Por una patria sin ladrones ni autoritarios

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El grito de la patria productiva en San Nicolás, fue multitudinario y multisectorial. Con los productores agropecuarios auto convocados como organizadores, se sumaron miles y miles  de ciudadanos de los rubros más afectados por el Covid y otros virus letales como la corrupción, la inflación, la desocupación, la asfixia impositiva y las prohibiciones de todo tipo.

El gran cartel sobre el escenario celeste y blanco decía claramente: “Ciudadanos por la República”. El grito de San Nicolás fue básicamente federal y no solamente porque concurrieron delegaciones de casi todas las provincias. También lo fue porque San Nicolás es un emblema histórico del parto que nos dio a luz como Nación y el germen de la Constitución Nacional que fue votada en 1853 en Santa Fe.

Desfilaron y fueron aclamados los Gauchos de Güemes como un modo de desagravio y de reparar la humillación que sufrieron en Salta cuando el gobierno nacional los dejó afuera con la excusa del covid y permitió el ingreso de piqueteros oficialistas.

Banderas argentinas y ponchos fueron los elementos que coparon la parada pero muchos, llevaban en sus manos como si fuera una biblia laica, un ejemplar de la Constitución.

El grito de la patria independiente de San Nicolás tuvo una proclama que fue leída y aplaudida por la multitud. Allí exigieron a las autoridades que cumplieran con ocho puntos. Obviamente, el respeto a rajatabla de la Constitución y el reconocimiento de que la única fuente de riqueza genuina es la actividad productiva pese a las trabas del tiroteo impositivo, todo tipo de cepos y las leyes laborales corporativas que espantan la inversión. Se reclamó el acatamiento al derecho a la propiedad y la obligación del estado de compensar a los que se ven forzados a sacrificar sus actividades productivas para preservar la salud de la comunidad.

También manifestaron que la educación es un derecho inalienable y con presencia en las aulas. Clamaron por un reconocimiento económico y profesional para el personal de salud y explicaron que la exportación es una gran fuente de ingresos y es absurdo que  el gobierno la desaliente. Finalmente, además de plantear que se baje el gasto público y político, se exhortó a “derogar todo tipo de cupos y cepos, a terminar con el desdoblamiento cambiario y a reducir en forma progresiva las retenciones que permitan eliminarlas en el menor tiempo posible”.

A título personal y como ciudadana, apareció Patricia Bullrich de poncho y a caballo pero casi no hubo figuras muy conocidas del ámbito partidario. Jorge Chemes, presidente de CRA juró que no iban a permitir que el gobierno los pase por encima.

San Nicolás marcó el camino y fue el primer grito de la patria en el día de su Independencia. Pero hubo manifestaciones en muchos otros lugares del país. En Avellaneda, Santa Fe, sede de la empresa Vicentín, en Bahía Blanca, y muchas plazas y lugares emblemáticos de los centros urbanos como el Obelisco con sus ya tradicionales banderazos de la libertad. Fue un día muy problemático para el gobierno nacional. Alberto Fernández, fue repudiado en Tucumán y tuvo que suspender dos de los actos que tenía previsto. Los ciudadanos independientes en toda la geografía nacional expresaron  su rechazo a las políticas autoritarias, a la catástrofe sanitaria y la hecatombe económica.

A las dos de la tarde de un día como hoy, pero de hace 205 años, empezaba a funcionar el Congreso de Tucumán que sancionaría nuestra gloriosa y ansiada independencia.

Hoy los argentinos honestos y democráticos en multitud y en gran cantidad cantaron por una “Argentina/ sin Cristina” y mostraron carteles contra las mafias kirchneristas que decían “Basta de Kasta”, así con “K”.

Jorge Luis Borges lo sintetizó con su genialidad: Nadie es la patria. Todos lo somos.

La patria es el primer misterio inapelable. Se ama una tierra como propia y se quiere volver a sus entrañas…

Así dice uno de los textos más bellos y profundos que leí sobre la patria y que le pertenece a Julia Prilutzky Farny, una poetisa ucraniana, naturalizada argentina. Dice así: “Allí donde partir es imposible/ donde permanecer es necesario/Donde nunca se está del todo solo / donde cualquier umbral es la morada/ Allí donde se quiere arar y dar un hijo/ Allí donde se quiere morir… allí está la patria”.

Hoy, a 205 años de la declaración de la Independencia hay una pregunta clave: ¿Qué significa ser independiente hoy? ¿Cuál es el contenido patriótico y ciudadano del día de la independencia nacional? Si nos miramos en el espejo de aquellos hombres hay que decir que el apellido de la independencia es la libertad. Y que hoy más que nunca deben ser los pilares de una sociedad mejor para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Un país mejor, más justo, más igualitario, con menos pobres y desocupados y con más honradez y diálogo. Un país en el que solo queden afuera los corruptos, los autoritarios y los golpistas. ¿Es tan difícil comprender lo simple? Millones de argentinos de buena voluntad quieren construir ese país. Eso es independencia. No depender de nadie, no ser cliente de nadie y no dejarse extorsionar por nadie. No arrodillarse ante nadie y no hacer arrodillar a nadie. Salir a la calle a trabajar, a estudiar, a protestar como el banderazo de hoy o la concentración en San Nicolás o simplemente a pasear con nuestras familias y que no tengamos miedo de ser asaltados en pleno día o a que desvalijen nuestra casa mientras no estamos. Eso también es independencia. Opinar con respeto absolutamente de todo, con independencia de criterios, sin tutelajes ni censuras y sin que te manden la AFIP o los servicios de inteligencia para castigarte. Y sin que Alberto, Cristina o Cafiero III, te rete o te acuse de formar parte de una asociación ilícita o te diga miserable y canalla. O que odias a la Argentina o que sos peor que los nazis. Así de simple y de complejo. Hoy le rendimos homenaje a ese Congreso de Tucumán que sancionó nuestra gloriosa y ansiada independencia. Es el día más importante de la patria. El día del parto. El alumbramiento de esto que somos. Es el día más feliz de la historia de los argentinos. Nacimos como Nación. Dimos a luz. Ojalá la patria tenga todos los días felices que le deseamos, cada vez que decimos con orgullo: Feliz día de la patria.

Por eso hoy más que nunca la patria nos necesita a todos los argentinos que apuestan a la paz, la democracia, la libertad y las manos limpias pero no limpias para combatir el virus. Limpias porque jamás tocaron dinero ni bienes ajenos.

Hoy más que nunca tenemos que construir esa patria que soñamos. Sin déspotas ni cadenas. Es decir, sin corruptos ni autoritarios ni golpistas. Oíd Mortales, el grito sagrado: Libertad, libertad, libertad y ¡¡¡Viva la patria, carajo!

Editorial de Alfredo Leuco en Radio Mitre