Cristina, más cerca de la cárcel

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Mañana será un día histórico en la política argentina. Cristina Kirchner, dos veces presidenta de la Nación y una vez vice, recibirá la confirmación de su condena a 6 años de prisión por corrupción y eso la dejará mucho más cerca de ir presa aunque por su edad, deberá tener una humillante tobillera electrónica en su detención domiciliaria. Mañana a las 11, la Cámara Federal de Casación Penal, también confirmará la inhabilitación perpetua de Cristina para ejercer cargos públicos. Ella, por supuesto que resistirá con todo lo que tiene a mano que no es poco. En lo judicial, llevará su caso a la Corte Suprema de Justicia. El máximo tribunal de la Nación podrá resolver el caso en 20 días o en 20 años. Veremos cuanto mide la dimensión ética y el coraje cívico de los cortesanos.

Cristina también intentará presionar a toda la justicia gritando varias mentiras que ya viene gritando. Que se trata de Lawfare, es decir de una persecución política para proscribirla y que no pueda participar de las elecciones parlamentarias del año que viene. Esa es una falsedad grande como la Patagonia. Cristina fue condenada con pruebas contundentes por corrupción.

En la audiencia oral, los jueces Gustavo Hornos, Diego Barroetaveña y Mariano Borinsky, leerán un resumen de la sentencia que tiene más de 1.800 páginas. El lado oscuro y mafioso de la política estará representado en las puertas de los tribunales. Los cristinistas Juan Grabois y Juan Martín Mena encabezarán una clase pública sobre el lawfare. Grabois tiene muchas explicaciones que dar ante la justicia por el manejo que hizo junto a su círculo íntimo de las fortunas de dinero público que le dieron los gobiernos K. Y Mena no es otro que el “Martín”, al que hace referencia Cristina cuando le dice a Parrilli que “hay que salir a apretar jueces”.

  1. El ladrón y el apretador creen que todos son de su misma condición. Ven conspiraciones y operaciones por todos lados porque ellos fueron y son conspiradores y operadores.

Le recuerdo que aunque lenta, la pesada mano de la justicia le está llegando a los integrantes del “Cártel de los Pingüinos Millonarios”. Los jefes fueron Néstor y Cristina y todos sus ministros y funcionarios y hasta secretarios privados se enriquecieron a la velocidad de la luz. Cometieron crímenes de lesa corrupción. Boudou fue condenado, Ricardo Jaime fue condenado y hoy está preso en Ezeiza, Julio de Vido y José López fueron condenados, Lázaro Báez en esta misma causa, fue condenado a 6 años de prisión como partícipe necesario del delito de administración fraudulenta en perjuicio del estado. Insólitamente, Lázaro pasa sus días como un magnate en una de sus mansiones comprada con la plata de todos los argentinos. Es una detención domiciliara pero se parece más a unas vacaciones paradisíacas. Axel Kicillof puso las manos en el fuego por Cristina y aseguró que “es un verdadero escándalo jurídico contra ella, un entramado  espantoso de los sótanos de la democracia y de una gravedad institucional inmensa”.

  • La sobreactuación de Kicillof lo llevó a comparar a Cristina con Frondizi, Yrigoyen, San Martín, Rosas y Perón. ¿No será mucho? La distancia moral y ética que hay entre Cristina y San Martín es igual a la que existe desde el planeta tierra hasta la luna.

Nada de lo que dice “el chiquitín” es cierto. La causa Vialidad, y la más grave que se viene, la de los cuadernos de las coimas K, están repletas de pruebas y de arrepentidos que colaboraron para desentrañar ese plan sistemático para saquear al estado que perpetraron los Kirchner y todos sus esbirros.

En la sentencia, los jueces dijeron, textualmente que “durante 12 años hubo una extraordinaria maniobra fraudulenta, apoyada en vínculos promiscuos y corruptos”.

Se refiere a la relación entre los Kirchner y Lázaro que fue su testaferro, amigo, empleado y cómplice.

Pero se hizo elegir presidenta del Partido Justicialista. ¿Se acuerda de esta definición?

Esta charla telefónica entre Cristina y su mayordomo, Oscar Parrilli no tiene desperdicio. Porque es una radiografía del pensamiento profundo de ella. Dice claramente: al partido nunca le dimos bola. Y su boca sucia de siempre llama pelotudos a sus compañeros y dice que se suturen lo que usted ya sabe.

¿Qué pasó? La verdad es que Cristina no quiere, pero necesita ocupar algún lugar de poder para superar este momento que claramente es el peor de su vida política. Y además necesita fueros que puede conseguir en los comicios parlamentarios de medio tiempo.

Cristina espera y desespera y repiquetea en su memoria aquel momento emblemático del fiscal Diego Luciani. ¿Se acuerda?

  • El futuro se complica mucho para Cristina. Si se aprueba la ley de ficha limpia, ella no podrá ser candidata a nada en las próximas elecciones. Porque una condena en segunda instancia como la que van a anunciar mañana, no le permite competir.

Es lo que merece la jefa de la asociación ilícita que cometió el mayor robo de la historia política argentina en democracia. Ladrona de la Nación, como la bautizaron en las redes. Es una realidad aunque ella quiera creer que la historia ya la juzgó.

Pero el peor momento de Cristina no pasa solamente por los juicios y castigos de la justicia. Políticamente está complicada porque por primera vez algunos se atreven a desafiar su liderazgo y conducción. La consigna de algunos gobernadores e intendentes es: “Nada con Cristina. Ni dedo ni lapicera”. Cristina registra que está transitando su momento más dramático. Su lista se llama “Primero la patria” pero debería llamarse “primero la impunidad” porque eso es lo que busca. Quiere ser candidata a diputada nacional por Buenos Aires el año que viene para conseguir los fueros que le permitan zafar de la prisión. Veremos si lo logra. Por ahora, la única verdad es la realidad y a partir de mañana, Cristina estará más cerca de la cárcel. Será un tiro para el lado de la justicia. Una aproximación a ese reclamo de los ciudadanos decentes que exigen que el que las hace, las pague. Juicio, castigo y condena para los ladrones de estado. Para Cristina y todos sus socios del delito de estado. Le doy mi palabra.

Editorial de Alfredo Leuco en El diario de Leuco por LN+