Siempre afuera de la ley: Grabois y su eterno papel de mártir trucho

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El dirigente kirchnerista sumó una nueva detención por la toma del Instituto Nacional Juan Domingo Perón. La ministra Bullrich ya informó que deberá pagar los daños en el edificio. “La causa sigue”, advirtió.


La reciente toma del Instituto Nacional Juan Domingo Perón, protagonizada por Juan Grabois y un grupo de militantes, derivó en una respuesta tajante del Gobierno. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, confirmó que el dirigente kirchnerista deberá afrontar los costos por los destrozos ocasionados durante la ocupación del edificio público.

Grabois rompió un vidrio blindex y pasó por ahí, no por la puerta fajada, hubo daños que tendrán que pagar. No se puede dejar que un señor como él tome un bien del Estado, violentamente, en banda”, afirmó a funcionaria.

Grabois fue detenido el sábado pasado tras ingresar por la fuerza a la sede del Instituto, que había sido cerrado por decisión del Ejecutivo. Durante algunas horas estuvo alojado en la Superintendencia Federal de Investigaciones, y fue liberado en la madrugada del domingo. A pesar de recuperar la libertad, Bullrich fue clara sobre el futuro del expediente: “Podrá estar en libertad, pero la causa sigue”.

Desde el oficialismo calificaron la ocupación como un acto de “usurpación” con elementos de violencia. “Consideramos que había acción en flagrancia por una usurpación, además de policías en riesgo, y que había que actuar”, dijo Bullrich en diálogo con Radio Mitre, y agregó que la detención se resolvió tras hablar con el jefe de la Policía Federal, Luis Rolle, mientras consultaban con la Justicia.

La ministra adelantó además que el Gobierno se enfocará en asegurar una calificación penal firme para el caso: “Vamos a pelear la carátula, que será la que la Justicia determine, pero nosotros vamos a hacer descripción clara de los hechos. Hubo usurpación de un bien del Estado, roturas, retención de policías, delitos que merecen un tratamiento concreto y fuerte. Estamos cansados de tener policías que son agredidos”.

Desde el kirchnerismo, Grabois defendió su accionar, negó haber cometido delitos y denunció persecución ideológica. “No tengo una imputación específica, y no hubo orden de desalojo. Hay una imputación genérica por intrusión en un lugar donde hubo permanencia pacífica de manifestantes que reclamamos el derecho a la memoria histórica y que se deje de avasallar”, afirmó al salir de la sede policial.

El dirigente también desestimó las acusaciones sobre la presunta retención de efectivos policiales: “Ofende a la inteligencia que (hayan planteado) cuatro efectivos estuvieron secuestrados por un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales, es ridículo”. Y apuntó con dureza contra el Ejecutivo: “Este gobierno dictatorial va a terminar porque hay argentinos y argentinas que tienen el coraje de decirle: ‘No a los atropellos’”.

Finalmente, Grabois justificó la ocupación como una defensa del patrimonio histórico: “Lo que hicieron en el Instituto fue intentar borrar la historia de nuestro pueblo”. También deslizó una acusación económica: “Lo que quieren hacer es vender la propiedad porque es muy valiosa”, y cerró con una frase desafiante: “El día que yo me muera voy a ir con Dios y ellos van a ir a otro lado”.