El joven lleva 107 días desaparecido y la investigación complica cada vez más a los efectivos de la bonaerense. Continúan los rastrillajes entre Bahía Blanca y Villarino.
Un nuevo rastrillaje frustrado entre los distritos de Bahía Blanca y Villarino para dar con el destino de Facundo Astudillo Castro (22) volvió a evidenciar las diferencias cada vez más marcadas entre el fiscal del caso y las querellas. Tuvo lugar en la tarde del jueves en cercanías de General Daniel Cerri y Ombucta, poblaciones a ambos lados de esos partidos del sudoeste bonaerense.
Agentes de la Policía Federal, con perros entrenados, recorrieron proximidades a la vía del ferrocarril y una zona de quintas, que incluyó la requisa de al menos una vivienda del sector. El operativo dispuesto por el fiscal Santiago Ulpiano Martínez se dio en el contexto de la hipótesis de que el joven pudo haber culminado en ese sector el viaje a dedo que inició el 30 de abril a las 6 de la mañana desde Pedro Luro y por la ruta 3.
Está ligada con los testimonios de los policías Siomara Flores, quien dijo haber levantado esa tarde al chico y dejado en el acceso a Teniente Origone, y de Alberto González, quien aseguró haber visto cuando subía a una camioneta, después de verificar que ya había sido infraccionado en Mayor Buratovich por violar la cuarentena. El 14 de julio, una mujer declaró que lo levantó en la ruta y dejó antes de la barrera sanitaria del kilómetro 714.
La última zona rastrillada está comprendida dentro del posible área de impacto de un par de intentos de comunicaciones, desde y hacia el teléfono de Facundo, sobre dos antenas de teléfonos celulares ubicadas en Bahía Blanca. Ocurrieron en la tarde noche de aquel día, en la que se verificaron contactos frustrados entre esa línea y la de la ex novia del chico, con la que convivió hasta febrero pasado.
“Hay constantes llamados al 911 que aportan datos que deben ser chequeados y la búsqueda es intensa”, dijo una fuente de la Fiscalía 1 bahiense a Clarín. Aseguró que la mujer que dijo haber levantado al joven “declaró en dos oportunidades y fue contundente”. El vocero ratificó que la hipótesis sobre la desaparición forzada de Facundo sigue en pie aunque, en el estado actual del expediente, “estamos cada vez más lejos de ella”.
Para la querella, la fiscalía “menosprecia” la hipótesis de que el chico fue desaparecido y muestra, con acciones como la del jueves, que la meta es la búsqueda de Facundo y no investigar la responsabilidad de la Policía bonaerense. En ese sentido, destacan que así se expresaron efectivos de la Policía Federal convocados a declarar esta semana sobre su rol en la causa que desde el 9 de julio solo se instruye en la justicia federal.
El martes, la jueza María Gabriela Marrón ratificó la decisión de Martínez de rechazar la detención de cuatro policías pedida por las querellas particular e institucional. Aseguró que las declaraciones de Flores y González están respaldadas por las pruebas recolectadas en la causa, como pericias telefónicas y el seguimiento satelital del patrullero 22788 que conducía el oficial, entre otras.
Marrón ya se había negado el 4 de agosto a detener a los agentes Jana Curuhinca y Mario Gabriel Sosa, quienes interceptaron a Facundo alrededor de las 10 de la mañana del 30 de abril en el acceso a Mayor Buratovich. El fiscal Martínez había pedido la indagatoria, tras analizar comunicaciones telefónicas entre ambos que le generaron duda sobre su actuación como preventores del delito de violación de cuarentena que regía por entonces.
En la fiscalía admiten que el foco de duda se corrió desde Mayor Buratovich a Teniente Origone, a partir del hallazgo de un amuleto de Facundo en los fondos del destacamento policial. Aunque para Martinez, que ordenó una pericia sobre huellas papiloscópicas, se trata de “un elemento más”. La querella de Cristina Castro opina lo contrario.
“Han optado por creerle más a declaraciones mendaces, que a lo que dice la madre de Facundo sobre ese elemento de Facundo que contradice los dichos de González”, opinó el abogado Luciano Peretto en Radio Altos. Recordó que, dos semanas después, el fiscal ni autorizó aún la prueba con luminol en el sitio donde se halló la pequeña sandía de madera con una vaquita de San Antonio en su interior ni ordenó preservar el sitio.
Las medidas pedidas por la querella apuntan a analizar la posible existencia de manchas hemáticas en la añeja construcción que se usó como calabozo tiempo atrás. Para Peretto, hay otro elemento que pone en duda los dichos del policía que, ante el llamado de un vecino, condujo el móvil policial hasta el kilómetro 750 para dar con un joven que estaba sentado a la vera de la ruta.
“Cuando lo demora, dice que le pide el documento y que el chico le responde que no lo tenía. Por eso, le entrega la licencia de conducir, a la que le saca una foto. Sin embargo, en el teléfono de Curuhinca, había dos fotos del frente y del dorso del DNI de Facundo, tomadas arriba de la camioneta de la policía”, reveló el abogado.
En un informe preliminar entregado esta semana al juzgado federal 2, Martínez destaca como elemento de prueba a favor de González las fotos tomadas a las licencias de conducir de Facundo que quedaron registradas en su teléfono a las 15:43 del 30 de abril. Asegura que ese horario coincide con el geoposicionamiento de su móvil, según el AVL analizado.
En base al informe de la empresa Claro sobre una de las antenas, Martínez teoriza que el chico pudo seguir viaje a Bahía Blanca. “Ello podría confirmar el testimonio de E.R., quien aseguró haber levantado a Facundo en una circunstancia que parecería ser la narrada por González”, sostiene el fiscal respecto del testimonio de la mujer.
“Desde allí, lo habría trasladado hasta las vías más cercanas a dicho pueblo, desde donde Facundo habría emprendido su camino hacia Bahía Blanca”, argumenta Martínez. Para el fiscal, la verosimilitud del relato de la testigo “se ve fortalecida, al momento, con el informe aportado por el municipio de Villarino del que surge que su vehículo fue captado a las 16:03 por la lectora de patentes emplazada en el kilómetro 714 de la ruta 3”.
La querella, además de asegurar que ese testimonio fue introducido en la causa por Sosa y Flores, denunció una adulteración en el último informe enviado desde el municipio de Villarino, lo que motivó un incidente de nulidad, aceptado por la jueza Marrón. Al mismo tiempo, Martínez dispuso abrir una investigación “a fin de resolver sobre las supuestas irregularidades vinculadas con los informes de circulación de vehículos” que giró al Juzgado Federal 1.
Fuente: Clarín