El exgobernador de Entre Ríos y hasta ahora embajador fue sentenciado a ocho años de prisión e inhabilitación absoluta por corrupción. Aunque renunció, celebró el 25 de Mayo en la sede diplomática.
Pese a la condena de ocho años de prisión por corrupción y pese a haber renunciado como embajador en Israel hace más de un mes, Sergio Urribarri encabezó el miércoles un acto por el 25 de Mayo en la embajada argentina en ese país, informó el periodista Nicolás Wiñazki en TN Central. Juntos por el Cambio pidió, en Diputados, juicio político contra el canciller Santiago Cafiero.
Además de ocho años de pena de prisión, la Justicia de Entre Ríos le había aplicado la inhabilitación absoluta perpetua para ejercer cargos públicos, en una causa investigada por la fiscal Cecilia Goyeneche, que fue destituida de su cargo.
El exmandatario entrerriano de hecho presentó la renuncia a su puesto como embajador en Israel el pasado 7 de abril y, pese a que informó que aceptaba su dimisión, el Gobierno de Alberto Fernández todavía no envió a Israel el decreto con el fin de su misión diplomática. Es decir, su desvinculación no se hizo efectiva.
De hecho, el martes, un grupo de Diputados de Juntos por el Cambio le pidió al Ejecutivo que informe, a través de la Cancillería, cuál era la situación de Sergio Urribarri, que no regresó al país tras la condena por corrupción.
Según confirmó a TN el jefe del bloque del PRO en Diputados, Cristian Ritondo, la oposición también presentó un pedido de juicio político contra Santiago Cafiero como canciller de la Argentina. “Es el responsable de que esto esté ocurriendo”, dijo Ritondo.
“No se puede quedar un día más. No hablamos de una renuncia porque no quiere ser más embajador, renuncia porque es culpable de un delito”, agregó el titular del bloque del PRO.
El pedido de juicio político, firmado por el diputado Waldo Wolff, señala que “el Canciller argentino demuestra un desinterés absoluto en el mejor posicionamiento internacional del país, el incremento de su competitividad y su imagen internacional”.
“Nótese que por desidia, omisión y/o incompetencia de la cancillería, un funcionario que está condenado por el delito de corrupción sigue en sus funciones,percibiendo dinero del estado y representándolo a nivel internacional. Jugar ambiguamente, sin principios éticos y contra los intereses nacionales es de una impericia e irresponsabilidad intolerables”, agrega el texto.
La Justicia entrerriana encontró a Urribarri culpable de los delitos de peculado y negociaciones incompatibles con la función pública en cinco investigaciones por diversas irregularidades. Consideró probado que el exgobernador entrerriano direccionó contrataciones de publicidad del Estado provincial para fines particulares y montó un esquema de retornos.