Los 135 cardenales habilitados —un 80 % de ellos designados por Francisco— ingresarán en la Capilla Sixtina para iniciar un proceso que podría extenderse varios días hasta alcanzar el consenso necesario.
El tan esperado cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco ya tiene fecha: comenzará el próximo 7 de mayo, según decidieron este lunes los cardenales reunidos en el Vaticano. La elección del nuevo líder espiritual, que guiará a los 1.400 millones de católicos en el mundo, se vive con una expectativa creciente.
En simultáneo al anuncio, el Museo Vaticano confirmó el cierre de la Capilla Sixtina, donde avanzan los trabajos logísticos de preparación. Esta joya artística, decorada con los frescos de Miguel Ángel, será el escenario donde los cardenales menores de 80 años se encierren a votar bajo estrictas normas de secreto.
La jornada solemne comenzará con una misa en la Basílica de San Pedro. Luego, los 135 cardenales habilitados —un 80 % de ellos designados por Francisco— ingresarán en la Capilla Sixtina para iniciar un proceso que podría extenderse varios días hasta alcanzar el consenso necesario.
El reciente entierro del primer pontífice latinoamericano movilizó a 400.000 personas y líderes internacionales, marcando el fin de una era. Ahora, el desafío será encontrar un sucesor que logre mantener el legado del papa argentino, caracterizado por su compromiso con los pobres, los migrantes y la apertura a mujeres y laicos en la vida eclesiástica.
En las calles de Roma, muchos fieles expresan su deseo de continuidad. “Debe tener una personalidad abierta”, señaló Patricia Spotti, una peregrina de Milán. A su vez, el cardenal argentino Ángel Sixto Rossi destacó: “Nuestro deseo es alguien que continúe en la línea de Francisco, aunque no sea exactamente igual”.
El cónclave sigue fascinando a creyentes y curiosos. La reciente película “Cónclave”, ganadora del Óscar a mejor guión adaptado, reavivó el interés sobre los secretos de estas votaciones. Pero como recordó el cardenal español Cristóbal López Romero, la realidad suele ser muy distinta de lo que muestran las ficciones de Hollywood.
Más allá del cine, el desafío para la Iglesia es real: las tensiones internas entre sectores reformistas y conservadores siguen vivas. “Hoy necesitamos unidad, no más divisiones”, advirtió el cardenal de Malí Jean Zerbo durante una oración ante la tumba del papa Francisco, en vísperas de la histórica elección.