“Hace muchos meses que estamos paralizados; al principio de la pandemia era una excusa, pero ya no hay más excusas”, se quejó el dirigente del Pro sobre la crisis social, las tomas de tierras y el reciente reclamos de la policía bonaerense.
Alejandro Finocchiaro, ex ministro de Educación durante el macrismo, cargó contra el gobernador Axel Kicillof por la falta de conducción en la Provincia en tiempos de máxima tensión por las protestas salariales de los policías y la creciente toma de tierras en el conurbano.
“Las usurpaciones está preocupando a los mismos intendentes y punteros políticos que antes las promovían. Hoy hay internas cruzadas, una gran capacidad del narcotráfico, muy interesada en estas barriadas y una gran connivencia de gente asociada a los municipios“, analizó el dirigente de la oposición.
Y siguió: “Sobre la Policía, cuyo reclamo es legítimo, deben mantenerse dentro de la ley y el estado de derecho marcan. Tienen dos problemas, el salarial y un problema gravísimo de conducción. Porque por un lado la postura de la ministra Frederic, quizás más capacitada para filmar un documental sobre las fuerzas de seguridad que para conducirlas; Berni que es quien toma decisiones; no es un combatiente en Normandía; entre ellos, tiene que haber un equilibro”.
Consultado sobre la situación que vive La Matanza y el reciente comunicado que envió Juntos por el Cambio exigiendo una pronta reacción del intendente, el ex funcionario insistió: “Fernando Espinoza se presentó como intendente porque no tenía dónde ir, porque hace años que quiere ser gobernador. Le pesa seguir gobernando La Matanza. Estamos viviendo la peor pandemia, y el programa de atención a centros de salud, apenas se había gastado el 8%, y los programas de la secretaría de salud, sólo el 5%. Eso es no gobernar, que la saluda de la gente de La Matanza, a quien gobierna no le interesa nada”.
“Hay un desorden propio de un gobierno nacional que tiene una conducción bifronte y que no gobierna. Un gobierno de la provincia que tampoco gobierna: ese es el problema, la inacción. Está pasando algo insólito; el presidente no es quien toma las decisiones, y esa tensión se puede sostener un mes o dos meses”, completó.