Grabois y el Milagro del Papa

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Juan Grabois, el mejor amigo del Papa Francisco, movió dos fichas de alto impacto. Por un lado salió al cruce de las duras críticas de Elisa Carrió contra el sumo pontífice y por el otro, exigió que se intervenga la justicia de Jujuy para  liberar a Milagro Sala. Se trata de dos mujeres que representan el día y la noche en la política. Carrió es un emblema de la honradez, la transparencia y la valentía para luchar contra la corrupción. Sala es una piquetera autoritaria, violenta y corrupta que está condenada por la justicia, incluso con sentencia firme de la Corte Suprema. Sin embargo, Milagro recibió siempre el apoyo del Papa Francisco que le envió rosarios y bendiciones. Y Elisa Carrió, confesó que le daba “vergüenza” algunas de las actitudes del Santo Padre. En un tuit aclaró que se refería a “la benevolencia del Papa con el criminal de guerra Putin, se le agrega la intervención a favor de Cristina y Capitanich y la oscura Scholas”. La líder de la Coalición Cívica y cofundadora de Juntos por el Cambio expresó su “vergüenza como católica por las actitudes del Papa Francisco a quien conozco profundamente. Doy gracias a Dios por no haber pedido ni accedido a visitar el Vaticano desde que es Papa. Todo tiene un límite”.

De inmediato, Grabois el escudero del Papa, respondió “el príncipe de mentira siempre aprovecha nuestras frustraciones para infundir envidia, resentimiento y malicia. Intente refrenarlo. Le va a hacer bien a usted y al país. Fraternalmente”.

En el caso de Milagro Sala, la cuestión ya no fue individual. La propuesta antidemocrática fue institucional. Apoyado por Eugenio Zaffaroni, la materia gris y el monje negro del cristinismo jurídico, los diputados de Grabois propusieron que la Nación intervenga la justicia provincial de Jujuy. No fue solamente una expresión de deseo. Presentaron un proyecto en el Congreso con el objetivo declarado de liberar a Milagro Sala que está en prisión domiciliaria desde 2016. Argumentan que el gobernador Gerardo Morales “avasalló la independencia de los jueces y vulneró la división de poderes”.

Una legisladora dijo que “le prometimos a Milagro que la íbamos a sacar”. Y en el colmo del fanatismo ideologista aseguraron que el Morales, “está perpetrando una purga estalinista para perpetrarse en el poder”. Con cara de piedra, Grabois dijo que el mandatario radical se está apoyando en tres ejes: “Instaurar un narco estado con las plantaciones de marihuana, saquear y entregar el litio e imponer el fascismo en la región”. ¿No será mucho, Grabois? Estalinismo, fascismo, narco estado y entrega del litio?

La intervención en Jujuy es un delirio que solo podría concretarse si el gobierno decide avanzar hacia un chavismo que se lleve por delante las instituciones republicanas y la Constitución Nacional.

Hay antecedentes de atropellos semejantes desde el kirchnerismo. Por eso, la inquietud es mayor. Y no está de más levantar la guardia y encender una alerta amarilla en el tablero democrático.

Los Kirchner no acataron nunca los fallos de la Corte Suprema de reponer en su cargo al ex procurador de Santa Cruz, Eduardo Sosa. Pero no hace falta ir tan a atrás en la historia a modo de ejemplo. Ayer nomás, el Presidente Alberto Fernández fue privilegiado con un fallo aberrante. Hablo de su sobreseimiento y el de su pareja a cambio de dinero, en el caso de la fiesta clandestina de Olivos durante la cuarentena. El argumento principal es un atentado al sentido común: que el presidente no violó los decretos que el mismo había firmado mientras estaba en el ejercicio de su cargo.

La destitución de Cecilia Goyeneche, la valiente fiscal anticorrupción de Entre Rios, también demuestra la vigencia del nefasto concepto peronista de “A los amigos, todo. A los enemigos, ni justicia”.

Grabois apela a cualquier trampa para liberar a su compañera Milagro Sala. A los amigos, todo. Pero todo.

Florencia Saintout, encargada de la cultura en el gobierno de Kicillof le entregó a Sala, el premio Rodolfo Walsh.

Su ex abogada y actual admiradora y ministra de la mujer, Elizabeth Gómez Alcorta, la visitó hace poco y la definió como “un emblema de la injusticia patriarcal sobre las mujeres”. Los expedientes judiciales muestran a las claras los niveles asombrosos de abusos de poder, corrupción de estado y maltrato a mujeres, chicos y jubilados.

Y un sincericidio colectivo en un acto con Carta Abierta, cuando esta delincuente, contó que por orden de Néstor armaron 50 cooperativas en dos días y pusieron millones de pesos en efectivo sobre la mesa.

A confesión de partes, relevo de pruebas.

Quisieron instalar que a Milagro Sala la perseguían por mujer, negra y coya. Y la justicia, en todas las instancias demostró que Milagro no es una presa política. Que es una mujer corrupta, violenta, autoritaria y golpeadora, sobre todo de las mujeres. Usó y maltrató a los pobres. No los defendió. Milagro organizó un grupo de choque, con disciplina, ropa y paso redoblado tan castrista como castrense y se dedicó a extorsionar a los más humildes de los humildes. Los hizo dependientes de sus caprichos disfrazados de ideología bolivariana. Y hay muchos testimonios en los expedientes judiciales de los cachetazos y hasta latigazos con los que ella castigaba a las mujeres. Y pensar que el colectivo “Ni una menos”, copado en su conducción por el kirchnerismo extremo, levantaba pancartas con su cara como si fuera una militante feminista. Y era todo lo contrario. Y tampoco está presa arbitrariamente. Tiene 4 condenas. ¿Escuchó bien? Milagro tiene 4 condenas. Una confirmada por la Corte Suprema. ¿De qué persecución hablan?

La única verdad es la realidad. Elisa Carrió dijo unas cuantas verdades sobre el Papa y Juan Grabois propone liberar a una delincuente condenada que recibe bendiciones y rosarios. Es como para poner el grito en el cielo. ¿No le parece?

Editorial de Alfredo Leuco en Radio Mitre