El kirchnerismo creó una red de negocios con empresarios impresentables a los que solo les importaba el dinero y no se preocupaban por las consecuencias. Cien muertos por fentanilo adulterado es una catástrofe enorme. En cualquier país sería el tema más importante.
El dueño del laboratorio HLB Pharma es un impresentable kirchnerista llamado Ariel García Furfaro, que hace años hace millonarios negocios ganando licitaciones en intendencias gobernadas por barones del conurbano y con obras sociales sindicales. Y, por supuesto, tiene fotos con Cristina Kirchner y era habitué del Instituto Patria.
El peronismo tiene una larga historia en hacer negocios con los medicamentos. Hay mucho dinero ahí, y el dinero está por encima de la vida de la gente para esos empresarios identificados con el peronismo.
García Furfaro viajó a Rusia en la comitiva oficial durante la pandemia para distribuir la vacuna Sputnik. La pandemia fue el mayor desastre sanitario del peronismo. Mientras la gente moría, un grupo hacía negocios amparados en la indignidad de Alberto Fernández y Ginés González García.
En la Cámara de Diputados, el peronismo protegió a García Furfaro y retiró el quórum cuando se debatía formar una comisión para tratar el tema e investigar cómo el fentanilo adulterado llegó al mercado y produjo una cantidad enorme de muertes.
Lo denunció la diputada Silvana Giudici: el peronismo protege a García Furfaro y, de ese modo, protege a los suyos que hacían negocios con HLB Pharma.
Esperemos que por una vez no reine la impunidad y se llegue al fondo de la responsabilidad de los autores y de la complicidad política que tienen estos delincuentes.
