Con el respaldo argentino, Daniel Ortega asume su quinto mandato en Nicaragua

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Tras su polémico triunfo en las elecciones de noviembre, el dictador centroamericano seguirá en el poder pese a tener a los líderes opositores presos. El embajador argentino asiste a la ceremonia.


Después de encarcelar a decenas de opositores y acusado por organismos internacionales de violaciones a los derechos humanos, Daniel Ortega asume este lunes su quinto mandato y cuarto consecutivo, en un acto que se celebrará en la Plaza de la Revolución, en Managua, con apoyo de Argentina y un puñado de gobiernos en todo el mundo.

Con la asistencia de muy pocas delegaciones extranjeras, el líder sandinista asumirá su nuevo mandato después de haberse impuesto en los controvertidos comicios del 7 de noviembre con más de 40 líderes de la oposición arrestados. Entre ellos, siete candidatos a la presidencia encabezados por la favorita en los sondeos, Cristiana Chamorro, que el sábado cumplió 220 días de detención domiciliaria.

La Argentina concurrirá a la ceremonia representada por su embajador, Daniel Capitanich, pese a que las elecciones fueron calificadas como una “pantomima” por Estados Unidos y rechazadas por su falta de transparencia por la Unión Europea.

Al acto de jura, que tendrá lugar en la Plaza de la Revolución de Managua, asistirán -entre las principales delegaciones- delegados de China, Irán, Rusia, Corea del Norte, México, Cuba y Venezuela, según confirmó el régimen, en medio del desconocimiento europeo, de Estados Unidos y de decenas de países democráticos.

El gobierno de Alberto Fernández estará representado por su embajador en Managua, hermano de Jorge Capitanich, el gobernador de Chaco. Este fin de semana, al confirmar la integración de las delegaciones, la vicepresidenta Rosario Murillo atribuyó a la pandemia la cantidad mínima de representantes que se harán presentes.

El ex guerrillero sandinista, de 76 años, gobierna desde el 2007 y es el mandatario nicaragüense que más tiempo ha permanecido en el poder.

Un mandato cuestionado

Si se cuenta su primer gobierno entre 1985 y 1990, este lunes estará iniciando su quinto mandato de cinco años.

El 7 de noviembre se impuso en los comicios, no reconocidos por buena parte de la comunidad internacional, con el 75,87% de los votos. Su mujer, Rosario Murillo, también fue reelegida como vicepresidenta.

A juicio de Murillo, en las controvertidas elecciones de noviembre pasado, el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional venció “al demonio”, en alusión a las manifestaciones antigubernamentales que estallaron en abril de 2018 contra unas controvertidas reformas de la seguridad social y que luego se convirtieron en una rebelión en rechazo de Ortega.

Las protestas, calificadas por el Ejecutivo como un intento de golpe de Estado, dejaron al menos 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 684. El gobierno sólo reconoce 200.

Ortega se impuso en unas elecciones en las que no participaron sus rivales porque, en los meses anteriores, las autoridades disolvieron tres partidos políticos y arrestaron a más de 40 dirigentes opositores, entre ellos siete aspirantes presidenciales, incluida la independiente Cristiana Chamorro.

En reacción, la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución en la que aseguraba que esos comicios carecieron de “legitimidad democrática” y no fueron ni libres, ni justos, ni transparentes.

Al mismo tiempo, Estados Unido dijo que desconocería el resultado electoral y la Unión Europea sostuvo que la contienda electoral incumplió requisitos mínimos de transparencia y confiabilidad.

La relación entre el gobierno de Argentina y el régimen es ambigua. El 8 de noviembre pasado, Buenos Aires emitió una declaración en la que evitó condenar los comicios fraudulentos del día anterior. El 13 del mismo mes acompañó en la Asamblea General de la OEA un proyecto avalado por EE.UU. y otros 8 países que condenaban los comicios. Pero cuando parecía alejarse de los sandinistas, repuso a su embajador en Managua.

La semana pasada, finalmente, el régimen respaldó la candidatura de Buenos Aires para la presidencia pro tempore de la la Comunidad de Estados de Latinoamérica y Caribe, un organismo regional que no integran Estados Unidos, Canadá o Brasil

Fuente: Clarín