Un misil contra Casal y la libertad

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Hay que encender una luz roja de alarma en el tablero de la democracia. Hace mucho tiempo que lo vengo advirtiendo. Y mañana será un día clave: el cristinismo disparará un misil contra Eduardo Casal y contra la independencia de poderes. Van por Casal, pero vienen por todo. La maniobra de Cristina es de extrema gravedad institucional. Están a punto de avanzar con una ley que les va a permitir tirar por la ventana al actual jefe de los fiscales que es honesto e independiente, y colocar en su lugar a un títere manejado a control remoto por la jefa del jefe del estado. Como si esto fuera poco, con el nuevo sistema acusatorio el futuro procurador tendrá tanto o más poder que un miembro de la Corte Suprema. Y además, el tribunal de enjuiciamiento que propone el gobierno nacional es una pistola en la cabeza de todos los fiscales que se atrevan a investigar al poder. Marcelo Varona Quintián, el titular de la Asociación Argentina de Fiscales, dijo que el proyecto, “es inconstitucional, viola tratados internacionales y quieren acabar con el poder judicial porque así se termina la lucha contra la corrupción”.

Lisa y llanamente es destruir o colonizar al Poder Judicial, uno de los pilares de la República. Se trata de la movida más audaz e irresponsable de Cristina para lograr su plan de impunidad y venganza.

La oposición puso el grito en el cielo y advirtió dos cosas: que si avanzan con esa ley, no apoyarán la postergación de las elecciones y que “cortarán hasta el último vestigio de diálogo institucional” con el gobierno de los Fernández.

Las asociaciones de fiscales, jueces y abogados, también se oponen.

El prestigioso constitucionalista Roberto Gargarella aseguró que “le pediría de rodillas que no nos arrojen a una batalla constitucional porque este proyecto es inconcebible, aparece llamativa y exageradamente opuesto a la Constitución”.

Cuenta el colega Gustavo Ybarra en La Nación que, hasta la fiscal kirchnerista Mónica Cuñarro, integrante de Justicia Legítima, se opuso porque “se trata de una fuerte injerencia del poder político” y el cargo de Procurador General de la Nación fue pensado por la reforma del 94 como un órgano extra poder. Y agregó que “un procurador sin los dos tercios de los votos, jamás hubiera sido capaz de impulsar la inconstitucionalidad de las leyes de punto final y obediencia debida”. Y eso fue confirmado por Nicolás Becerra que tomó aquella decisión.

Pero el gobierno está muy cerca de conseguir los 129 diputados que le darán el quorum y también el triunfo parlamentario. Los votos que le faltan al cristinismo los están consiguiendo entre esos legisladores tránsfugas, vacunados vip, que son kirchneristas pero que se disfrazan de opositores para conseguir todo tipo de beneficios y prebendas.

Mañana le darán dictamen de comisión y la semana que viene, en el recinto, se convertirá en ley al proyecto que ya tiene media sanción del Senado.  A las 18, diversas agrupaciones de ciudadanos independientes están convocando al Congreso para hacer oír su voz de protesta. Entre ellos está el Equipo Banquemos que coordina Ricardo Benedetti y el Equipo Republicano que encabeza Aura Marina. En sus volantes dicen que “sin fiscales independientes, gobierna la mafia” y citan una frase de Golda Meir: “Nunca sabrás lo fuerte que eres…hasta que ser fuerte sea tu única opción”. El diputado Jorge Enriquez viralizó un video con música del himno nacional, donde dice que hay que impedir este abuso kirchnerista, antes  de que sea tarde. Y Laura Alonso, la ex titular de la Oficina Anticorrupción, identificó a cuatro diputados que vendieron su voto y a los que calificó de corruptos y traidores a la patria. Campo más ciudad produjo un video muy emotivo que exige salir a la calle a defender la patria de nuestros hijos y nietos.

Está claro que el proyecto es un verdadero mamarracho anticonstitucional que aprovecha para esconderse detrás del dolor y el horror por los miles muertos por la pandemia y la multiplicación de pobres por el desastre económico.

Alberto Fernández reaccionó una vez más, con una flagrante mentira. Dijo que esto pasaba porque la oposición se negó a tratar la aprobación del juez Daniel Rafecas, el candidato que el propuso. Miente a sabiendas, el presidente. El sabe perfectamente que fue su jefa Cristina la que cajoneó el tema y jamás habilitó su tratamiento. Ella nunca quiso a Rafecas porque si bien es sumiso, no es lo suficientemente sumiso. Cristina necesita soldados de la causa o directamente esclavos. Está desesperada porque la impunidad la debe conseguir antes de las elecciones. Teme que los comicios se conviertan en un voto castigo fuerte para el oficialismo. Eso generaría que los jueces y los fiscales avancen con todas las causas que la involucran como jefa de la corrupción más grande perpetrada en la historia democrática argentina. Por eso tiene tanta urgencia. Por eso atropella todas las reglas. El diputado Alvaro de Lamadrid acaba de decir que si pierde las elecciones, el destino de  Cristina es la cárcel o el exilio.

El próximo procurador, con la ley actual, debe ser una persona intachable, una eminencia del derecho de excelencia académica y sin ningún vínculo con los partidos políticos. Alguien respetado por todos y absolutamente independiente. Votar a esa persona sería un gran paso de calidad institucional y el germen de un acuerdo sano y sin puñales bajo el poncho.

Pero Cristina quiere algo muy distinto. Chavismo K es domesticar a la justicia y garantizar su impunidad y la de su familia y perseguir a los que piensan distinto. Semejante locura está en marcha. ¿Se podrá frenar?  

Editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi Palabra, por Radio Mitre