Así lo adelantó el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, a través de las redes sociales.
El Gobierno sorprendió al anunciar que intervendrá directamente en el mercado cambiario. El objetivo es evitar que el dólar alcance el techo de la banda cambiaria y ponga en riesgo las reservas del Banco Central. La novedad está en el actor que ejecutará la estrategia: en lugar del Central, será el Tesoro quien utilice sus propios fondos para operar en el mercado.
Este cambio de rol tiene un mensaje implícito. Tradicionalmente, el Banco Central era el encargado de defender el valor del peso y administrar reservas, mientras que el Tesoro intervenía de manera indirecta. Ahora, el Gobierno busca que el Tesoro sea quien contenga la presión sobre el dólar, mientras el Central concentra su acción en los contratos de dólar futuro. La decisión fue previamente validada con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que le otorga respaldo institucional frente a los mercados.
El dato más relevante es la magnitud de los recursos que se pondrán en juego: el Tesoro dispone de US$1.700 millones en sus cuentas, dinero que podría usar total o parcialmente para enfriar la demanda de divisas. Esta cifra, si bien significativa, no resulta ilimitada, lo que refleja que la maniobra es más bien un intento de contener expectativas antes que de sostener indefinidamente el mercado.
La medida transmite cierta señal de urgencia. La decisión no es trágica, pero sí altera el humor del mercado, donde cada movimiento oficial se interpreta con desconfianza. De hecho, tras el anuncio, el dólar oficial mostró una leve baja, aunque persisten dudas sobre la sostenibilidad del esquema.
Finalmente, queda abierta la incógnita sobre el poder de fuego real. El Banco Central aún cuenta con US$3.500 millones para operar en futuros, lo que preserva sus reservas estratégicas. Con apenas US$1.700 millones en manos del Tesoro, el margen de acción es limitado. Si la presión cambiaria se intensifica hasta octubre, el Gobierno podría verse obligado a tomar medidas adicionales, como levantar el techo de la banda cambiaria.
