Cristina, el personaje negativo del año

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Mañana, en el último día, le vamos a rendir un humilde homenaje a los grandes personajes positivos del año. Serán los médicos, por supuesto. Esenciales en todo el sentido de la palabra. Pero el balance de estas épocas también incluye a los personajes más negativos. No hay dudas que ese lugar se lo ganó por mérito propio Cristina, la jefa del jefe del estado. Y muy cerca en el rating de daños causados está su hijo Máximo. Es la dinastía Kirchner que le hizo mucho daño a la democracia republicana de este país y que es la que más daño puede seguir haciendo.

Solo en las últimas horas, podemos registrar a Cristina gobernando el país con órdenes para que el presidente expulse del gabinete a los ministros ineficientes y cobardes. Ella quiere colocar soldados de su tropa en lugar de los tibios albertistas. Por eso en la Casa Rosada le dicen “Maléfica”. Pero lo dicen en voz baja y en off the record. Nadie se atrevería de comentarlo públicamente porque le tienen pánico a la reina. Ella opera con angurria para que Alberto sea apenas un puente de transición para que su hijo Máximo sea el próximo presidente de la Nación. ¿Cometeremos esa torpeza los argentinos de elegir a semejante personajes que en su vida manejó un kiosco y que su único mérito radica en su apellido? Veremos.

Está comprobado que los Kirchner van por todo y para siempre. La voracidad por el poder y por el dinero es infinita. Enfermiza. Máximo ya le quiere birlar la presidencia del Partido Justicialista de Buenos Aires a los intendentes que apenas aguantaron un round y ya empiezan a aflojar. Alberto salió a respaldar a Máximo. ¿Tenía otro remedio? Máximo estuvo muy agresivo ayer a la madrugada y desnudó su profunda concepción chavista del poder. En un momento mostró unas balas de goma para acusar al macrismo de represor y por lo tanto se puso del lado de los energúmenos que tiraron 14 toneladas de piedra contra el Congreso de la Nación. Aquella oposición a la fórmula jubilatoria fue violenta y golpista. La oposición a esta fórmula que aprobaron escondidos y que es mucho más perjudicial para los jubilados, fue racional y pacífica. Solo tiraron con adjetivos y a lo sumo, con alguna ironía. Sin embargo Máximo se auto percibe revolucionario y resistente contra el poder. Y dice que la oposición política es el verdadero poder y no ellos que ganaron las elecciones y tienen casi la suma del poder público. Es insólito. Fanatismo nacional populista. Es que asocian a Juntos por el Cambio a lo que ellos llaman el establishment y las corporaciones que junto a los medios y los jueces son el verdadero poder en la Argentina. Como dice un amigo, estos muchachos no vinieron a combatir a la oligarquía, vinieron a reemplazarla. Ellos son la verdadera oligarquía sindical y partidaria. Todos son y viven como millonarios y no han producido nada. Vivieron siempre del estado y del choreo.

Y hablando de millonarios, la jefa de la banda, Cristina sigue embolsando y reclamando más y más dinero del pueblo. No le alcanza con todo lo que se robaron y con la fortuna que los Kirchner, su familia, sus ministros y hasta sus secretarios privados le robaron al pueblo. Simulan que vinieron a redistribuir la riqueza y la distribuyeron entre ellos. Y se convirtieron en una fábrica atroz de pobres que dependen de las limosnas del estado. Pobrismo al palo. Clientelismo feroz. Cero justicia social.

Cristina acaba de lograr que un juez amigo y suplente le ordene al Anses que le paguen dos pensiones de privilegios mal llamada honoríficas. ¿Qué honor puede tener una presidente que es la más procesada y corrupta de la historia democrática? Lo cierto es que a partir de ahora, la reina cobrará más de un millón de pesos por mes. El estado, que somos todos, le va a pagar su sueldo de vice, sumado a más 800 mil pesos de su “asignación mensual vitalicia” y la de Néstor Kirchner. Ella le hizo juicio al estado y logró que además le paguen el retroactivo, con intereses y con un plus del 40% de su haber por “desarraigo austral”. Eso es para los que viven en la Patagonia. Como se sabe, Cristina fue senadora por la provincia de Buenos Aires y vive en el barrio más elegante y caro de la Ciudad. Su departamento en Recoleta está a 30 cuadras del Congreso y ella cobrará por desarraigo austral. No tienen vergüenza, no tienen estómago. No les importa nada más que su impunidad, la venganza, el poder absoluto y las montañas de dólares.

Por eso digo que Cristina es el personaje más negativo de este año tan negativo.

Hace 8 meses, los militontos K me  convirtieron en Trending Topic. Me insultaron en las redes porque en mis intervenciones nombro demasiado a Cristina Elisabet Fernández de Kirchner. El gobierno de los Fernández, fracasa exitosamente en todos los planos y no sabe cómo evitar las peleas que hay en la cima del poder de esta tercera presidencia de Cristina. Sin embargo sus fanáticos, en lugar de estar preocupados y ocupados en encontrar las soluciones a semejante desastre, se distraen con presuntas burlas a los periodistas independientes.

La manada obsecuente y verticalista empujó para el mismo lado y logró, una vez más, convertirme en Trending Topic. Eso significa que mi nombre y apellido, en un momento, apareció primero en la tabla de posiciones de los temas que más se estaban hablando en Twitter. Fue un tiro por la culata que le salió a los cristinistas más agresivos. Le aclaro que ya estoy acostumbrado a que los grupos de tareas K en las redes, me insulten de arriba abajo y mientan descaradamente sobre mi vida y mi trabajo. Tengo el cuero duro y lo tomo como parte de mi oficio. Me molesta que sean cobardes y anónimos, pero nada más. Yo doy la cara, estampo mi firma, y en cada opinión, pongo en juego los niveles de audiencia, mi relación con los dueños de los medios donde trabajo y, fundamentalmente, mi credibilidad. ¿Se entiende? Me recontra banco todas las críticas pero las únicas que valen son las que tienen nombre y apellido. Las que tienen el coraje de no ocultarse detrás de una capucha cibernética. Pero insisto, ya estoy acostumbrado a las injurias permanentes.

La brigada tuitera de Cristina salió a castigar duramente pero, muchos de los miles de oyentes o televidentes que me quieren y apoyan la manera en que ejerzo mi oficio, salieron a contestarles y a defenderme. Eso hizo que me convirtiera en Trendig Topic.

Fue tanta la gente que me defendió que  me siento obligado a hacer algunas reflexiones al respecto.

Soy uno de los más duros críticos de Cristina. Me enorgullezco de eso y de que les moleste a los defensores  del nacional populismo corrupto. Me siento orgulloso de lo que me acusan. Es verdad que aunque haya pandemia, yo no aflojo mis críticas a Cristina. Es verdad que mantengo esa coherencia y esa línea sin que me importe quien gobierne. No quiero hacer autobombo, pero analizar con crudeza y sin eufemismos la gravedad de las acciones de Cristina cuando está en el llano, es fácil. Lo complicado es hacerlo mientras ella está en el poder. Lo hice durante sus dos presidencias y lo hago ahora que es vice presidenta. Por supuesto que eso tiene costos de todo tipo para mí. Pero siento que esa es la manera más auténtica de jerarquizar este oficio que tanto amo. Los periodistas debemos ser abogados del hombre común y fiscales del poder. De todos los poderes. Del político y el económico.

Por supuesto que no me fijo quien está en el gobierno para hacer mis comentarios, aun los más duros. Sería un oportunista o un especulador o un pecho frío si bajara el tono porque Cristina está en el poder. Ya hay demasiados periodistas y medios que por convicción o por dinero le chupan las medias a Cristina o miran para otro lado y se hacen los boludos. Yo puedo estar equivocado, pero mantengo mi pensamiento y mis valores. No me doy vuelta. No soy una veleta ni un panqueque. Si no les gusta lo que digo no me escuchen o no me vean. Pero es ridículo que me critiquen por ser coherente.

¿Y sabe porque editorializo en forma permanente y con una valoración tan negativa a Cristina? Lo dije varias veces y lo voy a seguir diciendo en el futuro.

El análisis político que hago es que Cristina, es la persona que más daño le causó a la Argentina y la que más daño le sigue causando. Y como si esto fuera poco, no es una dirigente marginal. Todo lo contrario, tiene un caudal electoral con un piso del 25% de los votos y una tropa muy organizada entre los jóvenes de La Cámpora, los actores militantes y los servicios de inteligencia que fueron sembrados de espías dedicados a armar operaciones en contra de los periodistas independientes y de los dirigentes opositores.

Por eso me dedico tanto a Cristina. Porque estoy convencido que la Argentina va a poder salir adelante y tener más justicia y más libertad cuando la ex presidenta sea reducida a una expresión partidaria minoritaria y testimonial. Pero hoy Cristina es muy poderosa. Alberto es formalmente el primer mandatario pero ella es su jefa, ella es la que manda.

Fue la jefa de la asociación ilícita que saqueó al estado y multiplicó la semilla de la grieta que había sembrado su marido Néstor Kirchner. Les voy a dar una primicia a los amanuenses de Cristina: yo no soy el que más la critica. El más feroz y recurrente fue un tal Alberto Fernández, no sé si lo ubican. Trabaja aunque a veces no ejerce, de presidente. Él le dijo de todo a Cristina. Agresiones y faltas de respeto que yo jamás me atrevería a decir. Por ejemplo, le dijo delirante, deplorable y sicópata. Mis críticas son producto del análisis político y no creo que en la Argentina se haya instaurado el delito de opinión. Por lo menos por ahora. Mientras tanto seguiré diciendo lo que siento y lo que pienso sin ningún tipo de auto censura. No me dejo intimidar. No me arrodillo ante nadie y no me interesó jamás hacer arrodillar a nadie.

Creo firmemente, como dijo San Martín, que el grito de una sola persona se escucha más que el silencio de miles y que a todo puede renunciar el hombre sin dejar de ser hombre, a todo puede renunciar, menos a la libertad.

Editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi Palabra, por Radio Mitre.