Pablo Biró es el piloto del club del helicóptero. Es uno de los capangas sindicales que exhibe con más impunidad su fanatismo cristinista y su golpismo militante. Biró está hoy en el centro del escenario y recibe el repudio de gran parte de la sociedad. Es por el salvajismo de sus medidas de fuerza que le envenenan la vida a miles de argentinos que no pueden viajar en avión porque el “Moyano de los cielos” no se los permite.
Acaba de decir que el gravísimo conflicto “se va a poner peor”.
Es un desafío antidemocrático y patotero que desconoce los votos en las urnas que consagraron presidente a Javier Milei. A eso, Biró lo llama tiranía.
El diputado nacional José Luis Espert salió contra Biró con los tapones de punta mientras el gobierno declaraba a la aeronavegación como actividad esencial, algo necesario y de absoluto sentido común. Espert dijo que a los sindicalistas que son delincuentes los vamos a perseguir hasta debajo de la cama. Vamos a defender a la gente en la que Biró se ha cagado toda la vida”.
Y definió a la actitud de Biró como de las “mafias y las corporaciones”.
Acá esta una de las claves. El concepto de mafias extorsivas. Hay una mayoría de jerarcas sindicales millonarios que no pueden explicar su nivel de vida y que se niegan a mostrar declaraciones juradas de su patrimonio pese a que manejan montañas de fondos públicos con las obras sociales.
Porque Biró es la regla y no la excepción. Su cómplice, Edgardo Llano es el titular de la Asociación del Personal Aeronáutico. Ahora está de vacaciones en España con toda su familia. Pero antes de irse, en Aerolíneas Argentinas, en primera y sin pagar, por supuesto, hizo una declaración de matriz mussoliniana. Dijo que iban a ir a la casa de los funcionarios de la empresa. ¿Se acuerda?
La semana pasada hice una pequeña reflexión ante semejante amenaza e incitación a la violencia. ¿Qué pensaría si los usuarios perjudicados por sus paros deciden ir quejarse a la casa de Llano? No creo que le guste ni que le parezca una protesta pacífica.
No digo todos, porque el que generaliza discrimina, pero hay una mayoría de gremialistas que son magnates y que están atornillados a su sillón hace más de 25 años. El símbolo de ese grupo es que tiene mayor imagen negativa. Hablo de Pablo Moyano que también propuso en su momento voltear al presidente Milei. Es incomprensible que semejante personaje haya sido recibido con sonrisas y afecto por el Papa Francisco. Y no es la primera vez.
Le recuerdo que faltaban 18 días para que asumiera Javier Milei y muchos resentidos desestabilizadores kirchneristas ya habían puesto en
marcha, nuevamente el club del helicóptero. Estaban tan desesperados por su fracaso que no respetaron ni respetan los 14.476.462 votos que sacó Milei. Antes de asumir ya le tiraban con munición gruesa.
Pablo Biró parecía ofrecerse como piloto de ese helicóptero en el que sueñan que Milei, huya de la casa de gobierno como ocurrió con Fernando de la Rúa.
Nadie olvida que en ese momento dijo, textualmente: “si se quiere cargar a Aerolíneas Argentinas nos vá a tener que matar y cargar con esos muertos. Lo digo literalmente. Y yo soy el primero que me anoto”.
Biró siguió con su lenguaje beligerante que la mayoría de los ciudadanos repudió en las urnas. “Si nos quieren meter en cana, perseguir, abolir el derecho a huelga, detenernos y gobernar por decreto, será Fujimori, la historia lo juzgará y terminará en cana.”
Alberto Fujimori, recientemente fallecido, fue el presidente de Perú que cerró el Congreso y que fue condenado a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad.
Biró le hizo la vida imposible al gobierno de Mauricio Macri, al ministro de entonces Guillermo Dietrich y a los pasajeros en general con series de paros y huelgas disimuladas con asambleas.
Y no es la primera vez que vomita declaraciones desestabilizadoras. Es difícil de olvidar su arenga llamando a enfrentar y voltear al gobierno democrático de Macri y a dejar de chupar lo que usted ya sabe.
Es un energúmeno con antecedentes. Juega para La Cámpora. Es una lástima que meta tanto miedo entre los pilotos y el resto del personal de Aerolíneas que tienen una capacidad técnica de excelencia.
Esa empresa, con ese personal calificado podría ser superavitaria y no perder tantos millones de dólares que tiene que poner el pueblo pobre que en muchos casos, jamás viajó en avión.
Hay mucha bronca y hartazgo porque siguen repitiendo consignas apolilladas, presuntamente revolucionarias, que fracasaron en todos los países. Anoche lo recordaba Federico Sturzenegger. Lula cerró Varig y el Pepe Mujica hizo lo mismo con Pluna.
- No es la ideología, estúpido. Es que los más humildes no pueden bancar los privilegios y las arbitrariedades de sindicalistas millonarios sin ninguna sensibilidad social. Se llenan la boca hablando de los pobres pero les sacan dinero a los pobres para llenarse los bolsillos. Le doy mi palabra.
Editorial de Alfredo Leuco en El diario de Leuco