La complicidad del chavismo K

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El chavismo logró, por lo menos tres récords mundiales nefastos. Por varios años convirtió a Venezuela en el país con más inflación del planeta. También logró superar a Siria y se colocó como la nación que expulsó a la mayor cantidad de sus ciudadanos. Hoy hay más de 8 millones de venezolanos que tuvieron que exiliarse para huir de la miseria y la falta de libertad. Y este domingo, el chavismo consiguió superar todo lo conocido en materia de fraude electoral. Un tiranozuelo, más podrido que Maduro, perpetró el robo y la trampa más grande de la historia. Maduro perdió por paliza en las urnas pero se auto proclamó ganador y por lo tanto pretende seguir sojuzgando a su país hasta el 2031. Lo hizo con el apoyo de los militares armados hasta los dientes y de un generalato de millonarios, corruptos y narcos que saben que con un gobierno democrático, todos podrían terminar en la cárcel.

Los valientes venezolanos están hartos de tanta pobreza, represión, presos políticos, torturados en el Helicoide y asesinados por este régimen que el domingo perdió toda legitimidad. Los cacerolazos, las protestas masivas en las calles, las exigencias de democracia y libertad arrojaron imágenes que nos hicieron recordar a la caída de otro dictador: Saddam Hussein. La caída en el más literal sentido de la palabra. Los iraquíes derribaron la estatua de aquel criminal conocido como “el carnicero de Bagdad”. Y los venezolanos voltearon el monumento a Hugo Chávez, el fundador de esta dictadura.

Una de las formas más rigurosas de analizar lo que está pasando en Venezuela es iluminar a los cómplices que apoyan este stalinismo tropical. A los países que salieron a festejar el resultado del fraude y a los dirigentes del kirchnerismo que son capaces de proclamarse soldados de Maduro.

El respaldo de Rusia, China, Irán, Siria habla por sí mismo. Son países que violan los derechos humanos en forma sistemática. Y por supuesto las dictaduras de la región como Cuba y Nicaragua.

Lo del cristinismo chavista produce vergüenza ajena. Pero es útil para saber cuál es modelo de país que proponen para Argentina. Sus sincericidios sirven para que se saquen la careta democrática con la que se disfrazan.

Un personaje nefasto como Roberto Baradel está en la primera línea de combate. Es uno de los culpables de haber destruido la educación pública en defensa de sus privilegios. Tal vez no sepa que los docentes venezolanos ganan un promedio de 5 dólares.

Ni hablar del salvaje Pablo Moyano, líder del sindicalismo más patotero y extorsionador. Es un millonario que no puede explicar su fortuna y eso es otro de los disvalores que lo une a Maduro. Cuando lo visitó en Caracas hizo un papelón del tamaño de un camión.

Los invitados de estos fascistas de ultraizquierda fueron dirigentes del kirchnerismo fanático que no tiene votos. Hablo de Hugo Yasky, y de otros sindicalistas que viven como parásitos de la teta del estado y se auto perciben revolucionarios guevaristas. Justifican los robos monumentales y los crímenes y tortura siempre y cuando el ejecutor sea de su palo. Hay que sumar al presunto intelectual Atilio Borón propagandista del marxismo castrista.

El general Perón decía que de todos lados se vuelve, menos del ridículo. En ese lugar se instaló Nicolás Maduro, al intercambiar cantitos y elogios con cómplices de su totalitarismo.

Por supuesto que Maduro odia a Javier Milei porque junto a los países democráticos de la región está marcando el peligro para la vida y las instituciones que son estos déspotas. Caraduras que denuncian un golpe de estado de quienes ganaron por paliza las elecciones. Y encima quieren encarcelar a los líderes de ese triunfo: Edmundo González y María Corina Machado.

Otros sátrapas ultra izquierdistas y violentos como Luis D’Elía y Fernando Esteche, operadores de Irán en Argentina, también abrazaron al chavismo que se cae de Maduro.

Esteche, imitó a Evo Morales y a Rafael Correa y difundió los resultados de un boca de urna absolutamente falso. Alicia Castro habló desde su prehistoria ideológica pero con domicilio en el edificio Kavanagh. Pura hipocresía de magnates culposos.

Lo mismo hizo el relator del relato, Víctor Hugo Morales que supo tener contratos millonarios con Telesur mientras el pueblo padecía hambre y miseria.

Lo del ex camporista Andrés “El Cuervo” Larroque al colocarse del lado de Maduro tiene una gravedad especial porque se trata de un ministro de Axel Kicillof. ¿Ese será el pensamiento del gobernador de la provincia de Buenos Aires? O su silencio, al igual que el de Cristina y Máximo, es porque se les cayó un ídolo y se quedaron sin excusas.

¿Cómo puede justificar los grupos de tareas de las fuerzas parapoliciales que se trasladan en moto y disparan contra los venezolanos de a pie?

Maduro convirtió a su país en la cabecera de playa del terrorismo de Hamas, Hezbollah y de Irán.

Las relaciones carnales que han tenido los Kirchner con el chavismo, produjeron negocios sucios, valijas con dólares corruptos y todo tipo de operaciones ilegales. De hecho cuando los K estuvieron en el poder, compartieron con Venezuela delitos de todo tipo. Nunca vamos a olvidar lo que el chavismo y el kirchnerismo hicieron para estafar a ambos pueblos: Préstamos de dinero a tasas del 15 % que nos perjudicaron muchísimo. Bicicletas con el dólar en el mercado negro. La valija de dólares sucios de Antonini Wilson que llegó para la campaña de Cristina.

Los negociados de Julio de Vido con el tema petrolero y los barcos que nadie sabe cuántos fueron ni cuanto nos costaron. Y las coimas que hubo que pagar con la maquinaria agrícola. Todo bajo el manto de la embajada paralela o para lelos.

Un despotismo feroz en nombre de los pobres y de la revolución bolivariana. En lugar de combatir la pobreza, combatieron a los pobres que escapan como pueden de Venezuela.

Millones de venezolanos sepultaron de votos al dinosaurio que sepultó al país. Maduro hoy tira manotazos de ahogado que producen más muertos, heridos, detenidos y un dolor inmenso en la gente. Dios y la patria se lo van a demandar.