Le pido que preste atención a esta definición del ex presidente Mauricio Macri.
Está claro que fue Macri el que empezó con esta metáfora matrimonial. Fue una respuesta a la propuesta del presidente Milei de producir una fusión entre La Libertad Avanza y el PRO. Macri habla de una relación mutua de respeto y afecto, y le plantea que “en el siglo XXI, nadie se casa sin conocerse y convivir”. Esa propuesta de concubinato o de relaciones prematrimoniales ocurrió hace 4 meses, pero nunca se concretó. Nunca convivieron. Hubo milanesas compartidas en Olivos y promesas no cumplidas. Hubo una generosa colaboración de PRO que nunca fue correspondida ni valorada por el gobierno nacional. Hace más de 6 semanas que Milei y Macri no se hablan y claramente están pasando por el peor momento de esa relación. Milei le suspendió un encuentro en Olivos después de críticas suaves que Macri manifestó en el programa de Joaquín Morales Solá. Hoy se cayó un encuentro entre los senadores del PRO y el presidente que había pactado Luis Juez.
Está claro: Milei y Macrí, están al borde del divorcio.
En lugar de fortalecer los lazos para marchar hacia una coalición, en los últimos tiempos se tiraron con los platos por la cabeza como una pareja a punto de estallar. La última pelea, las más pública y ruidosa fue producto de que el oficialismo trabajó para voltear la sesión donde se iba a aprobar la Ley de Ficha Limpia.
Macri se preguntó en las redes si “¿de verdad nos interesa que los corruptos condenados no puedan seguir ejerciendo cargos o queremos simular y usar esa debilidad como instrumento de presión en otras negociaciones?”
La respuesta de Karina, la jefa de Milei, fue muy dura con una frase nada amorosa: “oportunismo repugnante”.
Eso habilitó a las escuadras mileístas de las redes para que siguieran castigando duramente a Macri. Sembraron sospechas sobre el interés del presidente del PRO por la hidrovía, le echaron en cara que durante sus 4 años tampoco aprobaron Ficha Limpia y repitieron excusas vacías para explicar lo inexplicable. Guillermo Francos fue el más franco. Dijo que Milei no quiere bajar del ring a Cristina y que la quiere derrotar en las urnas en las elecciones del año que viene. Ese fue el verdadero motivo del acuerdo aunque muchos creen que en el paquete también estaba la reelección de Martin Menem como presidente de diputados, avanzar con Ariel Lijo a la Corte Suprema y acordar listas de jueces y el nombre del procurador que reemplazará a Eduardo Casal.
Lo cierto que fue un gravísimo error del gobierno porque castigó a sus propios votantes que quieren que la ley se cumpla y que no haya más ladrones en las listas. Se llamen Cristina, Urribarri o quien sea. Una gran demanda de la mayoría de los argentinos fue que los corruptos de estado como Cristina vayan presos y devuelvan lo que robaron. Pero con esta decisión de Milei, el resultado es que Cristina podrá ganar o perder en las urnas pero al encabezar las listas, conseguirá sus fueros a la cámara de diputados. Y eso es lo que quiere Cristina. Y eso es lo que le dio el gobierno. Fueros para no ir presa pese a su condena por corrupta con doble conforme. La condenada celebró la decisión de Milei.
Esto generó mucha bronca a ambos lados del mostrador. Santiago Caputo y Karina Milei, inexpertos y soberbios hasta la exasperación, pero integrantes del entorno más cercano al presidente no quieren ver a Macri ni en figuritas. Y trabajan para el divorcio. Dicen que a los votantes del PRO ya los tienen en la bolsa. Que no necesitan a Macri ni a su partido. Eso está por verse. Esa pelea a fondo fortalece la posibilidad de que ambas fuerzas vayan separadas a los comicios y en algunos distritos, como en la provincia de Buenos Aires, se imponga el cristinismo fortalecido para las presidenciales de 2017.
Del lado del PRO también hay dirigentes que tienen mucha bronca y que fomentan la separación de la Libertad Avanza. Dicen que son maltratados todo el tiempo, que el oficialismo es muy ingrato con ellos, que critican más duramente a Macri que a Cristina y que favorecen con mucho dinero a los gobernadores del peronismo con peluca.
Hoy se publica en La Nación un cuadro que respalda esta afirmación.
Los ATN son el símbolo más brutal de la casta. Son aportes del tesoro nacional, absolutamente arbitrarios, discrecionales y monárquicos.
El rey León decide a quien le manda el dinero de todos los argentinos y a quien no. Se usan como premio o castigo. Los que más utilizaron esa arma extorsiva fueron Néstor y Cristina. Los gobernadores justicialistas que ayudaron a Milei, recibieron más de 20 mil millones de pesos. Hablo de Jaldo, Sáenz, Jalil, Pasaslaqua y Carlos Sadir, el radical de Jujuy.
Pero el resto de los mandatarios del radicalismo o del PRO no recibieron ni un centavo.
Están que arden. Ni siquiera los llamaron a una reunión. Dan por hecho que sus legisladores votaron por amor al gobierno. Pero no es una cuestión afectiva. Es una cuestión efectiva, de billetes contantes y sonantes. Como si esto fuera poco, se estima que Milei podría convocar a sesiones extraordinarias sin enviar el presupuesto que era un reclamo de ese grupo de jefes de estado provincial que también se sienten ninguneados, como Macri.
El PRO hierbe en estado de asamblea permanente. Todos discuten que hacer frente a esa situación. Los más duros se preguntan en voz alta: “¿Qué pretenden, que nos arrodillemos? Nos mintieron con el tema de Ficha Limpia. No nos avisaron que quería voltear el proyecto. Nos hicieron pasar un papelón y ellos perdieron frente a su propio electorado”. Este sector cada vez más numeroso propone hacerle sentir el rigor de sus 37 diputados. No acompañar acríticamente al gobierno. Apoyar lo que sea necesario desde lo institucional y lo económico, como vienen haciendo hasta ahora. Pero ser mucho más duros en los temas que rechazan. Por ejemplo Lijo, presupuesto, elecciones PASO, limitaciones y agresiones verbales al periodismo e incluso, votar a Ritondo como presidente de diputados y dejar que Menem sea confirmado con el voto de los kirchneristas. Principio de revelación, diría Milei. Otros proponen salir con los tapones de punta ante las opiniones más jurásicas del mileísmo fanático que insulta a los homosexuales, elogia el macartismo y que no valora las instituciones republicanas.
Como si esto fuera poco, Marcos Peña, con irresponsabilidad, salió a explicar su “respeto por la honestidad intelectual de Cristina”, la persona que más robó y más daño le hizo a nuestro país.
Incomprensible provocación que habilitó que Milei contestara: “pactar con los kukas”.
Los macristas están hartos del maltrato y de que castiguen cualquier matiz u opinión distinta a la del gobierno. Uno que habla todos los días con Macri me dijo en Off: “¿Quieren aliados confiables o esclavos que levanten siempre la mano?”. ¿Habrá reconciliación o divorcio? Milei y Macri tienen la palabra.
Editorial de Alfredo Leuco en El diario de Leuco por LN+