. Tirar por la ventana a los actuales jueces y fiscales independientes y ampliar los miembros de Comodoro Py y de la Corte es parte de su agenda. Quieren militantes en cada despacho y mayoría automática en el máximo tribunal. Ya avisaron las doctoras Garrigós de Rébori, fundadora de Justicia Legítima y Graciana Peñafort, abogada de Cristina y de Boudou y jefa legal del Senado. Ambas dijeron que no les gusta el funcionamiento actual de la Corte y es como si lo hubiera dicho Cristina. Por lo menos fueron más civilizadas que Hebe Bonafini que propuso directamente tomar la Corte Suprema ante el aplauso de Gabriel Mariotto y hasta del mismísimo Julio Piumatto.
Contra el Congreso.
Cristina no tiene los dos tercios de los senadores y por lo tanto le va a costar muchísimo consagrar a Daniel Rafecas como Procurador General de la Nación. El próximo jefe de todos los fiscales es la frutilla del postre de la impunidad. De todos modos, a Cristina le importan poco los reglamentos y los límites. Ni siquiera cumple con la mínima exigencia de utilizar barbijo como todos los mortales. Ella va por todo y lo demuestra en cada sesión. Se trataron proyectos por afuera del tema de la pandemia, cosa que no estaba dentro del acuerdo. Y se votó una comisión investigadora ilegal e inconstitucional solo a los efectos de apretar a Vicentín y ensuciar a Javier González Fraga ex jefe del Banco Nación. Lo aprobaron por simple mayoría y encima Cristina dejó mudo al jefe del bloque opositor porque desconectó el sistema remoto.
El maltrato y la soberbia, además son permanentes. Así será difícil acercar algún senador más para juntar mayorías calificadas. Salvo que la billetera del presidente le quiebre la resistencia a los gobernadores opositores y obliguen a sus senadores a votar al lado de Cristina. Sería un escándalo institucional muy grave. Veremos si eso ocurre.
Contra las empresas.
Los casos de Vicentín y Latam son bastante conocidos. A una la quisieron expropiar y la sociedad civil se los impidió. A la otra, lograron fundirla y obligarla a que se vaya del país. La Cámpora en Aerolíneas y Pablo Biró entre los gremios aeronáuticos, le hicieron la vida imposible. Apelaron a “La gran Néstor” que se utilizó tanto en Santa Cruz. Hostilidad permanente hasta obligarlos a vender o a que se vayan.
Lo de Vicentín fue tragicómico. Los setentistas sin votos y La Cámpora celebraron la expropiación inminente como si fuera el Asalto al Cuartel Moncada. Pero Alberto reculó y los dejó colgados del pincel. Hasta Graciana Peñafort, la propia vocera legal de Cristina, prometió una expropiación que hasta ahora no pudieron cumplir. Hacen una lectura equivocada de la correlación de fuerzas. Ganaron la elección pero más de 10 millones de personas van a resistir las “ideas más locas”, como dijo en su momento Alberto. Necesitan más volumen político para avanzar y se les hace complicado por la actitud sectaria y altanera de la vice presidenta. Tal vez recurran a más autoritarismo y ciertos niveles de violencia y eso podría complicar todo. De bronca acusaron a Vicentín de aportar a la campaña de Macri. De inmediato se supo que diez accionistas de esa empresa habían hecho fuertes aportes económicos para la campaña de Cristina y que ella había estado en una inauguración del grupo y que hasta había pedido su parte de acciones. En broma por supuesto.
Pero lo de estos día no es ninguna broma. Acusaron al Banco Nación gestión macrista de la cantidad de créditos que le dieron a Vicentín. Y otra vez, enseguida se supo que durante la gestión de Cristina le habían dado más créditos todavía. No pegan una porque quieren jugar por afuera del sistema. Alberto los trató de miserables a los de Techint. Pero hace unos días, intentó cambiar el clima anti negocios y felicitó al empresario Marcelo Midlin, durante la puesta en marcha de una planta de generación térmica.
Fue una señal positiva para los empresarios que otra vez destruyó con un tuit una cristinista chavista de la primera hora. Alicia Castro, escribió: “Midlin compró IECSA, del primo de Macri y fue el campeón de los que operaron con dólares y el mecanismo macrista de vaciar al país con sus amigos y cargar la deuda privada sobre la espalda del pueblo. Felicitar a Midlin es como si en Estados Unidos felicitaran a Al Capone” Teléfono para Alberto.
El exitoso desarrollador Eduardo Costantini, durante una video conferencia dijo lo que muchos de sus pares no se atreven: “al gobierno se le ocurren cosas que meten miedo. No será fácil cambiar las expectativas negativas. La economía fue puesta en coma farmacológico. Liberaron personas como Boudou, hablan de impuesto a la riqueza. (Horacio Verbitsky, operador en las sombras de Cristina anunció que lo presentarán el 14 de julio). Constantini dijo ante la Bolsa de Comercio de Córdoba que todo esto va a producir mayor recesión, sobre todo cuando avanzan sobre Vicentín o cuando dicen que sus planes los van a concretar “por la razón o por la fuerza”. Finalmente confirmó que la clase media va a sufrir mucho porque el efecto económico de la cuarentena va a ser monumental y además Argentina está aislada”. El dato de la caída económica de abril es pavoroso. El 26,4% es el derrumbe más grave de la historia y confirma la hecatombe social a la que vamos.
Contra el campo. Hubo más de 60 roturas de silo bolsas en las zonas más productivas de la Argentina agropecuaria. Hubo hasta robo de ganado, carneo de corderos e incendio intencional de un par de campos. La queja de los chacareros se hizo escuchar fuerte porque el nivel de impunidad para cometer esos delitos salvajes es total. No hubo un solo detenido, ni un solo sospechoso. Son ataques coordinados cargados de odio ideológico absolutamente irracional. Porque ni siquiera lo roban para utilizarlo. Destruyen los granos pese a que esos productos podrían ser alimentos para la gente, los animales o dólares de exportación, tres cuestiones que el país necesita y que militantes kirchneristas se encargan de destruir.
Entre algunos tuiteros K se incentivó para cometer esos delitos como una forma de venganza contra la oligarquía macrista. Pero Hebe Bonafini no tuvo problemas en convocar a semejante irracionalidad y violación de la ley. Los ministros, Sabina Frederic y Luis Basterra descartaron ante los representantes del campo que “se tratara de cuestiones de odio ideológico o por política y militancia”. ¿Cómo saben Basterra y Fréderic que no son militantes cristinistas empujados por la bronca contra el campo o por las órdenes de Hebe que hizo públicas. ¿Cómo saben si nunca detuvieron a nadie? Ojo que este tema tiene otro costado de mucha gravedad. Estos sabotajes en algunos casos dejan a los agricultores sin posibilidades de seguir trabajando o pierden gran parte de su esfuerzo. Lo más grave sería que ante la inacción del estado, muchos quisieran hacer justicia por mano propia. Ojo con eso. Seria producto de una descomposición social de la que sería muy difícil regresar y que nadie quiere.
Todas historias tenebrosas de los Fernández que van por todo y que atacan de nuevo.
Editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi Palabra por Radio Mitre