A Alperovich, se le viene la noche

1892

Se le viene la noche a Jose Alperovich. La Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió que su causa sea tramitada en la ciudad de Buenos Aires. Es un avance muy grande en la lucha contra la impunidad y un cachetazo fuerte para sus intenciones de que todo se llevara a cabo en los tribunales de Tucumán, donde tiene muchísimo poder.

Y no estoy hablando del insólito robo de 3.500 cabezas de ganado. El 80% de los animales recuperados fue encontrado en un campo del ex gobernador y actual senador cristinista en uso de licencia.

Eso es grave como todos los robos. Pero en este caso, la decisión del máximo tribunal es sobre la más terrible acusación que se le puede hacer a una persona: haber violado a una jovencita.

Recuerdo que hace un año y medio, manos anónimas,  pegaron un cartel en la puerta de su despacho que decía “Ni una menos”.

Al legislador le dieron reiteradas licencias hasta que aclare su situación pero lamentablemente, el tiempo va pasando y hasta ahora casi no hay avances en una causa tan grave como es la denuncia por violación. Estos casos hay que investigarlos con la mayor velocidad posible. Ahora la causa va a avanzar con mayor velocidad porque la Corte resolvió que el juicio se desarrolle en esta ciudad. Era el primer paso que se venía  demorando. Pero llegó. La denuncia asegura que hubo por lo menos 7 casos de abuso sexual agravado y que dos ocurrieron en el departamento de Puerto Madero de Alperovich y los 5 restantes en la sede de campaña del ex gobernador.

Esto no se puede frenar más. Hasta ahora, había un silencio demasiado parecido a complicidad o a búsqueda de impunidad. Era una locura que el juicio se desarrollara en Tucumán. Ahí no había garantías de imparcialidad. Alperovich no solamente fue gobernador de Tucumán en tres ocasiones. Además es un empresario muy poderoso con una fuerte relación con la ex presidenta y actual vice, Cristina Fernández de Kirchner. Muchos jueces y fiscales de Tucumán fueron designados bajo el mandato de Alperovich y el poder político tiene mucha injerencia en los Tribunales. La balanza de la justicia no estaría equilibrada y la venda no taparía convenientemente los ojos.

El sentido común y la corajuda lucha de las mujeres contra la violencia de género y los femicidios, impuso que Alperovich sea juzgado aquí tal como lo había resuelto la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional y la Procuración General de la Nación.

Me asombra el silencio o la tibieza en los reclamos de los colectivos femeninos que suelen tener velocidad, contundencia y capacidad movilizadora en caso de esta magnitud.

Y hoy, el caso más escandaloso,  es la gravísima denuncia penal contra José Alperovich que hizo su sobrina, a los 29 años. No hay antecedentes de una acusación de semejante magnitud contra uno de los políticos con mayor poder de la Argentina. Alperovich gobernó con mano de hierro Tucumán durante 12 años seguidos. No es un perejil. No es un legislador del montón. Estamos hablando de alguien que colonizó la justicia, doblegó a varios medios de comunicación y perpetró un nepotismo pocas veces visto. Sembró el estado con sus parientes. Mientras fue el jefe de Tucumán multiplicó su fortuna varias veces sin poder explicarlo con claridad. De la concesionaria de autos pasó a las empresas constructoras, inmobiliarias, financieras, campos con ganado y soja y exportación de cítricos. Usó el avión sanitario provincial para temas personales. 

Por eso lo podemos ubicar dentro de la categoría del “ladri feudalismo K”. Por algo, un sector amplio de los tucumanos lo bautizó como “El Zar”. El rechazo que provoca su figura lo llevó a salir cuarto en las últimas elecciones, detrás de Ricardo Bussi, el hijo del temible genocida.

Todo esto le da una potencia inédita a las acusaciones que hizo su sobrina mediante una carta que publicó La Gaceta y con dos presentaciones ante la justicia tucumana y la porteña.

No se puede revelar la identidad de la denunciante pero Alperovich, en otra muestra de impunidad canallesca, lo hizo a través de las redes, mientras estaba de vacaciones en Miami. Nosotros la llamaremos simplemente Florencia.

Les pido a los oyentes que si hay chicos que están escuchando los alejan de la radio porque quiero relatar con toda la crudeza necesaria lo que Florencia dice que le hizo su tío segundo. Pobre Florencia, en su momento, tuvo que declarar tres horas ante la fiscal María del Carmen Reuter que fue designada por Alperovich como muchos de los integrantes del poder judicial tucumano. Florencia era asistente personal de Alperovich. En un fragmento de su texto, Florencia dice: “No quería que me besara. Lo hacía igual. No quería que me manoseara. Lo hacía igual. No quería que me penetrara. Lo hacía igual.”. Lo trata de monstruo y da detalles de cómo la violó en forma reiterada durante un año y medio. “El avasallamiento fue demoledor. Nunca lloré tanto en mi vida”, escribió la chica.

Alperovich declaró  que todo eran mentiras y que por eso no iba a tomar licencia en la Cámara Alta aunque después la presión social y la de sus colegas lo obligo a dejar su banca. Alperovich dijo además, que él había denunciado a Florencia por amenazas aunque no las ratificó en la justicia y que se trata de “chantajeadas”, un neologismo que seguramente junta chantada con chantaje.

Una cosa que llama mucho la atención es el silencio de su polémica esposa, la zarina Beatriz Rojkés. Ella no lo acompañó a Estados Unidos y bajó su perfil político desde que confirmó su salvajismo inhumano frente a un humilde tucumano que le reclamaba maquinaria para solucionar un tema de inundaciones en su barrio. La Zarina le dijo textualmente: “Pedazo de animal, vago de mierda, yo tengo diez mansiones”.

El abogado Gustavo Morales directamente exigió que se le quite la banca por “inhabilidad moral a Alperovich” Y también impulsó en su momento una denuncia contra Beatriz Mirkin, la otra senadora por Tucumán que nada casualmente, es prima de Alperovich. La acusa de “encubrimiento agravado” porque cuando la denunciante de la violación sexual se lo contó y le pidió ayuda, Mirkin le dijo “que se la aguantara hasta después de las elecciones”. Mirkin que suele hacer alarde de sus posturas feministas y en contra de la violencia de género, calló y ocultó lo que le comunicaron y lo que es más grave todavía, le comentó en un bar de un shopping que “no le extrañaba lo que le contaba porque Alperovich ya había tenido actitudes similares con una anterior secretaria de ella.

Veremos cuál actitud toma con el bloque que responde a Cristina. ¿Lo van a proteger o le van a exigir que explique todo ante la justicia?

Florencia, la chica que denunció al ex gobernador tiene custodia policial porque tiene miedo que la maten. Entre las pruebas que aportó la denunciante hay intercambio de mensajitos telefónicos donde ella habla siempre de trabajo y él le responde “Yo te voy a proteger siempre, sos mi dueña”.

Hay que combatir a todos los golpeadores y violadores sin que importe la camiseta partidaria. Un par de muchachos de La Cámpora fueron acusados y la agrupación hizo todo para ocultar el tema, Lucas Carrasco fue condenado antes de morir a 9 años de prisión por violación, un profesor universitario ex integrante de 678 también fue señalado por varias alumnas y militantes K.

Ojalá el caso de Alperovich no corra la misma suerte y no traten de esconderlo bajo un manto de silencio.

Las consignas son claras.

Ni una menos. Ni una violada más.

Ni un violador más.

A ellas, vivas las queremos.

A ellos, presos los queremos.

Editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi Palabra por Radio Mitre