En una carta dirigida a su militancia, la expresidenta criticó al gobernador bonaerense. Aunque afirmó: “Sigo sosteniendo el valor de la unidad como instrumento político de construcción”.
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner reapareció públicamente este viernes, cinco días después de la derrota del peronismo en las elecciones legislativas, y lo hizo con un mensaje directo hacia el gobernador bonaerense Axel Kicillof. Desde su casa —donde cumple prisión domiciliaria por una condena de seis años por corrupción— señaló al mandatario provincial como responsable del traspié electoral en la Provincia de Buenos Aires, al afirmar sin rodeos: “El desdoblamiento fue un error político”.
En una extensa carta difundida en sus redes sociales, Cristina recordó que ya en abril había anticipado su rechazo a la idea de separar los comicios provinciales de los nacionales, y remarcó que “fue un error” dividir esfuerzos “en dos elecciones separadas por apenas 49 días”. La exmandataria también buscó marcar un contraste dentro del mapa peronista, subrayando que “todos los gobernadores peronistas (Ziliotto de La Pampa, Quintela de La Rioja, Jalil de Catamarca, Jaldo de Tucumán, Insfrán de Formosa) ganaron en estas elecciones parlamentarias”.
Tras agradecer a la militancia por el trabajo en la campaña, Cristina se volcó al análisis político. Sostuvo que la contienda fue, esencialmente, un reagrupamiento opositor guiado por el temor y la polarización: “La diferencia de casi 14 puntos en la elección del 7 de septiembre en PBA, operó como una PASO o balotaje que permitió reagrupar el voto antiperonista”, comparando el fenómeno con momentos clave de 1989, 2003 y 2019.
La ex presidenta profundizó en su diagnóstico y mencionó factores externos y emocionales que, según ella, influyeron en el voto. Aseguró que al tradicional antiperonismo se sumó el miedo a una crisis política y económica más profunda, y apuntó al clima financiero y a declaraciones internacionales: “Con la amenaza de que todo iba a explotar lograron una sobre-estimulación emocional en una parte del electorado”. También recordó que, a pesar de ello, el peronismo obtuvo el 35% de los votos frente al 40% de La Libertad Avanza, en un contexto de creciente desinterés ciudadano.
Lejos de desconocer el resultado, Cristina admitió el triunfo oficialista, aunque advirtió sobre las consecuencias económicas: “Lo cierto es que la elección pasó y el gobierno la ganó”, escribió, para luego ironizar sobre la fragilidad macroeconómica y la dependencia del financiamiento estadounidense: “Los argentinos compran dólares y los yankis compran pesos… ¿Qué puede salir mal?”. En esa línea, insistió en la necesidad de repensar estrategias estatales y sostuvo que el país que dejó en 2015 “no existe más”.
A la vez, denunció que se intentará avanzar sobre la unidad del peronismo y que su situación judicial forma parte de ese cuadro: “Van a poner en juego todo lo que haga falta… ordenaron mi prisión y mi proscripción de por vida para ejercer cargos públicos”. En ese marco, reivindicó la unidad popular como herramienta política y reclamó militancia con claridad estratégica para enfrentar lo que considera una ofensiva contra el movimiento.
Cristina cerró con una “posdata” destinada a analistas y dirigentes, recordando que ella había anticipado la irrupción de Javier Milei en 2023 y citando una frase que recupera de Giuliano da Empoli y Winston Churchill: “Estudie historia, estudie historia, estudie historia”. Una despedida que combinó reivindicación personal, crítica interna y advertencias hacia el futuro del peronismo.
