El fiscal Luciani entró en la historia

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El fiscal Sergio Luciani entró en la historia grande de este país. Ingresó por la vereda del sol porque dignificó su trabajo y nos hizo recuperar la esperanza en una justicia digna e independiente. Lo hizo con tres toneladas de pruebas irrefutables, con rigurosidad técnica y con un coraje a prueba de balas. Y cuando digo a prueba de balas, lo digo en todo el sentido de la palabra. Otro fiscal valiente, Carlos Stornelli no anduvo con vueltas y expresó su preocupación por la seguridad de Luciani: “Van a venir los vueltos y esperemos que no sea un tiro, como con Nisman”, el fiscal asesinado.

Diego Sebastián Luciani entró en la historia porque fue el principal protagonista del juicio más importante de todos los tiempos después del juicio a las juntas militares que condenaron al terrorismo de estado. Su temple y su carisma comunicacional impactaron muy fuerte a la hora de pedir semejante condena para Cristina Fernández de Kirchner, la dos veces presidenta y actual vice. No solamente solicitó al tribunal la cárcel para la reina del Calafate, también pidió su inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos y que devuelvan la montaña de dinero que robaron desde el estado.

Los más prudentes hablan de que, solo en esta causa, se llevaron a su casa más de 2.500 millones de dólares.

Si esto fuera fútbol, se le podría decir a Luciani que hoy se convirtió en héroe. Porque le puso una bisagra a la mega corrupción de estado. Nadie puede comparar a un criminal de lesa humanidad como Jorge Videla con Cristina. Sería un despropósito. Pero es cierto que ambos juicios tienen un denominador común en las palabras del Nunca Más que abrieron una nueva etapa en la Argentina.

El venerable fiscal Julio César Strassera lo dijo por el Nunca Más a los golpes de estado y a las dictaduras militares. Fue una puerta que se abrió a la democracia para siempre.

Y el fiscal Luciani con su Nunca Más a la mega corrupción de estado y al enriquecimiento ilícito mafioso, despejó el camino para que los funcionarios gobiernen con la ética de la honestidad.

El robo del siglo de los Kirchner será material de estudio en las universidades. Porque está probado que Cristina fue la jefa de una asociación ilícita destinada a saquear al estado desde el gobierno. Los nueve días de alegatos mostraron un tsunami de testimonios, pruebas documentales, comunicaciones telefónicas y testimonios de arrepentidos.

La cleptocracia instalada primero por Néstor y luego por Cristina y Máximo, quedó desnuda en su metodología perversa. Hubo revelaciones que produjeron gran indignación.

  • El testamento de Lázaro Báez, le impide a sus hijos utilizar esos bienes hasta 30 años después de muerto. Y los obliga a renovar para siempre los contratos con los K. Insólito. Ni al Padrino de Marlon Brando se le hubiera ocurrido poner eso por escrito. Corrupción después de muerto. Corrupción eterna, como Cristina.
  • Lázaro fue amigo, empleado, socio y testaferro de los Kirchner.
  • Ambas familias involucraron a sus hijos en la estafas, coimas, sobre precios y lavado de dinero.
  • Fue tan colosal la fortuna que le robaron a todos los argentinos que Lázaro llegó a tener (solo en Santa Cruz) 415 mil hectáreas de tierra, lo que equivale al tamaño de 20 veces la ciudad de Buenos Aires.
  • El operativo “limpiemos todo” demostró que la organización criminal nació con Néstor Presidente y murió cuando Cristina dejó el poder. Doce años de un robo sistemático para una codicia y una bulimia de poder y dinero nunca vista en 200 años de la patria.

Frente a tantas evidencias irrefutables, el cristinismo optó por amenazar a jueces y periodistas. Carteles y pintadas, grupos de tareas en las redes y la voz de mando de Roberto Navarro y Bonafini que pidió armar una pueblada. Luis D’Elia, quien supo pedir que fusilaran a Macri en plaza pública, directamente planteó un golpe de estado con extorsiones como cortar rutas y puentes, por tiempo indeterminado, hasta que se caiga la Corte Suprema.

En la desesperación, Cristina recusó a medio mundo, incluido al fiscal, pero no tuvieron éxito. Luciani fue designado en junio del 2013, con la firma de Cristina como presidenta y fue trasladado de destino por Alejandra Gils Carbó.

Es imposible acusarlo de macrista. O de cualquier otra cosa. Nunca militó en ningún partido ni le interesa la política. Dijo que como fiscal, lo único que lo mueve es la búsqueda de la verdad y la justicia. Lo espiaron, husmearon en su declaración jurada, intentaron robarle las contraseñas de su teléfono y lo único que le encontraron fueron pavadas de futbolista amateur en un torneo. Luciani está orgulloso de su equipo de investigadores jóvenes al que llama “Los vikingos” y del trabajo mancomunado que hicieron con el fiscal adjunto, Sergio Mola. Ambos se apoyaron en el excelente trabajo previo de los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques. Luciani se mantiene fuerte corriendo todas las mañanas como cuando se destacaba en Banco Nación jugando al rugby. Ahora sumó la meditación y tiene sin publicar una tesis que conmoverá el mercado editorial. Se llama “La corrupción en la contratación pública” producto de su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona, tal como contó nuestro colega Carlos Claa. El fiscal que entró en la historia, es docente en Salamanca y México y director de tres diplomaturas en la Universidad de San Isidro. Tiene varios libros publicados y lo definen como un obsesivo del estudio.

No podemos olvidar que la Constitución Nacional, en su artículo 36, iguala a los delitos de mega corrupción en el estado con los atentados al sistema democrático.

Tal vez por eso, hoy Cristina, perdido por perdido, pidió ampliar su declaración indagatoria. Fue una sorpresa porque ella había gritado a los cuatro vientos que “la historia ya la había absuelto”.

Eso es incomprobable. De lo que no hay duda, es que la justicia la lleva derechito a la cárcel y que el fiscal Luciani, ya entró en la historia.

Editorial de Alfredo Leuco en Radio Mitre