Crónicas de guerra: Brandoni, prócer de la cultura y la libertad

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Parte diario: 2.669 contagiados.122 muertos. 666 recuperados.

Mañana, el querido Luis Brandoni cumple 80 años. A esta altura, es un prócer de la cultura y la libertad. Vaya nuestro humilde homenaje a tan buen profesional y tan buena gente. Igual que su gran amigo Raúl Alfonsín es un canto a la honradez republicana y a la democracia. Y por supuesto, es uno de los más grandes actores argentinos de todos los tiempos.

Ahora está respetando las normas como hizo siempre. Está en cuarentena en su departamento de siempre. Miriam, la esposa del encargado del edificio, le da una mano en las tareas del hogar. Es que su novia, Saula Benavente, la hija del legendario Saulo, está en su casa con su hijo Baldomero. Beto Brandoni tiene una primicia para dar. Ya está en imprenta un libro donde va a publicar sus memorias. Quiere transmitir sus experiencias que son riquísimas desde el plano actoral y desde su militancia histórica en el radicalismo. El libro se va a llamar “Antes de que se me olvide” y tiene dos prólogos, de dos gigantes del cine, la tele y el teatro: Sergio Renán, quien dirigió “La tregua”, la primera película argentina nominada como mejor extranjera para un premio Oscar y Juan José Campanella, que con “El secreto de sus ojos” ganó el Oscar. Como la primera parte del libro se escribió hace varios años, Renán pudo escribir ese texto antes de morir en el 2015.

Son testimonios profundos y emocionantes de toda su vida que además cuenta con 70 fotografías. Ahora aprovecha el confinamiento para leer mucho y ordenar su biblioteca. Eso lo hizo repasar todas sus etapas y reflexionar sobre cada decisión. En su búsqueda estuvo viendo esas fotos en blanco y negro, que despiertan emoción y nostalgia.
Beto está esperando que termine el infierno de la pandemia porque tiene tres proyectos que lo apasionan. Que salga el libro a la calle, de una vez por todas, la fiesta de su cumpleaños que tenía preparada en el Club Alemán para lo cual ya había pagado un anticipo del 50% y el estreno de “El acompañamiento”. Tenían todo listo y se vino la cuarentena. La escenografía, los ensayos que funcionaron como relojitos y la producción de Tomás Rottemberg, en el Multiteatro, propiedad de su padre, Carlos. “El acompañamiento” no es cualquier obra. Es una genialidad de Carlos Gorostiza que subió a escena como un grito de gran resistencia a la dictadura en “Teatro Abierto”. Gorostiza fue el primer secretario de cultura de Alfonsín cuando regresó la democracia y en esta versión, Brandoni está acompañado por David Di Nápoli.

Pero es muy difícil olvidar a Parque Lezama. Es un ejemplo de exportación no tradicional. Son contenidos nacionales de la industria cultural llevados al exterior con un éxito tremendo. Eso es trabajo argentino, creatividad y valor agregado. El debut de la obra de Juan José Campanella en el teatro “El Fígaro” de Madrid dejó a todos los espectadores de pie, devolviendo una ovación de agradecimiento a los actores y a todos los que hicieron posible esta maravilla que, en Argentina, tuvo 800 representaciones.

Eduardo Blanco, otro talento, hace tiempo que tiene un gran reconocimiento en España. Pero Luis Brandoni sobre las tablas se transforma en un manual del que cualquier actor puede aprender. Su personaje de León Schwartz, que dice haber sido del Partido Comunista en su juventud, es un compendio de frases dichas en los momentos justos, de gestos mínimos pero que lo dicen todo y de inflexiones que nos conmueven desde las lágrimas hasta la risa.
Brandoni celebra porque dice que su actividad, es una de las pocas artesanales que quedan.

El teatro se hace igual que hace 3.000 años y todavía no se inventó un botón o una inyección que les ayude a aprender la letra y los movimientos en la escena. Pero el rol que jugó Beto en aquella multitudinaria y esperanzada marcha del 24-A, también lo colocó en un lugar de referencia. Brandoni, ya fue distinguido como ciudadano ilustre de la ciudad y la provincia hace tiempo. Pero creo que se ganó largamente la condición de ciudadano ilustre de la República y la democracia. Y no lo digo solamente por el aquel video que con su emoción, ayudó a movilizar a tantos argentinos preocupados por la posible vuelta de la cleptocracia y el chavismo K. Lo digo por su trayectoria impecable como Actor de la Nación, como dirigente sindical valiente y perseguido por la dictadura y como ex diputado del radicalismo que hizo honor a la honradez de presidentes como don Arturo Illia o Raúl Alfonsín.

Adalberto Luis Brandoni nació en el Dock Sud, en el empedrado y con los sonidos de bandoneón arrabalero de los conventillos. Por eso es tan tanguero y miembro de la Academia del Lunfardo. El destino le puso dos marcas que luego tomaron vida. Su casa estaba en la calle Leandro Alem y con el tiempo, él también fue orgulloso integrante de la Unión Cívica Radical. Pero en los cines de barrio, el “Selec” y el “Eden”, se enamoró de esa pantalla gigante y dedicó su vida entera a dignificar el oficio de actor.

Arrancó con los mejores y los que hicieron de la ética una bandera: en la Comedia Nacional Argentina dirigida por Luisa Vehil. Los argentinos decentes y democráticos le debemos mucho al Beto Brandoni. Instaló para los tiempos en la memoria colectiva personajes y películas que son parte de nuestra identidad como pueblo. “Esperando la carroza”, es una película de culto que hoy se ve más que nunca a través de las redes. Todos repiten esas palabras de Antonio Musicardi, su personaje, el hijo de Mama Cora, cuando dice, falsamente compungido: “Me partieron el alma. Que miseria. ¿Sabes lo que tenían para comer? Tres empanadas… tres empanadas”.

Eso dice mientras va saboreando como si nada, una de esas empanadas. Una escena memorable del grotesco criollo costumbrista de Alejandro Doria. Pero en la tele, el teatro y el cine, no hizo otra cosa que meterse en el corazón de la gente y dar cátedra con sus personajes y de ser un ejemplo de vida. No alcanza una hora para recordar sus grandes éxitos profundos y populares a la vez. Cada uno elige: La Tregua, por ejemplo. Por ese trabajo, la Triple A, lo condenó a muerte y lo obligó a exiliarse por un tiempo en México. Era una organización terrorista de ultraderecha que nació al amparo del estado peronista y de su jefe el ex ministro José López Rega.

La Triple A criminal (Alianza Anticomunista Argentina) tuvo su contracara con la Triple A luminosa, la Asociación Argentina de Actores de la que Brandoni fue secretario general de 1974 hasta 1983. Había que tener los huevos del tamaño de la catedral cuando los fachos de López Rega y los criminales de lesa humanidad de Videla perseguían, secuestraban y asesinaban a mansalva. Brandoni fue reelecto en su gremio, incluso estando en el exilio.Y eso muestra su lealtad con sus compañeros de trabajo, su pluralismo y su valentía a prueba de balas en todo el sentido de la palabra balas.

El terrorista de estado Aníbal Gordon secuestró a Brandoni y su esposa de entonces, Martha Bianchi. Los “chuparon” como se decía en aquellos tiempos macabros. Fue llevado a “Automotores Orletti”, un campo de concentración donde fue torturado y donde salvó su vida de pura casualidad.

Aunque suene increíble, durante los tiempos de cólera con K, Alejandra Darín y otros muchaches adoradores de Cristina fueron crueles en sus críticas cuando Brandoni renunció como afiliado a lo que definió como “Asociación Kirchnerista de Actores”. A un prócer que deberían reverenciar lo trataron como un traidor.

Otros compatriotas llevan en sus neuronas para siempre, obras maestras como “La Patagonia Rebelde”, “Made in Argentina”, el “Cuento de las Comadrejas” y el super éxito de “La odisea de los Giles”, dirigido por Sebastián Borensztein. ¿Quién no disfrutó con Mi Cuñado o Buscavidas? Consideró a Raúl Alfonsín como su padre político. Fue su asesor en el tema cultural y un día inolvidable, en ese carácter tuvo una charla deliciosa con Jorge Luis Borges. Jorge Miguel Couselo, Carlos Gorostiza, Sergio Renán, Manuel Antin y Santiago Kovadloff fueron los que apostaron a renovar democráticamente la cultura desde 1983.

Hincha de River, su máxima felicidad son Florencia y Micaela, sus hijas del alma. Y sus nietas, Olivia, Catalina, Macarena y Tomás, por orden de aparición. Brandoni mañana cumple 80 años. Este sí que es un argentino inmenso y ejemplar. Brandoni no se vende ni se alquila. Se puede romper, pero no se dobla, según el testamento de Leandro Alem, justo el nombre de la calle en donde nació, en el Dock, con el corazón mirando al Sur…

Editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi Palabra, por Radio Mitre