Kicillof sonríe: se desvanece el acuerdo entre el PRO y LLA en Provincia

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Ficha Limpia terminó de romper la relación.


El enfrentamiento entre Javier Milei y Mauricio Macri sumó un nuevo capítulo tras el escándalo por Ficha Limpia y dejó al descubierto una interna que ya roza lo irreconciliable. La disputa se intensificó a tal punto que, en la Casa Rosada, ya ni disimulan: la estrategia de Milei en Buenos Aires pasa por negociar con algunos referentes del PRO, pero no con su líder. La relación entre ambos, en apariencia irreparable, podría terminar de quebrarse después de la elección en la Ciudad de Buenos Aires.

La tensión escaló especialmente en medio de la campaña porteña, donde el resultado del próximo domingo promete repercusiones no solo en el gabinete de Jorge Macri, sino también en la mesa de negociaciones que hasta hace poco compartían libertarios y macristas. El Gobierno aprovechó las diferencias internas del PRO para filtrar que quiere reunirse con Diego Santilli, con Cristian Ritondo como nexo principal. Pero el gesto público fue una provocación directa a Macri, que se muestra incómodo y con menos margen de maniobra.

En ese contexto, Macri siente que Milei le tendió una trampa: lo hacía participar de encuentros en Olivos, mientras su círculo íntimo –Karina Milei y Santiago Caputo– desmontaba por detrás cualquier compromiso. Para muchos en el oficialismo libertario, el liderazgo del ex presidente ya quedó atrás, y su figura sirve más como oposición útil que como aliado de peso. Todo indica que la ruptura es funcional a la estrategia de LLA, que busca despegarse de la vieja política.

El episodio de Ficha Limpia terminó de dinamitar cualquier canal de diálogo. Milei acusó a Macri de haber negociado con Cristina Kirchner el rechazo al proyecto, mientras el expresidente lo trató de “alucinador” y expresó su “desilusión infinita”. La bronca quedó expuesta en redes sociales, y en el PRO apuntan a la Casa Rosada por haberlos llevado a una sesión sabiendo que no estaban los votos