Fue tan grave el apriete y la intimidación que la valiente jueza María Eugenia Maiztegui pidió licencia médica y se corrió de la causa que tiene presos a dos dirigentes del sindicato de Camioneros. Algunos hablan de que la magistrada tuvo un pico de stress o ataque de pánico. Se descompensó. Todo producto de un despreciable operativo de pinzas entre patoteros y mafiosos. Por un lado la atacaron con movilizaciones e insultos los matones de Pablo y Hugo Moyano. Y por el otro, el diputado ultra cristinista Leopoldo Moreau. Como presidente de la Comisión Bicamercal de Inteligencia, Moreau le envió una carta ilegal a la jueza lo que constituye una injerencia inadmisible. Allí pretende acceder al expediente para ver si se violó la ley de inteligencia. Una desmesura que los Moyano agradecieron explícitamente por los servicios prestados. Moreau amenazó a la jueza con denunciarla por mal desempeño. Por eso, el título de esta columna es “Con M de mafia, de Moyano y de Moreau”. Lograron su objetivo. La doctora Florencia Arietto, le hará una denuncia penal al legislador por “obstrucción a la justicia y apremios ilegales”. El objetivo es que la jueza anule la causa y libere a los detenidos. La fiscal María del Valle Viviani, también corajuda, encabezó un allanamiento en la sede central del gremio de Camioneros. Dicen que primero expulsó a unos guardaespaldas grandotes y provocadores y los amenazó con ordenar su detención y después hizo callar a Hugo Moyano que ingresó a los gritos y los insultos.
Los dos detenidos para los que se pide la prisión domiciliaria son Maximiliano Cabaleyro y Fernando Epíndola. Están acusados de extorsión y coacción en el marco de bloqueos a la Distribuidora Rey de San Pedro. Utilizaron la metodología habitual. Inventan que la empresa tiene una deuda y no dejan trabajar, ni entrar ni salir a los camiones que reparten la mercadería hasta que el dueño cede y les pague las coimas que exigen.
Los grandes empresarios no dicen una palabra de esto. Tienen una mezcla de cobardía y complicidad con los corruptos sindicalistas, hampones y millonarios. Prefieren negociar con los delincuentes como si se tratara de una paritaria. Los jerarcas sindicales les piden mil pero finalmente arreglan en 500. Un toma y daca que naturaliza y consolida el delito.
Una cosa es la defensa de los derechos de los trabajadores y otra muy distinta es la violación de la ley. Una cosa es un paro por reclamos salariales que es un derecho constitucional y otra muy distinta es poner tres camiones y cuatro malandras a no permitir la circulación de una empresa.
Además del clan Moyano y el impresentable de Moreau, se sumaron a las presiones dirigentes del Frente de Todos porque Cabaleyro, además es concejal del cristinismo. María Eugenia Vidal se expresó con contundencia en Twitter: “Así se maneja el kirchnerismo: con aprietes y extorsión. Ahora presionan a una jueza para lograr la impunidad de un grupo de sindicalistas mafiosos. En 2023 vamos a quitarle el poder a las mafias, en las urnas y para siempre”.
Hace un mes, Cristian Ritondo, el ex ministro de seguridad de Buenos Aires, resumió la situación: “Los Moyano usan métodos mafiosos porque los dejan. Hay un estado ausente en la provincia”. Aprietes, extorsiones, bloqueos, patotas organizadas que llevaron a la quiebra a muchos pequeños empresarios o que obligaron a sus dueños a instalarse en otros países.
Pero en Abril, llegaron demasiado lejos. Porque bloquearon una ciudad y tomaron de rehenes a 160 mil habitantes. Cerraron los ingresos a San Nicolás, desabastecieron a los negocios de alimentos y, como si esto fuera poco, dejaron las bolsas de basura a la intemperie, desbordando los contenedores. Eso solo generó una situación de alto riesgo sanitario y obligó al intendente Manuel Passaglia a organizar a empleados municipales para recoger los desperdicios y evitar enfermedades.
Pablo, Hugo y el cártel de los Moyano, después de muchas horas de angustia, depusieron su actitud que constituía un ataque contra la legalidad. Sitiar una ciudad en tiempos de democracia, es rebelarse contra un pilar del estado republicano.
El padre de uno de los detenidos dijo que “iban a matar de hambre” al pueblo de San Nicolás y atacaron a varios periodistas, pero sobre todo a Lili Berardi de San Pedro. Vaya para ellos toda nuestra solidaridad.
San Nicolás demostró cual debe ser el camino. La sociedad productiva que genera trabajo y progreso no se debe dejar intimidar por esta oligarquía sindical de magnates y barras bravas.
Hay que decir que ni el gobernador Axel Kicillof ni el ministro de seguridad Sergio Berni movieron un dedo a pesar del pedido de ayuda del intendente. El que calla otorga. Son incapaces de proteger el territorio de su provincia y miran para otro lado cuando se viola la ley en sus narices. Es que los Moyano son del palo. Pablo transa con Máximo. Hugo es un soldado de Alberto. Y Alberto, increíblemente, considera que Hugo Moyano es el modelo de dirigente sindical que necesita el país. No sé cómo pretende que haya inversiones o que se instalen nuevas empresas con tanta inseguridad jurídica y simpatía por los ladrones y apretadores.
La primera escena de relaciones carnales fue en la inauguración del Sanatorio Antártida de los camioneros. El Presidente Fernández presentó a Hugo Moyano como si fuera una mezcla de Nelson Mandela y Favaloro. Les dijo a sus hijos que Hugo era un dirigente “ejemplar”.
Vergüenza ajena es lo que produjo, pero nadie se escandalizó lo suficiente.
Estos son los personajes nefastos que hundieron a la Argentina. Pero hay que destacar, como contrapartida, la valentía del lado de las víctimas. Primero, Gustavo Rey, el empresario que se animó a hacer la denuncia en los tribunales y la del intendente Manuel Passaglia, que no cedió ante la extorsión. Pero hubo tres mujeres que jugaron un rol trascendente. La jueza María Eugenia Maiztegui que ordenó el arresto, la fiscal María del Valle Viviani que investigó y las agallas del motor permanente de lucha contra la patota sindical de Florencia Arietto.
Si Moyano, como dice Alberto, es el dirigente sindical ejemplar en el que se tienen que mirar todos sus pares, este país no tiene salida.
Hugo se formó en el peronismo derechoso y violento que, en los 70, hacía caza de brujas contra la Juventud Peronista que Cristina pretende representar. Con Moyano fue sepultada la alternancia. Es un gremio monárquico que heredan sus hijos. Son ejemplo de personajes antidemocráticos y nada transparentes. Tiene fobia por los periodistas y eso lo une a Cristina. En su momento, con lenguaje de matón dijo que “los periodistas la van a pagar. Que han hecho mucho daño y que la tienen que pagar. No puede ser gratis lo que dijeron o lo que le mandaron a decir.”
Los Moyano, Los Pata Medina, los Caballo Suárez, entre otros son uno de los principales motivos de la decadencia argentina.
En esto no hay pelea que valga. Tanto Cristina como Alberto son los abogados de Moyano. Y así nos va. La única salida es el camino de encontró San Nicolás. La política, la justicia y los ciudadanos, unidos, en defensa de la ley y en contra de las mafias.
Editorial de Alfredo Leuco en Radio Mitre