El presidente Javier Milei produce hechos muy positivos y, simultáneamente, se pega tiros en los pies con situaciones muy negativas. Hay una larga lista que podríamos hacer como un balance de sumas y saldos entre lo mejor y lo peor. Pero elijo enfocarme en las dos realidades de gran actualidad porque ocurrieron en las últimas horas. Son las dos caras de una moneda que está en él aire.
Lo mejor hay que buscarlo en el freno a la híper, en la extraordinaria baja de la inflación, con su consecuente disminución de la pobreza, en el control de la calle, la seguridad y el orden público y en el alineamiento internacional con los países más democráticos del mundo y que más respetan los derechos humanos como Estados Unidos e Israel.
Pero los anuncios de Federico Sturzenegger confirman que es uno de los mejores ministros en años. Demuestra una honestidad a prueba de bala, una excelencia profesional que le permite dinamitar, dentro de la ley, estructuras estatales gigantescas dedicadas al robo, las coimas, la burocracia y el empleo de ñoquis militantes. Solamente con lo realizado gracias a las facultades delegadas, les generó a todos los argentinos un ahorro de dos mil millones de dólares al año.
Hizo un trabajo minucioso, riguroso, que empezó con motosierra y que debe seguir con bisturí.
Como si esto fuera poco, utilizó el mecanismo extraordinario de las facultades delegadas solamente por un año. Y no para llenar de vagos y militantes el estado. Para bajar gastos y corrupción y poder bajar impuestos. Y de paso criticó a Cristina de Kirchner que utilizó las facultades delegadas como una forma de gobierno durante todo su período.
Esa es la gran diferencia con el kirchnerismo demagógico y chavista.
El gobierno disolvió Vialidad Nacional.
La empresa se controlaba a sí misma y eso posibilitó la estafa monumental que hicieron Cristina, Lázaro y la banda del Cartel de los Pingüinos Millonarios.
Ahora se va a licitar el control y manejo de 9.120 kilómetros de rutas.
En menos de dos años de gobierno ya se cerraron decenas de organismos creados como cajas opacas para facilitarles la acción a los ladrones de estado. En otros casos el objetivo es hacerle la vida más fácil a los ciudadanos y por eso han fusionado o reorganizado secretarías y entidades descentralizadas para evitar las coimas que florecen con la burocracia de las mil ventanillas que hay que frecuentar para abrir un simple kiosco para ganarse la vida en forma honesta.
Solucionar los problemas y fomentar la inversión y el trabajo privado y registrado, terminar con las mafias y las patotas es una intención que va por el buen camino. Esto es lo mejor del gobierno de Javier Milei y el soporte de la alta imagen positiva e intención de voto que muestran las encuestas.
Pero no todas son rosas. Decíamos que también se cometen errores no forzados que por momentos resultan incomprensibles porque solamente perjudican al gobierno. Hablo de lo peor. De esos encuentros extraños con la banda de las cripto monedas que solo le han generado sospechas y dolores de cabeza al triángulo del poder. O de ir a legitimar con su presencia a un pastor que dijo, muy suelto de cuerpo, que un milagro transformó cien mil pesos en cien mil dólares para construir su iglesia que pagó en efectivo.
Deberá explicar quién pagará los impuestos por ese milagro. Y como lo registraron en sus libros contables. Si lo consigue, el pastor Ledesma debería ser designado Ministro de Economía. Y que toda la recaudación impositiva la transforme en dólares. Pregunto: ¿Qué tiene que hacer el presidente Milei entre esos personajes? Ledesma dijo que con su fe le hizo crecer un dedo a una feligresa. Estamos en el horno.
Entre lo peor también hay que consignar el amateurismo con el que se manejan en el trabajo político. No dialogan casi con nadie que no sea un fanático de ellos. No cumplen promesas. Insultan y ningunean a medio mundo, sobre todo a periodistas. Por eso, pierden aliados en el Congreso o entre los gobernadores que se borran y comienzan a establecer una fuerza opositora que no querían integrar. No se puede gobernar solamente con los obsecuentes. No hay que castigar la mirada distinta. Hay que valorarla porque, incluso, puede ayudar a corregir errores. Hasta los radicales con peluca se fueron a la peluquería. A veces, Milei construye con habilidad a miles de enemigos que no tenía y que los imagina. Con esa misma habilidad debería construir consensos y una base de sustentación política más sólida, confiable y duradera. Hasta el campo que lo votó masivamente está masticando bronca.
Pero lo peor de estas últimas horas hay que ubicarlo en las diez valijas que entraron al país sin ningún tipo de control.
Es un tema grave por donde se lo mire. El avión pertenece al empresario y ex agente de los servicios de inteligencia, Leonardo Scatturice, vinculado a Donald Trump y a altos funcionarios del gobierno.
De hecho, Laura Arrieta, la persona que trajo las maletas como única pasajera, lo primero que hizo fue sacarse una foto con Milei.
Todo muy extraño, muy sospechoso. Tanto que la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA) inició una investigación que encontró fotos y videos que confirman la denuncia que en su momento hizo nuestro colega y compañero de esta casa, Carlos Pagni.
Y acá está otro hecho que potencia la gravedad de lo ocurrido. El vocero Manuel Adorni, que habla en nombre del presidente, desmintió esa información y en una entrevista con Cristina Pérez, también colega de esta señal, acusó a Pagni de mentir y de ser un imbécil o un malintencionado.
Lo que corresponde legalmente es escanear las valijas y eso no se hizo.
Arrieta le mostró un mensaje en su teléfono celular a quien debía hacerlo y pasó como por un tubo por una zona liberada. Fue un gesto como que viene una orden de arriba. La justicia debería exigir ya el celular de Arrieta antes que borre su contenido. Ya están llamando a declarar a los funcionarios de Aduana.
La Coalición Cívica hizo 4 pedidos de información pública que no fueron respondidos. Su presidente, Maximiliano Ferraro habló de “las valijas del poder” y aseguró que “Adorni y el gobierno mintieron”.
Adorni metió la pata diciendo que se habían seguido todos los protocolos. Además, cayó en su propia trampa al decir que si el vuelo salió de Estados Unidos, se da por hecho que allí se realizaron todos los controles. Eso llevaría a muchos argentinos que vengan de Estados Unidos a reclamar que no revisen sus equipajes. Fin.
Editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi Palabra