Cristina está al borde del abismo. Y de un ataque de nervios. A la posibilidad cierta de ir a la cárcel por ser una cleptócrata condenada en dos instancias, ahora se suma que se quedará sin herederos políticos. Hasta hace poco tiempo ella tenía esperanzas en sus dos hijos. Uno, el hijo biológico, Máximo Kirchner y otro, el hijo putativo, Axel Kicillof. Los últimos acontecimientos confirman que ninguno va a poder ser el continuador del cristinismo chavista. Máximo porque carece de condiciones para liderar a un movimiento tan poderoso. No tiene estudios terciarios, no se le conoce actividad en el mundo privado del trabajo, no es un buen orador, no ha demostrado lucidez estratégica ni capacidad de organización sin cajas del estado. De hecho llegó a ser diputado y presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires colgado de la pollera de su madre y por portación de apellido. Hasta su ex lugarteniente camporista, Andrés Larroque dijo hoy que se maneja con un grupo chico de un puñado de muchachos y que encima, armó un “golpe institucional”.
Máximo está en serios problemas. Si su madre no mantiene una porción importante del poder, Máximo va a tener que sufrir el peor de los castigos: va a tener que ir a trabajar. Y ya no es un chico aunque se vista de joven con bermudas y se suba a los para avalanchas con su amiga Mayra Mendoza.
Ya es un hombre grande de 48 años. La Cámpora dejó de ser una agrupación rebelde y contestataria y se convirtió en una agencia de colocaciones de ñoquis en el estado. De hecho algunos ya se pasaron al mileísmo. Billetera mata galán.
Como si esto fuera poco, ante el peligro de quedarse sin nada, Máximo desafió a Axel Kicillof y a través de la diputada Teresa García le dijo que la banda de Axel “está rompiendo al peronismo con una actitud suicida” y que la quieren jubilar a Cristina, la quieren mandar al bronce.
Y encima agregaron que “son los mismos que le aconsejaban a Alberto Fernández que rompiera con Cristina”. Primera conclusión. Al justicialismo nunca se lo puede dar por muerto políticamente. La historia demuestra que se pone la piel ideológica que haga falta para aferrarse y volver al poder. No me extrañaría que aparezca un peronismo liberal como en su momento encarnó Carlos Saúl Menem. Pero si se puede afirmar que Cristina está a punto de hacer estallar al partido de Perón en mil pedazos. Ya le hizo un daño terrible a la Argentina. Tal vez deje un justicialismo hecho añicos. Veremos.
Por ahora los bloques de Unión por la Patria están más cerca de llamarse “Desunión por la Plata”. Lucas Llach, el economista y ex vicepresidente del Banco Nación, lo resumió en un tuit antológico: “Podría dividirse el PJ de la provincia entre una facción de izquierda, anacrónica y estatista, versus una facción de izquierda anacrónica y estatista. Terciaría una facción de izquierda dura, anacrónica y estatista (Juan Grabois) y quizás una facción fascistoide, anacrónica y estatista (Guillermo Moreno)”.
Axel Kicillof tampoco podrá ser el heredero de Cristina porque ella ya lo considera un traidor. El economista ex marxista ya sufrió la marca personal intensa de Cristina. Lo llamó “chiquitito” en público, y en su momento le intervino de hecho el gobierno. Expulsó a Martín Insaurralde como su jefe de gabinete. Lo hizo para calmar el escándalo de ese viaje de magnates que hizo con la voluptuosa Sofía Clérici por las costas de Marbella en un yate llamado coherentemente “bandido”. Axel es un gobernador de mitad de tabla para abajo. Tiene un título universitario pero pocas luces a la hora de exponer en público. Hay un catálogo de furcios como decir que “no se pudió”, por ejemplo. Pero lo más grave de su trayectoria es la deuda terrible que dejó a todos los argentinos con su infantilismo presuntamente revolucionario y su gestión desastrosa. La jueza norteamericana Loretta Preska condenó a nuestro país a pagar 16 mil millones de dólares por la piolada de Axel de expropiar YPF.
Un irresponsable. Canchereó que no íbamos a tener que pagar nada y todavía, ni dios ni la patria se lo demandaron.
La provincia es un macabro festival de asesinatos y robos, con fuerte presencia narco y una mirada zaffaroniana que favorece a los delincuentes. De todos modos, Axel se tiró a la pileta, desdobló la fecha de elecciones, una forma de perjudicar a Cristina.
La ex presidenta tiene una carta en la manga que la puede favorecer. No se rinde. Sus fanáticos dicen que será candidata a diputada por la Tercera Sección Electoral donde tienen un gran peso La Matanza y Lomas de Zamora. Así conseguiría los fueros necesarios para no ir a la cárcel y gambetearía una posible ley de ficha limpia porque en la provincia eso no corre. En la política bonaerense no hay casi nada limpio. Y mucho menos una ficha.
Mayra Mendoza, amiga de Máximo y responsable de caos que es su intendencia en Quilmes, dijo lo suyo contra Axel: “Es una decisión unilateral, inconsulta, un capricho y un desagradecido que le mordió la mano a quien le dio de comer”.
Los que tributan al Instituto Patria dicen que “Axel es funcional a Milei y el responsable de hacer estallar un proyecto nacional”. Dicen que apunta más fuerte contra Cristina que contra Milei.
La gran batalla por el poder en el peronismo abrió una grieta entre los intendentes. 44 están con Axel y 21 con la reina Cristina y Máximo, el ex príncipe heredero. Si la batalla y la sangre llegan al río, poderosos barones del Conurbano tal vez también integren la lista de candidatos a diputados. Hablo de Jorge Ferraresi de Avellaneda o Juan José Mussi de Berazategui.
Máximo quiere que todos los camporistas cristinistas renuncien y le vacíen el gabinete al chiquitito traidor. Están esperando órdenes el ministro de salud Nicolás Kreplak, el de justicia y ex espía de la SIDE, Juan Martín Mena, entre otros.
Larroque, la voz cantante de Kicillof, preservó la figura de Cristina con la vieja teoría de los entornos. Dijo que “Cristina es rehén del grupito de Máximo porque hay decisiones de ella que no coinciden con su conducta histórica. Deben entender que Axel no es un empleado, es el gobernador de la provincia”.
El Cuervo confesó que las maniobras para el intento de golpe institucional vienen de lejos. Desde el acto de La Cámpora en el estadio de Atenas de La Plata. Fueron a pocas cuadras del gobernador para cantar contra el gobernador. Nosotros disimulamos para preservar la unidad. Pero ya superaron todos los límites y hay que hablar con claridad. Nos dejaron sin presupuesto y sin endeudamiento”.
Parece mentira, pero Larroque denuncia y se queja de la misma metodología que perpetraban los cristinistas cuando él estaba pegado a Máximo. Ahora está bebiendo de su propia medicina.
La oposición liberal, republicana o socialdemócrata confía en que el Martin Fierro tenga razón por aquello de “los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera/ porque si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera”.
Eso están esperando. Aprovechar las divisiones y devorarlos. ¿Lo lograrán? Habrá más informaciones para este boletín.
Editorial de Alfredo Leuco en Radio Mitre