Diputados de la coalición opositora criticaron la postura del Ejecutivo por rechazar las millones de dosis que ofreció el laboratorio estadounidense para combatir el Covid. “Ginés y Vizzotti deben dar respuestas”, exigieron.
Los laboratorios que producen vacunas contra el covid-19 se presentaron este martes en el Congreso para brindar toda la información acerca de las negociaciones que llevaron a cabo con el Gobierno argentino. En medio de la polémica que surgió por Pfizer, el gerente general de la empresa en Argentina, Nicolás Vaquer, aseguró que la farmacéutica no tiene “ningún interés en intervenir con bienes del Estado”, negó que el Gobierno argentino haya pedido “pagos indebidos o exigencias de intermediarios” y dijo que se sigue avanzando para alcanzar un acuerdo.
Aunque llamativamente, el directivo fue claro al señalar que no hay acuerdo posible si no se modifica la ley que fue aprobada en el Congreso: “Hoy la ley no es compatible con algunos aspectos contractuales que está proponiendo Pfizer”. En cuanto a las condiciones que puso el laboratorio para traer sus vacunas al país, remarcó que “es importante destacar que no hay ningún interés en intervenir con bienes del estado” y precisó que “esto incluye recursos naturales, reservas del banco central, activos militares, estratégicos o culturale
Al dar precisiones sobre la primera oferta de vacunas que le hizo al Gobierno argentino, Vaquer señaló que fue de manera oficial y por escrito el 27 de julio de 2020 y por 13,2 millones de vacunas”. “De las 13,2 millones, un millón de dosis eran antes de fin del año, 2 millones en el primer trimestre, 5 millones en el segundo trimestre y el resto en el cuarto trimestre”, detalló el empresario, frase que provocó la furia de los dirigentes de la oposición en las redes sociales.
Vaquer dejó en claro que en Pfizer están “dispuestos y trabajando en este momento para avanzar y allanar el camino en un posible acuerdo”, y descartó pedidos de retornos o socios locales por parte de Argentina. “Es importante resaltar que durante la negociación en ningún momento hubo pedidos de pago indebidos o exigencia de intermediarios”, agregó.
A su vez, apuntó que una vacuna normal lleva entre 7 y 10 años de desarrollo y que Pfizer “asumió el riesgo de acelerar procesos”.”Esta velocidad requerida por todo el mundo trajo aparejado el riesgo inusual sin precedente de demanda. Por eso, Pfizer pide cláusulas de inmunidad y otras protecciones. Son consistentes en 116 países que ya firmamos acuerdo”, cerró.