Luego del agresivo discurso de la vicepresidenta contra las organizaciones sociales, salieron a responderle: “Flojita de memoria”, le retrucó Luis D’Elía.
“Eso no es peronismo, el peronismo es laburo, trabajo. El peronismo no es depender de un dirigente barrial para que me dé el alta y la baja”, fue una de las frases de Cristina Kirchner durante su discurso ayer en la CTA. La vicepresidenta lanzó duros cuestionamientos al funcionamiento de los planes y fondos sociales en el interior de su propio Gobierno. Pero además del Movimiento Evita, el gran sostén político en los barrios del presidente Alberto Fernández y motivo de disputa interna en el oficialismo, las grandes apuntadas fueron las organizaciones piqueteras, que salieron a responderle.
“A 20 años del asesinato de Maxi (Kosteki) y Darío (Santillán), muy cerca de donde cayeron, por responsabilidad política de varios funcionarios de su Gobierno, la vicepresidenta se sumó a la campaña antipiquetera, mientras pacta con los punteros repodridos de los intendentes”, manifestó Eduardo Belliboni, líder del Polo Obrero, en referencia a los jóvenes piqueteros asesinados durante la represión policial de lo que se denominó “La masacre de Avellaneda”, el 26 de junio de 2002.
En su presentación en el Parque de la Estación de Avellaneda, como clausura del plenario de la CTA en el Día de la Bandera, Cristina apuntó contra los líderes sociales en clave feminista: “Las mujeres son las que revuelven las ollas en los merenderos y son las que siempre tienen que ir a laburar. Los tipos rara vez laburan. Las que van a laburar son siempre las mujeres. Es así y ustedes saben que es así. Que el Estado recupere en nombre de los que nos dieron vida de Perón y de Evita. Si Evita los viera, mamita. Imaginando y leyendo todo lo que hizo Evita, ¡mamita!”.
Sobre esta última frase puntualizó Silvia Saravia, quien está a cargo de la rama Barrios de Pie- Libres del Sur y es una de las caras femeninas de las organizaciones piqueteras que más se ha movilizado en las calles. “Las mujeres somos protagonistas y dirigentas en las organizaciones que estamos en las calles, enfrentando el modelo de pobreza y precarización laboral de tu gobierno Cristina Kirchner”, cuestionó.
Los dardos de Cristina Kirchner se dan en un momento de recrudecimiento del control de la calle. Pero no solo habló para afuera, también hacia adentro. Sin nombrarlo, la vicepresidenta cargó contra el Movimiento Evita, que conducen los dirigentes Emilio Pérsico y Fernando Navarro, a quienes el presidente Fernández le encomendó desde un comienzo el manejo de buena parte de la caja social de su gobierno para “controlar la calle” y “los ánimos sociales”. Se trata de una de las organizaciones más convocantes del país y su rol de “ambos lados del mostrador” es cuestionado tanto por CFK como por piqueteros.
Frente a esta coyuntura, quien salió al cruce fue también Luis D’Elía, un histórico dirigente aliado del kirchnerismo que cada vez se muestra más distante. “Flojita de memoria y de agradecimiento @CFKArgentina nos declaró la guerra a todos los movimientos sociales de la Argentina en general y a los kirchneristas en particular mientras la @CTAok de @HugoYasky la aplaudía. Ni una sola palabra de apoyo a @alferdez”, disparó.