De Osvaldo Bazán a CFK: “Sí, te tenemos miedo”

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Otra brillante columna del periodista Osvaldo Bazán en el El Sol de Mendoza, en la que le apuntó directamente a Cristina Kirchner: “Su único interés desde el 10 de diciembre cuando asumió fue quebrar el sistema jurídico argentino”, escribió.

Por Osvaldo Bazán

Le dicen “la jefa” para acortar. En realidad, el título se completa con “de una asociación ilícita por admisión de dádivas en 22 hechos y por cohecho pasivo en 5 hechos”.

Según dijo la Justicia el 17 de septiembre del ’18 “hizo funcionar una maquinaria que le sacaba con procedimientos amañados dinero al Estado Nacional en detrimento de la educación, la salud, los jubilados, la seguridad, que dejaba al pueblo más humilde sin cloacas, sin agua corriente, sin servicios, sin transporte seguro, etc., etc., y todo esto se hizo para distribuir coimas a funcionarios corruptos a cambio que, por avaricia y codicia, ese selecto grupo de empresarios también se llenaran los bolsillos mediante su participación en licitaciones o concesiones, sosteniendo a posteriori un discurso acomodaticio y cobarde, pretendiendo haber cedido a las presiones oficiales, en bien de cuidar sus empresas y los puestos de trabajo de sus empleados”.

También se la puede conocer como Megamechera Intergaláctica y estamos todos de acuerdo. Cada obra pública, cada explotación de un corredor vial, cada concesión de un transporte ferroviario o la asignación de subsidios a cualquier empresa de bienes o servicios tenía un retorno. El Estado elegía sin ningún atisbo de transparencia a sus proveedores, les pagaba con guita que a cada uno de nosotros le había costado conseguir y una parte de esta plata iba a los bolsillos de los dos íconos progres argentos: Néstor Carlos Kirchner y Cristina Elisabet Fernández. Para que a los empresarios a los que les interesaba el país aceptaran, las contrataciones estaban infladas.

Como quedó demostrado, así se pagaron “voluntades del Poder Judicial o funcionarios que supieron trajinar algún organismo vinculado a tareas de inteligencia política”, dijo la Justicia. Pero la mayor parte de la plata fueron a lo de los chorros intergalácticos.

Nada nuevo. Los vimos adorar cajas fuertes y comprar carteras carísimas. A ellos y a todos los que los rodeaban, sean jardineros, choferes o hijos sin profesión conocida.

Nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda inconmensurable de los empresarios -en representación de compañías importantes como IECSA, Roggio, Esuco, Electroingeniería, Techint,etc – Aldo Roggio, Carlos Wagner, Angelo Calcaterra, Gabriel Romero, Luis Betnaza, Juan Chediack, Sergio Taselli, Enrique Menotti Pescarmona, Gerardo Ferreyra, Néstor Otero, Juan Carlos Lascurain, entre otros.

Ahora, la Megamechera -convertida en presidenta vice por el voto de millones de argentinos a los que nada de aquél robo conmovió- intenta quebrar el sistema jurídico argentino. Está tan demostrado el choreo, dejó los dedos marcados en tantos lugares, es tan una señora que se metió todas las latas de atunes posibles en la calza floreada y la registraron las cámaras de seguridad que, aún con el enorme poder que mantiene, quebrar el sistema jurídico es la única posibilidad que le queda para salvarse de Ezeiza, en sus modalidades avión hacia Venezuela o cárcel.

Su único interés desde el 10 de diciembre cuando asumió fue quebrar el sistema jurídico argentino.

Sin embargo, las principales figuras de la literatura, el cine, las artes plásticas, la música, las artes y las ciencias en general le rinden pleitesía, la nombran madre de dragones, libertadora de América, bella.

Jefa.

Jefa de una asociación ilícita.

Eso es lo que es.

Eso es lo que hay que decir y repetir.

¿La madre piadosa no tuvo una palabra por los 37 mil muertos que produjo el espantoso manejo de la pandemia en el país?

¿O por los cuatro millones de personas que se quedaron sin trabajo?

¿O por las decenas de muertos por la locura estatal de pretender un país inmóvil?

La vimos con el cartel de Santiago Maldonado, a la Megamechera. No le pregunten por Luis Espinoza, por Facundo Astudillo, por Mauro Ledesma, por Abigail, por tantos otros.

No le interesa.

Su único interés es quebrar el sistema jurídico argentino porque es culpable.

Ya sabemos todo esto.

Todos los días millones de personas honestas que deberían usar su tiempo en ser felices tienen que ocuparlo en ver cómo se defienden de las cachetadas de la Megamechera y sus ejércitos de impresentables.

Ya sabemos que no contamos, en general, con intelectuales ni con artistas, florecitas marchitas amarrados a sus contratitos roñosos, a sus excesivos egos, a sus universidades de juguete creadas especialmente para darles lustre y billetes, para que no queden en banda mostrando su inutilidad absoluta fuera de su círculo de cristal.

Ya sabemos que la oposición política tiene menos fuerza de la que desearíamos.

Ya sabemos que los empresarios no mueven un dedo sin permiso oficial, no vaya a ser cosa que se queden sin el próximo llamado a licitación.

Ya sabemos que entre el Presidente Coso y Fabiola no se ven demasiadas diferencias (bueno, quizás a ella Télam del Norte le dedique algunas notas más que a él).

Ya sabemos que muchos periodistas estrellas sólo la nombrarán forzando una equivalencia con Macri Caca porque el negocio es que sean todo lo mismo.

Ya sabemos que incluso esta Justicia cachuza que la Megamechera quiere quebrar porque no le sirve, la trata entre algodones.

Ya sabemos que el Papa más que Papa es Papelón.

Ya sabemos que a la Megamechera todos lestienen miedo. Ella lo había anunciado, en esa mediasonrisa de estafadora habitual: “Sólo hay que temer a Dios y un poquito a mí” dijo y los miedosos aplaudieron.

Frase icónica de CFK: Hay que tenerle miedo a Dios, y a mí un poquito”

Leé la columna completa de Osvaldo Bazán en El Sol de Mendoza haciendo click acá.