Repudio al nuevo megaestadio de Santiago, la misma provincia que impidió el tratamiento de Abigail

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En enero falleció la nena que tuvo que atenderse en Tucumán por no poder hacer un tratamiento oncológico en su provincia. Se gastó $1500 millones en un estadio a pesar del 45% de pobreza y 13% de indigentes.


La inauguración de un moderno estadio de fútbol debería ser motivo de alegría y entusiasmo para los amantes del fútbol, aunque todo se vuelve oscuro cuando la zona elegida para invertir semejante cantidad de dinero tiene el 45% de pobreza estructural y donde las sospechas de irregularidades abundan.

Hablamos de la reciente inauguración del colosal Estadio Único Madre de Ciudades en Santiago del Estero, donde el presidente Alberto Fernández y el gobernador Gerardo Zamora fueron los anfitriones políticos para ver el primer duelo futbolero con la final de la Supercopa Argentina con River y Racing, donde el Millonario gritó campeón con un contundente 5 a 0.

Costó unos 1.500 millones de pesos y fue construido en tiempo récord por la provincia norteña. Parece que está ubicado en alguna ciudad de Europa para algún distraído, pero esta perla arquitectónica con capacidad para 30 mil espectadores sentados, con comodidades y servicios premium, está en uno de los lugares mas postergados de la Argentina.

Un territorio que durante la pandemia se notaron las carencias en el sistema de salud, donde los hospitales públicos no tenían recursos, insumos y personal suficiente. Allí donde la indignación y la tristeza abundó en la sociedad tras conocerse el caso de Abigail Jiménez, la nena de 12 años que en noviembre pasado quedó varada con su padre en una ruta provincial, porque la policía no les permitía volver a su casa.

Esta pequeña, enferma de cáncer, se vio obligada a hacerse un tratamiento oncológico en la vecina provincia de Tucumán, porque en Santiago del Estero no estaban dadas las condiciones médicas al alcance de la familia. Durante varias horas lucharon contra esa insensible restricción y no hubo caso. La imagen de su padre llevándola en andas en medio del asfalto caliente de la ruta hizo llorar e indignar a la Argentina.

El caso se volvió viral. Las autoridades pidieron disculpas pero el daño estaba hecho. Por cierto que la enfermedad de la nena era terminal y lamentablemente dos meses mas tarde terminó con su joven vida en su casa de Termas de Río Hondo.