¿Milei recalculó? Ver para creer

170

Si nos guiamos por los dos últimos discursos, es correcto decir que Javier Milei recalculó. Tanto en la noche de la paliza electoral en Buenos Aires como ayer en la presentación del presupuesto se pudo ver a otro Javier Milei. No hubo gritos, insultos ni descalificaciones para nadie. Su tono fue moderado y sus propuestas razonables para su esquema de defender con uñas y dientes el equilibrio fiscal.

En eso creo que la mayoría de los argentinos estamos de acuerdo. No se puede gastar más de lo que se recauda. Ni en la familia, ni en la empresa y mucho menos en un país. Es una condición necesaria para ordenar y estabilizar la economía pero no suficiente para gobernar un país.

 Pero también es cierto que Milei supo leer el mensaje de las urnas y los principales reclamos de la sociedad. Por eso anticipó que el presupuesto tiene previsto mejores en las partidas para jubilados, discapacitados, universitarios y la salud.

También incluyó una suerte de fondo especial para atender urgencias y negociar con los gobernadores que estaban muy enojados por la falta de cumplimiento de sus promesas y por el veto a la nueva distribución de los ATN, los Aportes del Tesoro Nacional.

Pero los periodistas nacimos para desconfiar. Para hacer y hacernos preguntas. ¿Estos cambios de Milei son sinceros y permanentes?¿ Se van a mantener hasta el fin de su mandato? ¿O solamente es jueguito para la tribuna y un disfraz para enfrentar la tormenta en el peor momento de su gobierno? Veremos. Ver para creer. Dijo que lo peor ya pasó y elogió el esfuerzo y el sacrificio de los argentinos.

Esa es la empatía y la sensibilidad que debe tener un gobernante para mantener un vínculo positivo con el pueblo, sobre todo con los votantes que lo llevaron al poder. Esa relación se había quebrado. Muchos de los votantes blandos de La Libertad Avanza, los del PRO, por ejemplo, en Buenos Aires votaron terceras opciones y muchos, directamente, desilusionados y maltratados, no fueron a votar.

Todo indica que no va a ocurrir, pero hay acciones que deberían complementar las palabras. Por ejemplo, echar a Lule Menem y Sebastián Pareja por haber sido los autores materiales de un mamarracho como construcción electoral.

 Por haber fracasado en los actos, en la fiscalización y en la integración de las listas donde hubo mucho impresentable arribista. Y por  provenir de la primera C de la casta peronista. La autora intelectual fue claramente Karina Milei. Su soberbia e ignorancia de las leyes básicas de la política llevaron al gobierno a fracasos provinciales como ocurrió claramente en Corrientes. Con humildad, se hubieran podido subir al escenario del triunfo de los hermanos Valdés. Pero con exigencias exageradas y altanería tuvieron que exhibir la pobreza de su representatividad. Fueron con la consigna :Todo violeta o nada y fue nada.

 Aunque el destino final y el rumbo sean los correctos, no se puede llevar a la gente, ni a los dirigentes a las patadas y con agravios. La humillación a la que sometieron a los dirigentes del PRO con aquellas camperas violetas hizo que los votantes del PRO se sintieran ajenos a esa agrupación que no respetó las identidades partidarias.

Obviamente, Milei no se va a desprender del jefe del jefe del estado. Karina tiene una autoridad absoluta sobre su hermano, pero, hasta ahora, no pudo demostrar solvencia en edificar un partido ni alianzas duraderas. Su imagen negativa hizo que por lo menos por estas horas, bajara notablemente su perfil y es lo menos que Milei puede hacer.

Por supuesto que el presupuesto es importante. Es la ley de leyes. La columna vertebral del proyecto de país que el gobierno se compromete a construir el año que viene. Pero con el presupuesto, por más perfecto y equilibrado que sea, no alcanza. Hay que pasar de la teoría a la práctica. Del discurso a la gestión. Otra vez: ver para creer. Parece que el gobierno identificó la enfermedad, pero falta comprobar que hayan encontrado los remedios correctos

La declaración más inquietante de todas la produjo el presidente Javier Milei en el video que envió al acto de Vox, el partido de su amigo y aliado, Gonzalo Abascal.

Dijo: “Si nos atacan es porque estamos haciendo lo correcto”.

 Esa es una media verdad. Es cierto que los tiburones corruptos y golpistas que rodean a Cristina olieron sangre y se lanzan con ferocidad a la yugular de este gobierno. Quieren voltear a Milei y lo van a querer voltear siempre a Milei. El sueño de liberar a Cristina de la prisión domiciliaria y de la tobillera electrónica es la pesadilla de la Argentina.

Pero no es cierto que los que votaron en contra de La Libertad Avanza o lo que no fueron a votar, lo hayan atacado porque estén haciendo lo correcto. Todo lo contrario, se trató de un voto castigo furibundo. De un tirón fuerte de oreja. De una advertencia por la cantidad de errores y horrores que cometió el gobierno en los últimos meses.

No se dio cuenta que el que más daño le hizo a este gobierno fue este gobierno.

 Periodistas independientes y bien intencionados le advirtieron infinidad de veces la cantidad de tiros en los pies que se estaba pegando. Y los insultó como pocas veces en la historia se insultó a periodistas o analistas sin partido.

The Wall Street Journal y no Página 12 tituló una columna: “El presidente argentino llama a su hermana “El jefe”. Ahora es su problema”.  Y el texto es demoledor con Karina. Dice que Javier Milei para que sea su socia más importante en el gobierno, eligió a una pequeña vendedora de tortas en Instagram: su hermana Karina”.

Textual del Wall Street Journal. 

Otra excusa infantil y conspirativa que recita el presidente en los últimos días es: “Todos están en contra mío”.

Tampoco es cierto. Brutalmente en contra, está y estará siempre el kirchnerismo chavista y la ultra izquierda antisemita.

Pero fue el propio Milei el que puso en contra de casi todos. Y todos esos gobernadores, intendentes, legisladores insultados y maltratados se abroquelaron para resistir a un Javier Milei boca sucia y prepotente.

Una cosa es darle duro y parejo a la casta de ladrones, burócratas y ñoquis del estado y eso está muy bien. Y otra muy distinta es aislarse del resto por creerse el dueño de la verdad y fanfarronear con liderar el mejor gobierno de la historia.

Es raro que un futbolero como Milei no sepa que los goles se gritan cuando la pelota entra y no antes. Y que no se puede cantar victoria cuando todavía no terminó ni el primer tiempo. Se vienen 40 días electrizantes. Por eso digo: con el presupuesto solo no alcanza. Y me pregunto: ¿Milei recalculó? Ver para creer.