En una nueva exhibición de su poder, Cristina echó del gabinete a María Eugenia Bielsa por carta y puso en su lugar a un ministro chavista como Jorge Ferraresi. La tercera presidencia de Cristina y el cuarto gobierno kirchnerista se consolidan porque todos los días, como un pacman insaciable de poder y dinero, ella le va comienzo piezas del ajedrez oficial a Alberto, el presidente formal. Pruebas al canto. ¿Qué pasó con los funcionarios que no funcionan? Que Cristina apuntó en su carta. Veremos. Pero vamos por partes.
En su momento, el albertista Alejandro Vanoli fue despedido del Anses por su ineficiencia explícita. ¿Quién lo reemplazó? María Fernanda Raverta, dirigente de La Cámpora que tuvo la audacia de decir que “vamos a volver a la fórmula que trajo tanta alegría a los jubilados y que mejora su calidad de vida”. Al cierre de esta edición, estamos en condiciones de asegurar que a Raverta no se le cayó la cara de vergüenza, aunque algunos sospechan que en pocas horas le va a crecer la nariz de Pinocho. Pero sigamos con el pacman Cristina.
El albertista Sergio Lanziani fue despedido de la Secretaria de Energía por su ineficiencia explícita. ¿Quién lo reemplazó? El cristinista Darío Martínez que en sus primeras declaraciones anunció un aumento de tarifas y advirtió que en el verano “va a haber muchos cortes de luz”. Chocolate por la noticia. El que avisa no traiciona.
Cristina fue clarísima en su carta. Hay funcionarios y funcionarias que no funcionan. De inmediato se abrió la lista negra de espera de las eyecciones del gabinete y María Eugenia Bielsa estaba entre los primeros lugares. Cuando veas las barbas de tu vecino afeitar, pon las tuyas a remojar. Atentos Santiago Cafiero, Claudio Moroini, Vilma Ibarra y hasta Marcela Losardo, la socia histórica del presidente que fue retada públicamente por Leopoldo Moreau, el operador de Cristina.
Lo de Bielsa, ¿Fue también por ineficiencia explícita? Sin dudas. Bielsa nunca encontró su lugar en el gobierno, dio vueltas sin resolver nada y le mostraron la tarjeta amarilla cuando le sacaron la principal caja de fondos de su cartera y se la dieron a Daniel Arroyo. Hablo del Registro Nacional de Barrios Populares que tenía que urbanizar villas con un fideicomiso que de arranque ya tenía 8.800 millones de pesos. Un bocado de cardenal para Juan Grabois, el amigo del Papa. Una funcionaria que milita en su espacio, Fernanda Miño va a manejar semejante montaña de dinero. El Proyecto Artigas y la reforma agraria tienen el sustento asegurado. Pero la ausencia de actividad de Bielsa no fue el motivo fundamental de su expulsión. Cristina nunca le perdonó dos cosas: Bielsa es una mujer honesta que varias veces le dijo que no a Cristina. Bielsa no acepta la sumisión ni el verticalismo. Pero además, en un acto reconoció que el gobierno de los Kirchner había robado. Alguien filmó ese sincericidio con su celular y se hizo viral.
Cristina no perdió tiempo y movió a uno de sus alfiles para ocupar ese ministerio decisivo para ayudar a la gente y también para hacer clientelismo populista. Sacó una mujer y puso a un varón con “b” larga y “v” corta. Así entró Jorge Ferraresi en escena. ¿Es un científico en este falso gobierno de científicos? De ninguna manera. Aprendió el manejo de la obra pública al lado de uno de los grandes delincuentes del gobierno de delincuentes que fue el de Cristina. Hablo de José López, la mano derecha de Julio de Vido. Ferraresi trabajó al lado de Josesito que se hizo famoso mundialmente por haber recibido 9 millones de dólares de un secretario de Cristina, según confesó. A la madrugada y con una ametralladora, dejó esos billetes sucios de corrupción en bolsos en un monasterio que no era monasterio y en manos de unas monjas que no eran monjas. Era un convento donde mandaba Julio de Vido y en el que se rezaba al dios del dinero ajeno.
Pero de hecho, Ferraresi también tiene lo suyo. Fue acusado por un fraude al municipio de más de 96 millones de pesos y por enriquecimiento ilícito. Un vuelto al lado del presupuesto de 120 mil millones de pesos que va a disponer ahora. José López hizo escuela. Encima, los casi 100 millones de Avellaneda eran una fortuna destinada “al sistema alimentario escolar” y la denuncia aseguró que fue desviada a los bolsillos de la familia del intendente. Ese dinero era manejado por su esposa, Magdalena Sierra. Y la denuncia la hizo la ONG Contadores Forenses, entidad integrada por ex peritos de la Corte Suprema y profesores de las facultades de Ciencias Económicas.
Hace 11 años que Ferraresi es intendente de Avellaneda. Pero su lugar más encumbrado es la vice presidencia del Instituto Patria, sede del gobierno de Cristina. Fue repudiado por gran parte de la comunidad política cuando en un acto típico del fascismo de izquierda, utilizó a unos chicos para que le tomaran juramento mientras elogiaban a Perón, Néstor y Cristina que fue la invitada especial. También ocuparon destacadas butacas otros conocidos republicanos como Hugo Moyano y Oscar Parrilli.
Pero lo que más define a Ferraresi y por extensión a Cristina su jefa política, es su militancia chavista. Hay que ser chavista en estos tiempos donde líderes socialistas y con una ética intachable como Michelle Bachellet denuncian violaciones feroces a los derechos humanos en la Venezuela de Nicolás Maduro. Hay que ser chavista ante la realidad de casi 5 millones de venezolanos que huyeron del hambre, la inseguridad y el autoritarismo. Se fugaron hartos de una libertad de prensa que no existe y la libertad en general, que está pisoteada por las bota de los generales de la narco tiranía. Hay que ser chavista hoy que hasta la Corte Internacional de la Haya se dispone a juzgar a los ultra millonarios jerarcas del régimen por crímenes de lesa humanidad.
A Ferraresi nada de eso le importó a la hora de bautizar una plaza como “República Bolivariana de Venezuela” y hacerse acompañar de burócratas del gobierno chavista. Apoyaron esa ofensa a los derechos humanos, artistas K como Gerardo Romano, Rita Cortese, Teresa Parodi, Juan Palomino y Victoria Onetto que en ese momento se desempeñaba como secretaria de cultura de Avellaneda.
La reacción fue mediante una solicitada de intelectuales que calificaron a Maduro como un “genocida sin escrúpulos”. Firmaron lúcidos defensores de la democracia y la república como, Daniel Sabsay, Santiago Kovadloff y Marcelo Birmajer, entre otros. El posible candidato opositor a la intendencia, Luis Otero por el radicalismo cuestionó el manejo nada transparente y muy arbitrario de los fondos públicos y hasta del reparto de bolsones de comida. La expulsión de Bielsa también es un golpe para la relación entre Alberto y los gobernadores. La ex ministra era un símbolo de ese acuerdo en la figura de Omar Perotti, el jefe de estado santafesino.
Por el contrario, es otra muestra, como si hiciera falta, de que las decisiones de Cristina son ley para este gobierno. Alberto quiere a Daniel Rafecas como jefe de los fiscales pero Cristina le duerme el trámite en el senado y mientras tanto avanza en la modificación de los requisitos para ocupar ese lugar tan decisivo. Eso va a provocar la renuncia de Rafecas a esa candidatura. Cristina necesita alguien más decidido y fanático, alguien con menos pergaminos pero con menos escrúpulos. El Procurador será clave a la hora de abrir o cerrar las puertas de la impunidad para Cristina, sus hijos y el Cartel de los Pinguinos Ladrones.
Alberto por momento amaga con independizarse y ponerse los pantalones de presidente. Pero cada vez que lo intenta, Cristina, con un par de gritos, lo vuelve a reducir a la servidumbre. Echar a Maria Eugenia Bielsa y colocar a Jorge Ferraresi es apenas un ejemplo. Pero habrá más informaciones para este boletín. Y habrá más ministros boleteados por Cristina. No tengo dudas.
Editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi Palabra, por Radio Mitre